domingo, septiembre 21

niñez perpetua

Anoche tuve una conversación que le siguió el hilo a lo que escribí ayer así que pensé escribir un poquito más. Estuvimos hablando en cuanto a los problemas en la sociedad latino americana y una de las cosas que se ve es una no-apreciación por el trabajo duro, un desconocimiento por como utilizar bien el dinero, una mala administración de los recursos publicos, entre otras cosas. Pero también (y esto no es sólo en latino américa) se ve una prolongada niñez que en vez de promover el bien de la sociedad cultiva malos hábitos

La idea es que los niños siguen siendo niños hasta que ya se hayan convertido en jóvenes y pues uno no realmente tiene las responsabilidades de adulto hasta algún momento después de los veinte y tanto años. ¿Qué está pasando en esta etapa de supuesta preparación para la vida de adulto? Pues, en esa etapa de 'adolecentes'/'pre-jovenes' (o teen-agers) se les está enseñando a los muchachos y muchachas a vivir sin responsabilidad alguna. El valor más alto es la diversión y pocos, pocos, les toca realmente trabajar o por lo menos participar en el mantenimiento de la vida familiar.

(Eso lo digo obviamente como el extremo que se está volviendo más y más la regla general, porque debo reconocer que muchos de mis amigos vinieron de hogares o lugares en los cuales tuvieron que trabajar y o participar por lo menos en la vida familiar.)

Pero, volviendo al punto... ¿estamos malgastando toda una etapa de las vidas de las personas? ¿Qué va a suceder cuando jóvenes quienes no han aprendido a administrar su tiempo y dinero o respetar la propiedad y el tiempo de las demás personas entren en posiciones de liderazgo y poder en la sociedad? ¿Seguiremos en lo mismo de siempre? ¿Cómo vamos a convertirnos en una sociedad que valora el trabajo y no lo ve como algo para los menos privilegiados? ¿Como vamos a convertirnos en una sociedad que aprovecha el tiempo para hacer el bien en vez de una que ve el tiempo como algo para pasar sin motivo alguno? ¿Cómo vamos a convertirnos en una sociedad en el cual los individuos reconocen que sus acciones tienen un impacto en la comunidad en general?

sábado, septiembre 20

la niñez, la literatura, y el cambio social

Me parece interesante que por mucho tiempo la niñez fue algo ignorado, en realidad se pudiera decir que no existía. En un tiempo cuando las personas vivían quizás hasta los 40 años, no había tiempo para ser niños. Uno iba de ser un bebé a trabajar y tener que ser casi adulto. La educación no era de mayor importancia para la mayoría de las personas. Al pasar el tiempo, llegaron los avances del renacimiento y con el invento de la imprenta Gutenberg (1439) sé volvió mucho más fácil imprimir libretas para que las personas más humildes también pudieran aprender a leer.

Alrededor de ese tiempo, también ocurrió la reforma protestante (1517-1648) en la cual, entre otras cosas, tener una relación 'personal' con Dios fue una de los cambios importantes. Pero, para tener está relación con Dios era necesario poder leer la Biblia así que la Iglesia en particular se tomó el trabajo de enseñarle a leer a todas las personas que podían. La calidad de vida estaba mejorando durante este tiempo y las personas estaban viviendo más. Así que había más tiempo para estudiar y 'prepararse' antes de entrar en la vida de adulto.

Como eran religiosos los primeros maestros y los que empezaron las primeras universidades los primeros libros para niños eran libros con la intención de inculcar algún tipo de moral en los niños. Al rededor del mismo tiempo, John Lock (1632-1704) el filosofo inglés se le ocurrió la idea de que la mente de los niños era una 'tabula raza' que estaba en blanco y que sólo había que llenarlo con las cosas correctas y íbamos a tener una sociedad buena.

Fue en ese tiempo que a los niños se les empezó a tomar en serio y lo que es la literatura y los libros empezó a tomar mucha importancia para la formación de la sociedad. Los libros que leían los niños en ese entonces eran principalmente la Biblia y otros libros que les enseñaban buenos modales. Uno de los primeros autores de libros escritos específicamente para niños (que a mi me encanta) fue George MacDonald (1824-1905). Él era un ministro así que seguía en la tradición de escribir libros con una moral pero, estos libros incluían una aspecto de fantasía que no existía antes.

