martes, agosto 31

Algo esta sucediendo en Panamá.


Ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá? Y ante ciertas personas uno se pregunta: ¿qué leerán? Y al fin, libros y personas se encuentran. André Gide
El domingo concluyó la feria del libro de Panamá. Por primera vez se hace de manera anual y vaya que es una buena noticia para aquellos que tenemos que buscar y rebuscar para encontrar buenos libros. Podría decir algunas cosas que pudieron ser mejores, los precios por ejemplo, pero creo que es suficientemente bueno que durante cuatro días Panamá tenga una feria donde lo más importante son los libros y la palabra escrita.

Fui tres días y las tres veces regrese con una sonrisa de oreja a oreja, de esas que luego de un rato hace que te duelan los músculos de la cara. –Algo está pasando en Panamá- me decía Hannah con una sonrisa similar o quizá mucho más grande que la mía.

Y en definitiva habría que ser ciego para no darse cuenta de que los esfuerzos titánicos que han hecho otras personas antes que nosotros porque Panamá tenga un lugar en el mundo de los libros o viceversa.

Nos encontramos con escritores que orgullosos ofrecían sus autógrafos a quienes estuvieran interesados en sus libros. Al pasar a su lado no podías dejar de sentir un remix de emociones, emoción, porque en Panamá se está escribiendo cada vez más (La prensa de hoy dice que dos libros por día) un poco de envidia, porque ya quisiera uno haber concluido una obra y poder ofrecerla y esperanza pues algún día quizá algo de lo que uno escribe tendrá un lugar allí.

Nos encontramos con gente joven queriendo enfocar el periodismo de una nueva manera, ya era hora que algo así se hiciera en Panamá, con chicos que llegaban atraídos por la novedad u obligados por la escuela pero de todas maneras allí viendo cientos y cientos de libros que quizá por una portada interesante o por alguna película vista previamente le introduzca en el mundo de las letras, nunca se sabe.

Nos encontramos amigos, conocidos, escritores, periodistas, políticos, actores, presentadores todos interesados de una u otra forma en los libros. Algo está pasando en Panamá, es algo bueno, y definitivamente va depender de nosotros poder sacarle el mayor provecho a esta ola de cultura y amor por los libros que de poco empieza a tomar fuerza.

Algo está sucediendo en Panamá. Tiene que ver con los libros, con la palabra escrita, con la reflexión y eso, sinceramente, me hace feliz.

Ariel

sábado, agosto 28

La inspiración de los libros

Yo soy tan feliz cuando estoy rodeada de libros y de personas que aman los libros.  Me encanta la creatividad y las personas que saben apreciar lo bello en las cosas sencillas.  Por eso creo que me encantan los libros.  Me encantan las cosas hermosas y sencillas, un paisaje antes de que va a llover, un paisaje después de que ha llovido, una comida bien hecha y bien presentada, una canción bien escrita.  Es el conjunto de cosas sencillas que hace que lo que hagamos día tras día tenga sentido.  Una sonrisa de un niño, una caricia de quien te ama, lo pequeño, lo sencillo.

Hace poco regresé a Panamá.  Me casé, empecé a trabajar como profesora de español, todo muy rápido.  En medio del remolino que ha sido empezar nuestra vida aquí en Panamá, he ido descubriendo algunas cosas que me tienen muy emocionada.  Son cosas pequeñas.  Un café donde puedo ir a leer, tomarme un té, y conversar.  La vista cuando se cruza el puente de las Americas o el puente Centenario (las dos vistas me emocionan).  Tener estudiantes a los cuales voy a intentar transmitir el amor por la lectura durante todo un año escolar.  El bosque, la playa...

Esta semana he podido ir a la Feria Internacional del Libro.  Yo estaba tan emocionada por este evento e ir y ver a tantas personas por lo menos interesadas en curiosear los libros en la Feria tambièn me ha hecho sentir más feliz.  Creo que algo está pasando en Panamá.  En nuestro país que no se conoce por su amor a la literatura está naciendo una generación o por lo menos una sub-cultura más representativa que sí disfruta del arte de los libros, los cuentos, la narrativa... es bonito.
 
Creo que la lectura puede cambiar a las personas de una buena manera.  Abre tu mente a pensar de una manera más abierta y también de una manera más critica.  Creo que te da la oportunidad de ver cosas que no habías visto antes en las personas que te rodean y te inspira a ser algo más y de hacer algo más con tu vida.  Otra cosa que me hizo sentir muy feliz fue escuchar del grupo de personas que han trabajado por empezar a escribir El Guayacán.  Me encanta porque es una revista que tiene la intención de hacer periodismo de otro tipo, que promueva la literatura, la cultura, el pensar... 

Estoy regresando a Panamá en un momento oportuno.  Creo que hay muchas cosas emocionantes que están naciendo y estoy ansiosa por unirme a todo esto que está ocurriendo para que Panamá pueda convertirse en un lugar dónde se disfruta de la lectura, de la narrativa, y que se usa la escritura para promover el pensamiento critico.  ¡Qué momento para estar aquí!  Me siento inspirada.

martes, agosto 24

Estos tiempos de desesperanza...

Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella
Se los juro. Me he sentado más de tres veces en este mismo lugar, con la pantalla en blanco y el cursor parpadeando sediento de palabras. He estrujado hasta el limite mi cerebro y mis pocas habilidades literarias intentando escribir algo coherente. Algo sobre lo mucho que apestan las cosas políticas, sobre injusticias, sobre abuso de poder. En resumen escribir un poco sobre las muchas cosas que de a poco, pero sin descanso, amenazan con destruir Panamá; mi Panamá.

No he podido escribir nada porque las ideas se me nublan con sentimientos humanos (e inútiles) porque no quiero ser tachado de extremista o calificado simplemente de "oposición", adjetivo que en algún momento fue valioso pero que hoy en Panamá no vale nada, no quiero entrar tampoco en el eterno debate de aquellos que ven la política cual si se tratara de un partido de fútbol que dura cinco años. Apoyan al candidato por el cual votaron sin ver si lo que hace es correcto, incorrecto o tan siquiera tiene alguna similitud con aquellas cosas que prometió a los cuatro vientos en la campaña. ¿cuando aprenderemos que la política no es un juego de fútbol? -de ser así hace ratos vamos perdiendo todos, y por goleada.

Panamá se deshace lenta y dolorosamente para aquellos que lo notamos. Ayer leía en un periódico como la carrera de filosofía estaba a punto de desaparecer en Panamá. Pensé que aquello tiene sentido pues de todas maneras a los panameños no nos gusta pensar. Me duele y me desespera todo lo que esta ocurriendo y siento la terrible impotencia de solo poder teclear palabras en un blog. Y mientras tanto me duele Panamá y nada cambia.

Lo bueno es que siempre hay voces y personas dispuestas a decir algo. A opinar, a jugarse el pellejo, y en los tiempos que corren eso es más que una metáfora, como por ejemplo Paco Gómez Nadal un periodista español radicado en Panamá que escribe en La Prensa. Sus escritos siempre van directo a los problemas y lo hace con arte y gracia.

Precisamente hoy que leía el periódico y sentía esa ola de podredumbre, desesperación e impotencia. Leí un articulo de él. Aunque disto bastante de estar completamente de acuerdo con él, debo decir que su articulo me ha hecho tomar aire, respirar, sentirme tranquilo y esperanzado que quizá, después de todo, a pesar de tanto corrupto y tanto loco, aun hay esperanza para Panamá.

No pensaba escribir tanto, solo quería dejar el escrito, pero quizá con un poco de contexto sera más claro de donde viene mi frustración. Se los dejo, léanlo, sean de Panamá o no, pues creo que todos nuestros países latinoamericanos tienes cayos que pisar. prensa.com Panamá - Opinión

Ariel



martes, agosto 3

De banquetes, bodas, fe de erratas y mea culpas

Nunca es tarde para el arrepentimiento y la reparación. Charles Dickens

Quienes me conocen de manera cercana (o casi) me habrán escuchado en más de una ocasión criticar y vociferar contra las pomposas ceremonias de cualquier tipo. También podrán dar fe sobre las miles de cosas que hablé y dije en cuanto a las bodas. Comentaran, con absoluta certeza y razón, que solamente he ido a tres bodas por voluntad propia. Dirán, entre otras cosas, que siempre dije que no eran más que pérdida de tiempo, dinero y hasta de un poco de dignidad. Entiéndanme por favor es fácil ver los toros desde la barrera y desde allí despotricar contra ellos.

Pero la vida es como es y fue diseñada para que las palabras que soltamos hoy sean nuestro alimento de mañana, es decir para que nos traguemos todas aquellas cosas que decimos sin mucha reflexión. Yo, me he dado un banquete y me gustaría compartir con ustedes algo de eso.

Escribo una semana y dos días después de mi boda. Me casé con mi mejor amiga, con mi confidente y con la persona que mejor me conoce, eso lo hemos confirmado aun más en estos días que llevamos juntos. Y debo decir que contrario a todo lo que pensaba que iba a ser, la ceremonia, se convirtió en uno de los momentos más hermosos de mi vida.

El poder compartir delante de amigos y familiares que amo a Hannah y quiero hacer todo por hacerla feliz. El compartir la fe mutua de que nuestro compromiso es delante de Dios, el poder ser abrazado y felicitado por buenos amigos hizo que todo fuera absolutamente diferente.

Vale aclarar que tampoco fue una boda tradicional en muchos sentidos, Hannah y yo la hicimos a nuestro gusto y medida casi en todos los aspectos. Y disfrutamos todo. Y aunque hicieron falta algunas personas, ustedes saben quiénes son, fue especial poder compartir con aquellas cercanas que nos aman y se regocijan en nuestro amor.

En resumen debo tragarme todas mis palabras y admitir que una boda puede ser uno de los momentos más hermosos y especiales de la vida. Estoy seguro que ahora siendo un hombre casado mi historial de bodas se ampliara, mi esposa no comparte mi apatía por estos eventos, y quien sabe a lo mejor pueda seguir aprendiendo de estos pomposos eventos que acaban de adquirir una nueva dimensión para mí.

Como dicen por allí no es malo estar equivocado, lo malo es no corregir. Considéreseme corregido por favor.