martes, mayo 19

es necesario que yo mengue

fijemos la mirada en Jesús, el autor y perfeccionador de nuestra fe.
hebreos 12:2
es necesario que él crezca, y que yo mengue.
juan 3:30

En estos días estuve pensando en el acto creativo y que la verdadera riqueza en la vida se encuentra en observar la creatividad que nos rodea y --cuando nos toca-- participar en crear, es la invitación de la vida.

Uno de mis autores/poetas favoritos escribió las siguientes palabras "Si su diario vivir le parece pobre, no lo culpe a él. Acúsese a sí mismo de no ser bastante poeta para lograr descubrir y atraerse sus riquezas. Pues, para un espíritu creador, no hay pobreza. Ni hay tampoco lugar alguno que le parezca pobre o le sea indiferente." Para un espíritu creador, no hay pobreza. No hay lugar que le parezca pobre o le sea indiferente.

Por esto, el espíritu de Dios es el que tiene que crecer en mi, el es el Creador. El que da el espíritu de creatividad a cada uno de nosotros, "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho." Me encanta el uso de la palabra "verbo" es tan activo pero también es tan literario. Las palabras mismas son creativas y parte de la creación.

Por esto, "es necesario que él crezca, y que yo mengue." El es el Creador, el que da ese espíritu de creatividad que ve lo hermoso en lo cotidiano, que inspira asombro en lo sencillo, que da capacidad de crear al que fue pobre anteriormente. El es el "autor y perfeccionador" de esto, de nuestra fe que nos da la capacidad de ver y percibir lo bello en lo roto, lo sublime en lo pobre. Nos da la capacidad de vivir la vida con este asombro y el placer sencillo de crear.

martes, mayo 12

La corrupción y mi espejo.

"Cada uno de nosotros sólo será justo en la medida en que haga lo que le corresponde."
Sócrates

Vivimos tiempos difíciles. No es una novedad, ni noticia de última hora pero este mundo va cuesta abajo. Vivimos días en que no se puede confiar en nadie, donde tu mano izquierda no sabe lo que hace la derecha pues lo más probable una de las dos está por traicionar a la otra. Tiempos en que palabras como moralidad, lealtad y fidelidad aparecen solamente en los diccionarios y eso si a los sabios de la Real Academia de la lengua Española no les da por quitarlas de allí, pues no tardara mucho en descubrirse que todas ellas han caído en desuso. Tiempos donde la belleza vale más que la inteligencia, la popularidad más que el honor y el dinero más que la vida de cualquier persona. Tiempos en que la gente buena, pese a ser más, ha optado por cruzarse de brazos y ver como los malos, pocos pero efectivos, se comen pedazo a pedazo lo poco que nos queda de humanidad.

El mundo ha venido en caída franca desde hace mucho. Algunos datan el inicio de la caída cuando una mujer come aquel histórico fruto prohibido y lo da a comer a su marido. No soy un amargado, al menos no creo serlo. Suelo disfrutar de la vida con sus placeres más triviales y suelo agradecer cada poco tiempo a Dios por la oportunidad de estar aquí en esta esfera dando vueltas alrededor del sol. Pero hay ciertas cosas que hacen saltar una chispa en mi cabeza, me hacen reaccionar.

Como es el caso del abogado Rodrigo Rosenberg (Q.E.P.D) . Este hombre era posiblemente el último justo sobre la tierra. No creo que fuera santo, ni siquiera perfecto. Sin embargo tenía un claro sentido de que no podía cruzarse de brazos, de que no podía permitir que su país (Guatemala) siguiera en manos de personas de la peor calaña. Y pese a que sabía lo que le esperaba decidió tomar el riesgo e ir en pos de la justicia y no de la comodidad personal. (Al final están los videos para que puedan ver la noticia)

Y ¿Qué hay de nosotros? Me pregunto constantemente. ¿Qué hay de mí? ¿Qué hago yo? No a macro escala, pues no todos estamos en la posición de poder enfrentarnos a las autoridades corruptas como lo hizo este abogado. Pero ¿Qué de aquellos pequeños actos de injusticia? ¿Qué de mis personalizados y consentidos actos de corrupción? ¿Qué de aquellos “pequeños deslices” que no le hacen mal a nadie?

La próxima vez que al hojear un periódico, sientas una ola de indignación por lo mal que anda el mundo, por lo corrupto de tu gobierno o por cualquier otra de las razones que nos podemos indignar. Querrás saber quién es el responsable. Los teólogos descarrilados culparan a Dios, los políticos al gobierno de turno, el gobierno al sistema global y así la culpa pasara de mano en mano sin que nadie la reconozca como propia. Por eso la próxima vez que te lo preguntes, párate frente a un espejo y veras al responsable. O pasa por mi casa y señálame a mí también pues también tengo culpa.