Alrededor de ese tiempo estaba ocurriendo la revolución industrial que fue una de las cosas que permitió un cambio de estilo de vida entre las personas de la clase media. Ahora había tiempo para ser niño y en la educación se empezó a valorar la niñez como un tiempo importante en el desarrollo de las personas. Desde entonces, la literatura infantil ha tomado vida propia. Y es fascinante ver lo que se escribe para los niños de hoy en día.

En realidad, tal vez no tenga razón Locke con eso de la 'tabula raza' pero de todos modos creo que es cierto que la literatura que leen los niños puede tener un gran impacto en la sociedad. A mi me parece que debemos aprovecharnos de la cantidad de literatura buena que existe y permitir que los niños puedan conocer mundos diferentes por medio de la lectura. Porque nunca se sabe quien será el próximo líder que tenga un gran impacto en nuestra sociedad.

lunes, septiembre 15

"mentir también sale caro"

a fin de cuentas, no tiene que ver con dinero; estoy seguro.
resulta que desde hace mas o menos medio año, el mundo se está sumiendo en una crísis financiera principalmente porque "el tío Tom" se le atragantó un movimiento económico, basado en créditos. El problema comenzó porque a algunos bancos y financieras se les ocurrió empezar a conceder créditos "de riesgo". Es decir, créditos a personas que, con un alto indice de seguridad, solo podrían pagar unas cuantas mensualidades. después de eso, estos bancos venderían sus hipotécas a otros bancos sin decir que los clientes no las iban a pagar. pues nada, que al pasar eltiempo, empezó a subir y subir el número de hipotecas y créditos que no se pagaban y las empresas financieras lo comenzaron a resentir, arrastrando consigo a medio mundo.
sin ser economista ni nada por el estilo, creo que hay algo que es muy evidente. es posible que el problema naciese por culpa de gente que pide créditos sin poder pagarlos. pero por otro lado se hace evidente un factor: los primeros grupos que concedieron estos créditos de riesgo ya sabían que era negocio que solo les pagaran unas pocas cuotas y después vender estas hipotecas sin decir que había un problema de pagos con ella. es decir, "engañando".
y he aquí el verdadero problema del sistema y de la crísis. todos hemos escuchado que en las bolsas un factor importante es "el índice de confianza de los inversores". pues en los pequeños negocios, también se debe tener en cuente el índice de confianza. al final, resulta que nuestro sistema económico se tambalea, no porque no haya dinero, sino porque hay engaños y desconfianza.
estos factores "morales" siempre serán parte del desarrollo de nuestro mundo, igual que lo fueron en sus días pasados, y mientras no los valoremos, lo vamos a pagar; y muy caro. en la historia, ya nos hemos llevado palos y hemos visto el rendimiento que genera, no una capacidad económica grande, sino una actitud ética transparente. mira lo que dice Antonio Escohotado en su libro "caos y orden":
“al llegar la Reforma algunos pensaron que el mal comportamiento no se remedia con absoluciones, sino mediante reparación o enmienda, y que en vez de esperar periódicos milagros redentores, el buen cristiano estaba obligado a comportarse con cualquier prójimo como si tratara con Dios mismo. Aunque podría seguir soñando todos los días con el Cielo, y lamentando habitar todavía la concupiscente Tierra, estaba obligado a tener una sola palabra para los negocios, a no engañar ni chapucear, y en definitiva a encontrar un modo irreprochable de ganarse la vida.
Cuando esta actitud cundió – y allí dónde cundió – las profesiones, el comercio y la industria experimentaron un vigoroso impulso. Tan inflexibles en asuntos de fe como convencidos de que acumular bienes materiales nunca sería un fin en si, aquellos puritanos ampliaron el deber de lealtad familiar y clánica al conjunto del cuerpo social, fomentando así el surgimiento de innumerables asociaciones, cuya consecuencia sería dividir el trabajo y optimizar tanto la producción como el intercambio de mercancías y servicios. De este modo, lo inesencial para ellos – aquello susceptible de compraventa – se multiplicó y ramificó hasta extremos nunca vistos, pues para crear genéricamente riqueza no hay procedimiento más seguro que considerarla simple medio. Quien aspira a la riqueza como fin en sí tiende a practicar hábitos de engaño y derroche, que acaban empobreciéndole. En definitiva, no se ha inventado mejor modo de obrar con provecho que una ética del trabajo, cuya esencia es exigirse mucho, en la confianza de que el prójimo hará lo propio
¿confianza? ¿transparencia? ¿ética?...
Este autor comenta tambien: “por razones no religiosas, algo análogo descubrió Japón en la primera mitad del siglo XVII con el surgimiento de las primeras ciudades comerciales, y sobre todo a finales del siglo XIX”
nada, no se por qué, pero sin ánimo de damrmelas de entendido, pienso que esta crísis (denominada como mucho como la mayor crísis, incluso aun mayor que la de los 20's en EEUU) no se resolverá insuflando más dinero por parte de "papá estado" (40.000.000.000 de dólares es el último desembolso que pidió Bear Stearns para no hundirse como le pasa ahora a Lehman Brothers, el cuarto banco de inversiones de EEUU). la promoción de un "capitalismo sin piedad" es autodestructivo, porque el propio sistema no lo puede mantener por mucho tiempo. es cierto, parece que todo esto es cíclico y "volverán los buenos tiempos otra vez". pero demosnos cuenta de una vez que esa maldita manía de mentir y de consumir devoradoramente, y de pensar que una "moral" real no vale para nada, nos va a salir caro. y nunca mejor dicho: muy caro.
ah, por cierto. estoy seguro de que aquellos que ofrecieron las hipotecas a alto riesgo también están pagando el pato. mentir sale caro; a todos; incluso, por raro que pareza, a los que lo hacen.
referencia bibliográfiaca: Antonio Escohotado, Caos y Orden, (1999): 272-273.

