No son pocas las conversaciones que he tenido en los últimos meses que se han tratado con la pregunta de Dios y de ¿cómo será la relación que se supone que podemos tener con Él? Reconozco que esa pregunta trae consigo una cantidad increíble de ideas preconcebidas. Una de esas ideas es que Dios existe y que es una persona o por lo menos se pudiera relacionar con nosotros de una manera personal. Y esa idea nos trae a la segunda pregunta ¿Es Dios algo más que una fuerza que unifica todo --la naturaleza y lo espiritual?
¡Hay, si yo pudiera contestar estas preguntas a la satisfacción de alguno! Pero, intentaré compartir mis inquietudes de una manera sincera. Empecemos con la segunda pregunta. En realidad, por mucho tiempo yo había pensado que la idea de que Dios fuera ‘todo’ o que estuviera en todos era una idea un poco simple. Pero, ahora, sinceramente, entiendo porque esa idea es atractiva.
Para la persona que presta atención y valora lo que le rodea no es difícil reconocer que tenemos un cierto nivel de dependencia los unos de los otros. Necesitamos de que la naturaleza produzca como fue creado para que nosotros los humanos podamos vivir, y los que prestamos atención también nos damos cuenta de que tenemos una gran responsabilidad para proteger y cuidar lo que nos rodea para que podamos seguir viviendo como lo hacemos ahora. Al ver estas realidades en el mundo y en la naturaleza no es fuera de lo posible creer que pudiéramos estar todos conectados en algún sentido y que esto fuese a lo que nos referimos como esa ‘fuerza protectora’ o ‘dios’.
Pero, yo no sé tu, dejarlo allí no me satisface porque me parece que con el egoísmo interno que compartimos como humanos la sencilla idea de que todos ‘somos parte de una sola cosa’ (que yo creo en algún sentido) realmente no es motivación suficiente como para verdaderamente hacer un esfuerzo por cuidar aquello o aquellos que no me pertenecen. ¿Porqué, en realidad, tenemos la motivación de unirnos con otros en compañerismo o ayuda?
Creo que la respuesta tiene que ver con la idea de que Dios es una persona. Y la idea Cristiana que Él es una Trinidad. Él (o Ella) es tres personas en una. Tres personas en relación constante y perfecta entre ellos. Me hacen falta las palabras, el tiempo, y el espacio para tratar de explicar lo que pudiera significar eso pero, implica que en Él mismo Dios representa lo que quiere de nosotros. El Dios Cristiano es un Dios que creo al hombre y la mujer para que lo reflejara a Él y Él es una persona en relación perfecta. Si el Cristiano fue hecho para reflejar la imagen de Dios, entonces fue hecho para estar en relación con otros.
Se habla mucho entre Cristianos de estar en ‘relación’ con Dios y esta es la primera pregunta que tuve al escribir esto. ¿Qué será eso? Me parece muy obvio que en general, Dios no está presente como una persona en carne y hueso. Bueno, para mi no. Así que no es extraño que hay veces que el concepto de estar en ‘relación’ con esta persona invisible es un poco difícil de entender. A mi me gustaría que a Dios lo pudiera tocar y que cuando le estoy contando de mi vida y mis necesidades que me pueda mirar a los ojos con una mirada comprensiva. Eso no es exactamente a lo que se refieren la mayoría cuando están hablando de estar en ‘relación’ con Dios. (Muchas personas hablan de leer la Biblia como el método principal de estar en ‘relación con Él’ pero yo no estoy de acuerdo, aunque sí creo que en la Biblia es cómo llegamos a conocer verdades en cuanto a Dios.)
Tal vez, estar en relación con Dios tiene mucho que ver con reflejar el Espíritu de Dios en nuestras vidas… un Espíritu que en su esencia se relaciona con otros. Yo creo que la presencia de Dios con nosotros tiene mucho, mucho que ver los las personas y a naturaleza que nos rodea. Él quiere que estemos en relación con las personas que nos rodean porque es en relación con otros que llegamos a vivir (si no entender) lo que significa estar en relación con Dios. Es posible, creo yo, que podemos pasarnos toda la vida hablando de la ‘relación con Dios’ pero si nunca nos dedicamos a amar, entender, y compartir con otras personas nunca llegaremos a experimentar lo que quiere decir eso.
No creo que Dios sea solo una fuerza impersonal que nos sigue por la vida pero sí, hay veces que es difícil sentir su presencia. Sin embargo, cuando no lo sentimos son en esos momentos que deberíamos con más alegría volvernos a las personas que nos rodean. No lo hacemos porque todos somos parte de ‘una sola fuerza’ pero lo hacemos porque todos somos diferentes y podemos relacionarnos los unos con los otros. Y las relaciones formadas en el espíritu de amor (que viene de Dios) nos puede llenar y ayudar a entender lo que quiere decir estar en relación con Dios (de forma activa aunque no siempre sea algo que entendamos concientemente).
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