Las palabras de Rodrigo Rosenberg deben ser oídas con atención. ¿Qué estamos dispuestos a hacer nosotros por la moralidad? ¿Por la justicia? O es que simplemente nos cruzaremos de brazos eternamente esperando que alguien haga algo. Alguien eres tú, alguien soy yo. ¿Qué vamos a hacer?

Ariel

Video 1

Video 2

lunes, mayo 4

¡Que lindo es ser presidente!


Me cuesta escribir sobre este tema. No estoy muy claro aun al respecto, he preferido elucubrar al respecto, sin llegar a plasmarlo en la pantalla, me parece más sabio. Sin embargo hay fuerzas mayores que te obligan a salir del retiro pues pese a que sabes que lo que digas o no digas no va a hacer la mayor diferencia, por lo menos necesitas estar a cuentas con tu conciencia. Y digamos que esto es eso: una obligación de mi conciencia.

Por varios meses en Panamá se ha llevado a cabo una larga carrera por la presidencia de la república, todos los ciudadanos nos hastiamos de escuchar slogans baratos, promesas demagógicas y ver los postes de electricidad y las calles enteras cubiertas con caras, que a fuerza de verlas se hicieron familiares, observándonos con hipócritas sonrisas y diciéndonos que ellos (ni más ni menos) eran la solución a todos nuestros problemas.

Así que convencidos (o no) salimos de nuestras casas a votar, quizás esperanzados de que ese gancho en el número correcto significaría un mejor Panamá, o quizás una mejor oportunidad para nosotros, nuestros hermanos, nuestros hijos, nuestros vecinos. Otros votan en base a algún resentimiento antiguo o en base al famoso “voto de castigo” para el mal gobierno que está por salir. Es de admirar en definitiva el gran porcentaje de panameños que salió a votar ayer. La OEA felicitó a Panamá por su muestra de “madurez democrática” y el 74% de panameños que salieron a votar habla sobre la manera en que nos tomamos nuestra participación en las elecciones.

Sin embargo quedamos a la expectativa de lo que va a ocurrir. No puedo decir que el hecho que Martinelli (ultra derecha) haya ganado las elecciones sea la peor de las cosas, habrá que esperar que va a ocurrir, y he de admitir que mi corazón tiene más de una tendencia “izquierdosa” por lo cual me preocupa un poco lo que ocurrirá con Panamá a partir de ahora. Sin embargo no deben sonar las alarmas, ni dar a Panamá por perdido.

No me preocupa quien ganó. Me preocupa la forma en que hizo, la manera en que se realizaron estas campañas electorales, los insultos, la “sacadera de trapitos al sol”, el odio y el rencor que se derramo con la única intención de llegar a sentarse en la silla del poder. Por más que se hable ahora de “unidad” de un “Panamá de todos” la larga campaña presidencial ha dejado más de un herido. Ha dejado sobre todo a un pueblo “esperanzado” de que las cosas cambien y por conocer al ser humano y también a los políticos, sabemos que lo más probable es que esas esperanzas se vean defrauda
das.
Ruego más que nunca por estar equivocado. Ruego porque el señor Martinelli sea todo lo que dijo ser y aun más. Pero no pongo mis esperanzas en él, ni en su equipo de trabajo, ya dice por allí “maldito el hombre que confía en el hombre” Yo centro mis esperanzas en que Dios está en control de todo lo que ocurre a mi alrededor. Puede sonar simplista pero no lo es. Mientras tanto espero estar equivocado en cuanto al nuevo presidente de Panamá, no sería nada raro que lo estuviera.

educación cívica y lo que nos apasiona

Como ya han de saber muchos, ayer Panamá eligió un nuevo presidente. A pesar de que muchos querían mejores opciones, no queda duda de la opinión de la mayoría en estas elecciones. El sencillo hecho de que salieron tantas personas a votar demuestra que si existe una cultura cívica en Panamá, y aunque puede mejorar la educación cívica en el país creo que tenemos mucho por lo cual estar agradecidos.

Lo que yo tengo que decir no es nada original, "Las felicitaciones al candidato triunfador tienen que estar acompañadas por la cautela: la contundente victoria no es un cheque en blanco, sino el clamor ensordecedor de los panameños que exigimos que sus mejores hijos gobiernen el país con honestidad y justicia social, y que cumplan en palacio lo que prometieron en la calle."

Me gusta la idea de la participación cívica pero que la participación no termina en elegir lideres. La población también es la conciencia de los lideres. En un país como Panamá hay tantas necesidades y espero que el nuevo liderazgo pueda encontrar la manera de tener prioridades que serán buenas.

Supongo que todos tenemos aquellas cosas que mas nos apasionan y deberíamos seguir luchando por ellas reconociendo el valor de las cosas que son la pasión de los demás.