miércoles, octubre 13

Una de Perros.

Todo el conocimiento, la totalidad de preguntas y respuestas se encuentran en el perro.
-Kafka
Soy de esas personas que al tropezarse con un perro por la calle lo saluda. Imaginó su nombre e inclusive si su cara (¿los perros tienen cara?) me parece lo suficientemente noble me atrevo a llamarlo con un leve siseo, como me enseñaron en casa. Me encanta como algunos perros se acercan entonces moviendo la cola cual si fuéramos amigos de toda la vida y realmente me hubieran echado de menos. 

Los hay también asustadizos, los pobrecillos. Por supuesto están los rabiosos que no dudan en enseñar los dientes a la mínima provocación y aquellos que provocan ternura con su sola presencia. Perros, al fin, para todos los gustos. 

En casa siempre tuvimos un perro, recuerdo los nombres de algunos de esos seres de cuatro patas que formaban parte de la familia: Rambo, Tracy, Coqueta, Zulu, Dorado, Perro-Perro, Wishbone, Rex, Neron, etc. Por lo menos esos recuerdo, además mis tíos tenían su jauría personal con los cuales también jugué y aprendí a amar a esos animales. 

Me gusta su simpleza y el hecho de que son puro amor, sin resentimientos, no todos ya lo sé pero en su gran mayoría. Los hay sin dueño, que deciden adoptar toda una cuadra o a un grupo de personas sólo cambio de una palmada cariñosa o un poco de comida. 

Pensaba en esto porque en el campamento donde vivimos hay una perra, nadie sabe de dónde salió en realidad, llegó hace algunos meses con una pata quebrada y más flaca que el hambre. Se ha recuperado de a poco y aunque aun cojea de vez en cuando esta casi sana. No tiene dueño, por lo menos no de manera oficial. Los vecinos de la casa de atrás le llaman Fifi y le alimentan y juegan con ella. Hannah y yo le pusimos “Valentina”, en honor a su valor, en realidad es un animal sumamente cobarde. 

Esta mañana tenía la cabeza llena de preocupaciones, de cosas por hacer y de tareas que parecen venirse encima, la refrigeradora se daño y llevo semanas, si no meses atascado en un escrito. Me sentía bastante mal. Estaba solo en la casa. De pronto hasta la puerta se acercó “Valentina” y empezó a chillar para llamar mi atención. Salí pensando que le pasaba algo, que estaba herida o tenía hambre pero ella simplemente me saludó moviendo la cola y lamiendo mis manos como si no nos hubiéramos visto en años. Dio dos o tres piruetas bastante complicadas para una perra semi-coja y después de eso se dirigió trotando hasta la casa de los vecinos de atrás y se echó en su puerta como si nada, como quien dice: sólo pasé a saludar. 

Yo no pude menos que sonreír y pensar lo mucho que me gustan los perros y las muchas aventuras y experiencias que he tenido con ellos. Pensé para mí –algún día deberé escribir algo sobre los perros- Ese día es hoy, porque son nobles, porque son buenos y fieles muchas veces más allá de lo que nos merecemos. Así que allí va, una entrada para: Rambo, Tracy, Coqueta, Zulu, Dorado, Perro-Perro, Wishbone, Rex, Neron y Valentina. Sólo lamento que no sepan leer.

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