domingo, septiembre 14

Placer.

¿Por qué sufrimos como seres humanos? Sé que la pregunta no es nada original, ha sido una interrogante que ha acompañado al hombre desde siempre. Las respuestas han sido diversas y las reacciones iguales. Inclusive hay quienes basan su falta de fe en Dios porque “el sufrimiento es una prueba de que Dios no existe o bien es un Dios maligno”

No puedo dar la respuesta al enigma este, (sé que nadie esperaba que lo hiciera) sin embargo puedo plantear el otro extremo de la interrogante. ¿Por qué tenemos placer? ¿Por qué disfrutamos? A ningún genial ateo se le ha ocurrido pensar que la existencia del placer en contraposición al dolor es una prueba de la existencia de Dios y su bondad, pero ese tampoco es el punto.

La pregunta del porque del placer, tampoco es original, Chesterton ya lo había planteado con anterioridad. Y lo expresa muy bien con este poema:

"Aquí muere otro día,

durante el cual tuve ojos, oídos, manos

y el vasto mundo en torno mío;

y mañana empieza otro.

¿Por qué se me conceden dos?"

Definitivamente el cuestiona miento de Chesterton es valido y es que aun el placer, hay que tomarlo en serio. Hace algunos meses escribí algo así como “Placer por placer o por algo más” donde defendía la postura que señala que no es necesario tener una excusa o una utilidad para disfrutar del placer. Fuimos creados con la capacidad de deleitarnos, de disfrutar un amanecer, de apreciar el juego de palabras de un buen escritor, de embotarnos en el olor de algún caro perfume, de celebrar hasta quedar sin voz por la victoria de nuestro equipo, de disfrutar de la compañía de un ser humano e inclusive algunas veces, de recrearnos en la soledad que nos permite reflexionar y quizás mirar las cosas desde otra óptica.

Pensándolo bien, el placer y el dolor vienen siendo complementos. No disfrutaríamos tanto un buen vaso de agua fría si antes no pasamos por un periodo de sed. El dolor incluso tiene muchas utilidades más (ese es otro tema) pero estoy convencido que una de ellas es hacernos apreciar aun más el regalo del placer, que como bien ya dijeron muchas veces se esconde en las cosas sencillas.

sábado, septiembre 13

Me gusta, pero me asusta

Debo confesar con vergüenza que yo soy una de esas personas que huye del descanso, del ocio y del placer. ¿Por qué? Creo que soy una hija más de esta cultura activista, adicta al trabajo y consumista. No me enorgullezco de ello, pero reconozco que baso mi valor personal en mis logros, en lo que hago, cómo lo hago y cuánto hago. Por esa razón, trabajo ocho horas diarias, pero rara vez cumplo con mi horario, suelo quedarme más tiempo en la oficina haciendo cualquier cosa. Estoy involucrada en algunos ministerios de la Iglesia, que me demandan ensayos, reuniones y preparación. Como todavía me quedaba tiempo, comencé a asistir a los ensayos del coro. Además, escribo en dos blogs. Pero esto no me fue suficiente, me comprometí a escribir material para un ministerio. En ese sentido, como se podrán dar cuenta, no queda mucho tiempo para el ocio o el placer.

¿Cuál es el resultado de esto? Me estoy perdiendo de las cosas buenas de la vida... Esto no quiere decir que lo que hago no es bueno, es más, lo disfruto mucho. Sin embargo, rara vez me queda tiempo para ciertos placeres que alegran mi corazón. Hace bastante rato no me he sentado a leer un buen libro por placer. Leo mucho pero para cumplir con actividades, y sí, lo disfruto, pero se me antoja leer algún libro "vanal" que no tenga el fin de engrosar el intelecto. ¿Puedes creer que el otro día me prestaron una película y no pude verla sino tres semanas después? Y amo ver películas, es uno de mis placeres preferidos. Otra cosa que me encanta es ¡dormir! Nada se compara a una siesta en la tarde del domingo, antes de ver una buena película y cerrando con un buen libro antes de la cena.

¡Pero no tengo tiempo para ello!

La solución es simple: dejar alguna de mis actividades para tener más tiempo para el ocio y el placer. ¡Eso me gusta! Me gusta, pero me asusta... Tengo miedo de hallarme buena para nada sin el activismo al que me he vuelto adicta. Me aterra dejar de ser indispensable y darme cuenta que aquello que dejé de hacer, alguien más lo tomó y lo pudo hacer igual o mejor. Me asusta que mi cuerpo comience a sufrir la falta de adrenalina y de presión, lo confieso, soy workohólica. ¿Qué me queda? Comenzar a depender de Dios para buscar un equilibrio en mi vida. Dejar de entender con la mente que mi valor está en Cristo y hacer carne en mi vida el hecho de que soy importante porque el Creador del universo me ama. Sí, tengo que dejar algunas cosas y comenzar a deleitarme en las cosas simples de la vida, en lo que hace que mi corazón se alegre. Así que por ahora dejo de escribir y voy por un buen libro o una película... o quizá duerma una siesta.

miércoles, septiembre 10

El arte de lo cotidiano

Yo creo que el ‘ocio’ o las cosas que hacemos por placer --que no tienen un fin claro-- tienen un valor inmenso. Obviamente ser trabajador y cumplir con los deberes de la vida es indispensable en la vida de cada persona. Viene sin decirlo que el placer no debe reemplazar estas cosas pero, creo que las cosas que hacemos en nuestro ‘tiempo libre’ que nos dan placer pudieran ser igual de importantes.

Para los niños, el juego y la diversión es una parte de la manera que ellos aprenden y se desenvuelven como seres humanos. Yo creo que los adultos también aprenden muchas cosas de lo que hacen por placer que le da un aprecio agregado a la vida como seres humanos.

He estado leyendo un libro que se llama ‘El arte de lo cotidiano’ por Wendell Berry y en este libro el habla de la importancia de estar presente en el lugar dónde vivimos. Creo que hay maneras de ocuparnos tanto que ya no entendemos el lugar ni las personas que nos rodean. Y creemos que por todas nuestras actividades y trabajos estamos ayudando cuando en realidad no estamos tomando el tiempo para prestar atención a lo que nos rodea. Y en realidad, es lo cotidiano que le da ese color especial a la vida.

Así que esta es mi perspectiva en cuanto al ocio y el placer. Si lo que hacemos en nuestro tiempo de ocio nos ayuda a estar más presente al lugar que nos rodea, nos permite sentarnos callados y sentir paz, si nos da una conciencia más atenta de las cosas que nos rodea, y si nos permite saber que el lugar en el que estamos tiene belleza y las personas que nos rodean tienen algo que enseñarnos en cuanto a la vida entonces, eso es verdadero placer que tiene valor porque nos ayuda a sentir tranquilidad en medio de la vida que muchas veces puede ser demasiado ocupada como para apreciar lo que nos rodea.

Así como los niños, lo que hacemos por placer como adultos nos ayuda a desenvolvernos como seres humanos. Si nos gusta leer –se nos abren puertas a otros lugares y otras maneras de pensar, si nos gusta la música –podemos apreciar la belleza de la creatividad humana, si nos gusta el arte –podemos empezar a entender la historia humana por medio del relato visual, si nos gusta la naturaleza –podemos sentir el asombro por la creación, si nos gusta el deporte –podemos gozar del juego y la competencia, si nos gusta el diseño o la arquitectura –podemos asombrarnos de la imaginación humana al ver las fachadas de edificios e iglesias.

Para mi, este es el propósito del ocio y el motivo por el cual deberíamos dedicar algo de tiempo al placer –nos da un espacio para reflejar y sentir el valor del lugar en el cual estamos apreciando la creatividad y la paz que se puede sentir solo cuando entendemos que deberíamos estar aquí en el lugar que estamos.

¿Cuáles son esas cosas cotidianas que hacen ustedes en su tiempo de ocio que les ayuda a apreciar la vida y entender mejor a las demás personas?

lunes, septiembre 8

¿Una relación? ¿Con Dios?

No son pocas las conversaciones que he tenido en los últimos meses que se han tratado con la pregunta de Dios y de ¿cómo será la relación que se supone que podemos tener con Él? Reconozco que esa pregunta trae consigo una cantidad increíble de ideas preconcebidas. Una de esas ideas es que Dios existe y que es una persona o por lo menos se pudiera relacionar con nosotros de una manera personal. Y esa idea nos trae a la segunda pregunta ¿Es Dios algo más que una fuerza que unifica todo --la naturaleza y lo espiritual?

¡Hay, si yo pudiera contestar estas preguntas a la satisfacción de alguno! Pero, intentaré compartir mis inquietudes de una manera sincera. Empecemos con la segunda pregunta. En realidad, por mucho tiempo yo había pensado que la idea de que Dios fuera ‘todo’ o que estuviera en todos era una idea un poco simple. Pero, ahora, sinceramente, entiendo porque esa idea es atractiva.

Para la persona que presta atención y valora lo que le rodea no es difícil reconocer que tenemos un cierto nivel de dependencia los unos de los otros. Necesitamos de que la naturaleza produzca como fue creado para que nosotros los humanos podamos vivir, y los que prestamos atención también nos damos cuenta de que tenemos una gran responsabilidad para proteger y cuidar lo que nos rodea para que podamos seguir viviendo como lo hacemos ahora. Al ver estas realidades en el mundo y en la naturaleza no es fuera de lo posible creer que pudiéramos estar todos conectados en algún sentido y que esto fuese a lo que nos referimos como esa ‘fuerza protectora’ o ‘dios’.

Pero, yo no sé tu, dejarlo allí no me satisface porque me parece que con el egoísmo interno que compartimos como humanos la sencilla idea de que todos ‘somos parte de una sola cosa’ (que yo creo en algún sentido) realmente no es motivación suficiente como para verdaderamente hacer un esfuerzo por cuidar aquello o aquellos que no me pertenecen. ¿Porqué, en realidad, tenemos la motivación de unirnos con otros en compañerismo o ayuda?

Creo que la respuesta tiene que ver con la idea de que Dios es una persona. Y la idea Cristiana que Él es una Trinidad. Él (o Ella) es tres personas en una. Tres personas en relación constante y perfecta entre ellos. Me hacen falta las palabras, el tiempo, y el espacio para tratar de explicar lo que pudiera significar eso pero, implica que en Él mismo Dios representa lo que quiere de nosotros. El Dios Cristiano es un Dios que creo al hombre y la mujer para que lo reflejara a Él y Él es una persona en relación perfecta. Si el Cristiano fue hecho para reflejar la imagen de Dios, entonces fue hecho para estar en relación con otros.

Se habla mucho entre Cristianos de estar en ‘relación’ con Dios y esta es la primera pregunta que tuve al escribir esto. ¿Qué será eso? Me parece muy obvio que en general, Dios no está presente como una persona en carne y hueso. Bueno, para mi no. Así que no es extraño que hay veces que el concepto de estar en ‘relación’ con esta persona invisible es un poco difícil de entender. A mi me gustaría que a Dios lo pudiera tocar y que cuando le estoy contando de mi vida y mis necesidades que me pueda mirar a los ojos con una mirada comprensiva. Eso no es exactamente a lo que se refieren la mayoría cuando están hablando de estar en ‘relación’ con Dios. (Muchas personas hablan de leer la Biblia como el método principal de estar en ‘relación con Él’ pero yo no estoy de acuerdo, aunque sí creo que en la Biblia es cómo llegamos a conocer verdades en cuanto a Dios.)

Tal vez, estar en relación con Dios tiene mucho que ver con reflejar el Espíritu de Dios en nuestras vidas… un Espíritu que en su esencia se relaciona con otros. Yo creo que la presencia de Dios con nosotros tiene mucho, mucho que ver los las personas y a naturaleza que nos rodea. Él quiere que estemos en relación con las personas que nos rodean porque es en relación con otros que llegamos a vivir (si no entender) lo que significa estar en relación con Dios. Es posible, creo yo, que podemos pasarnos toda la vida hablando de la ‘relación con Dios’ pero si nunca nos dedicamos a amar, entender, y compartir con otras personas nunca llegaremos a experimentar lo que quiere decir eso.

No creo que Dios sea solo una fuerza impersonal que nos sigue por la vida pero sí, hay veces que es difícil sentir su presencia. Sin embargo, cuando no lo sentimos son en esos momentos que deberíamos con más alegría volvernos a las personas que nos rodean. No lo hacemos porque todos somos parte de ‘una sola fuerza’ pero lo hacemos porque todos somos diferentes y podemos relacionarnos los unos con los otros. Y las relaciones formadas en el espíritu de amor (que viene de Dios) nos puede llenar y ayudar a entender lo que quiere decir estar en relación con Dios (de forma activa aunque no siempre sea algo que entendamos concientemente).

viernes, septiembre 5

Dios personal

Dios es mi aire, mi tierra, mi agua y mi fuego. Dios es lo único que necesito para encontrar equilibrio y traer estabilidad a mi existencia. Como dice una de mis canciones favoritas, Dios es "el refugio de la lluvia, y la lluvia que me limpia". Dios... La definición que yo tengo de Dios probablemente es distinta a la que tú tienes. Para muchos, Dios es la gran sabiduría que mantiene al mundo en movimiento. Para otros, es una fuerza compuesta de todo lo bueno, y es perfectamente manejable con nuestra psiquis. Hay quienes piensan que es mujer, otros creen que es hombre. Incluso están los que niegan su existencia y deifican al ser humano. Alá, Inti, Buda, Quetzalcoatl, el Gran Arquitecto, Jehová... Todos tienen una concepción y un nombre. Pero lo que te voy a decir, aunque puede sonar pretencioso, es verdad: Yo conozco a Dios. Tengo una relación con Él.

A lo mejor alguien se pregunta, ¿cómo nos podemos relacionar con una fuerza impersonal? ¿Cómo puede el Creador tomarse el tiempo para relacionarse con sus criaturas? Es que podemos apreciar mucho de lo que es Dios a través de la contemplación de la naturaleza y de nuestra interacción con las demás personas. Sin embargo, me he dado cuenta que la única manera de conocer profundamente a Dios es a través de la Biblia. En la Escritura veo a un Dios que se alegra, que se entristece, que se enoja y que tiene misericordia. Veo a un Dios que no se conforma con estar tranquilo en su cielo, sino que se involucra emocionalmente con su pueblo y con la historia. Y como si esto fuera poco, la Biblia me habla de un Dios que decidió encarnarse y venir a vivir como ser humano entre nosotros, solamente para que podamos reconciliarnos con Él. Dios nos comparte sus misterios y nos da sabiduría de su persona cuando nuestro corazón sinceramente anhela conocerlo, sin motivaciones egoístas. Es ahí cuando Él nos abre los ojos y podemos apreciarlo tal como es.

Hace un momento te decía que yo conozco a Dios, pero también te conté que tengo una relación con Él. El Señor está pendiente de cada palabra que dicen mis labios, de cada pensamiento, de cada paso que doy. Dios me cuida, me enseña, me disciplina, me hace crecer cada día. Con Él puedo hablar de todo y me escucha. Tengo la certeza de que no le estoy hablando al aire porque Dios enseguida me responde. No es coincidencia que todas mis necesidades estén cubiertas y todos mis sueños realizados. Como buen Padre, el Señor ha estado pendiente de proveer y de consentir. De la misma manera, su amor paternal me impide ir por caminos que no convienen a pesar de mi terquedad, porque a Él le interesa formar mi carácter. Tener una relación íntima con Dios no significa que voy a dejar de atravesar por momentos difíciles, sino que Él me acompaña en medio de la adversidad, me da fuerzas para enfrentar los problemas y me permite aprender de ellos, para que yo llegue a ser una mujer íntegra, sabia y santa.

A Dios no siempre lo siento, pero sé que está conmigo. Lo dice su Palabra y con el pasar del tiempo siempre he podido comprobarlo. Dios no es fuerza, ni energía. Dios es una persona divina que nos creó para que tengamos una relación personal, íntima y profunda con Él. Te invito a que hagas la prueba, no te arrepentirás.

Dios y yo

Dios permanece y permanecerá como uno de los enigmas de esta vida. Algunos creemos en su existencia y su poder por pura fe, mientras intentamos descifrar el enigma que envuelve un ser "completamente otro" como dijo Kierkegaard. Existen muchas maneras de acercarse a Dios, casi tan variables y volátiles como las personas mismas. Pesa sin lugar a dudas la formación de la persona, su vida familiar, sus estudios, su cultura, su intelecto, etc. Aspectos que marcan a la hora de tener una relación con Dios.

No es un secreto para nadie de los que me conoce, que he crecido desde pequeño bajo las enseñanzas del cristianismo. Se me inculco el temor reverente, la dependencia de Dios y la conciencia clara de que a él le interesa cada uno de los aspectos de mi vida. El tiempo no ha sido clemente conmigo y a lo largo de los años me he encontrado con diversas posturas tan bien argumentadas que siendo sincero han sacudido muchas de mis bases. La pregunta es necia y ha sido discutida hasta la saciedad, pero siempre repica una y otra vez ¿Por qué creo en Dios? o quizás con un poco más de complicación, ¿Qué creo en cuanto a Dios?

Todos creen algo en cuanto a Dios, inclusive los ateos que creen que no existe o los agnósticos que creen en la posibilidad de que exista, los panteístas que creen que todo es Dios y los ridículos fanáticos que creen que Maradona lo es. Creer en Dios o mejor dicho creer algo sobre Dios no significa creer lo correcto.

Inclusive aquellos que pretendemos ser "conservadores" en cuanto a nuestra manera de ver Dios, pronto deberemos admitir que nuestros conceptos teológicos son muchas bases productos de nuestra cultura, nuestro entorno y en algunas ocasiones, hasta de nuestra conveniencia. Hemos hechos "dioses" a nuestro tamaño y medida, pero ese es otro tema.

La pregunta es ¿Quién es Dios en realidad? y como puedo estar convencido de que conozco la verdad sobre él, mi respuesta es: no tengo la menor idea. Creo firmemente sobre todo que Dios no es una fuerza impersonal que se nos mantiene con vida como la cuerda de un reloj. Creo más bien en un ser infinitamente superior, que esta a la espera de que le descubramos y nos sorprendamos con quién es y lo que puede hacer.

No estoy parado desde un argumento científico o lógico, simplemente lo estoy sobre lo que me dice mi corazón. Hay un Dios y quiere que le conozca.

martes, septiembre 2

"volverán..."

Volverán.
los increíbles juegos olímpicos que acaban de pasar volverán. parece casi imposible que se puedan repetir unos juegos como los que acaban de pasar. parece imposible que se vuelva a repetir tal cosa: un increíble y (casi) perfecto show de apertura, records rotos e incluso un movimiento social que no se nos debe olvidar (a nadie se le escapará la cuestión del Tibet o la máscara que se le puso a la sociedad china frente al mundo).
pero volverá. vendrán otros juegos, por cierto. quizá pasen cuatro, ocho o doce años, pero al final veremos cómo se repite la mágia olímpica. otro Phelps, otro(s) Usain(es) Bolt(s), otro Nadal, otro deportista cualquiera que nos dejará con la boca abierta, con los pelos de punta y con la piel de gallina, justo - justo - cuando nadie se lo espere; y lo hará con los ojos cerrados. no soy profeta, pero recuerda: lo imbatible, batido; lo inrompible, roto; lo inalcanzable, otra vez alcanzado.
y es que esa es la vida. se nos recuerda que siempre se puede mejorar, se nos presenta una meta y con ella, la esperanza de alcanzarla y mejorarla. y así es ¿qué nos enseña la historia? que los "mejores que los mejores" vendrán y nos volverán a hacer vibrar ante la televisión.
porque nada es inalcanzable.
asi que no desesperes: volverán.