domingo, febrero 28

Libro: El niño con el pijama de rayas


Acabamos de terminar de leer el libro El niño con el pijama de rayas. Es un libro triste escrito de la perspectiva de Bruno, el hijo de un oficial nazi que se muda con su familia al campo de exterminio de Auschwitz. El niño conoce a un niño judío que se llama Shmuel que vive al otro lado de la cerca y tiene un "pijama de rayas". Me gustó el libro, especialmente como un libro para intentar hablar sobre ese tiempo tan horrible en la historia moderna. 
El libro tiene una forma simple y sin duda introduce el tema de lo sucedido durante el holocausto jóvenes de una manera verídica pero no demasiado explicita para poder empezar una conversación sobre el tema. El libro deja mucho por explicar y --para algún niño que no hubiera estudiado mucho sobre el tema-- sembraría muchas preguntas en sus mentes. Yo diría que este libro no lo deberían leer niños sin tener algún adulto que esté dispuesto a conversar sinceramente del tema con el o ella después de leerlo. 
Me gusta que el personaje principal es un niño alemán que sin haber sido muy indoctrinado hacia el prejuicio trata a todas las personas que conoce como seres humanos. El no lleva prejuicios que lo hace pensar que unas personas son más valiosas que otras o que algunas personas ni siquiera son seres humanos. Pero, Bruno también es un niño bastante egoista, a pesar de que entabló amistad con el niño Shmuel, no pudo realmente captár la magnitud de la diferencia de lo que vivían los dos niños. El final es muy triste pero, no la voy a contar.

La paradoja del escritor

Hoy en la mañana estaba buscando un libro y me encontré con una frase que me puso a pensar en la paradoja de querer ser escritor. La paradoja consiste en que para poder escribir bien hay que estar sumamente interesado en el mundo y las personas que nos rodean --un buen escritor tiene que ser observante-- pero al mismo tiempo hay que poder disfrutar de pasar horas tras horas solo intentando escribir de lo mismo que nos apasiona de la vida. Es una paradoja.
La vida está llena de paradojas y la de querer escribir puede que sea una de las más sencillas. Sin embargo, aun tomando en cuenta que es una paradoja no deja de crear un poco de ansiedad en aquellas personas que desean las dos cosas. Esta es, creo, la expicación más sencilla de una de las ansiedades que siento en la vida. Por un lado estoy fascinada con las personas que me rodean y deseo, más que nada, observarlos y conocerlos pero, por el otro lado deseo tener tiempo sola para reflexionar en lo que he observado y vivido. 
La vida va a un paso muy rápido para permitir las dos cosas en su máxima expresión. Me pregunto si podremos vivir por periodos, periodos de convivencia social, interactuando con la vida de forma intensa y periodos de reflexión en las cuales nos retraemos para poder escribir y pensar. Lo ideal, pienso yo, sería poder tener las dos cosas en una rutina cotidiana como la marea. Un subir y bajar normal y esperado. ¿Será posible?

lunes, febrero 8

Si yo fuera presidente...


Exhorto pues ante todo que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y dignidad. La Biblia
La politica es (y probablemente siempre lo sea) un tema en auge. La corrupción nunca deja de indignarnos y jamás deja de sorprendernos como aquel honrado candidato que prometió dejar hasta el pellejo por sacar nuestro país adelante, se convierte de pronto en un corrupto político más.
La historia esta marcada de autoridades abusando del poder, de pobres siendo subyugados, ricos enriqueciéndose, políticos engañando, en resumen nada nuevo bajo el sol.

En cierta manera me sorprende que me sorprenda. Sin embargo estos últimos días, la diaria frustración de abrir el periódico y leer que las noticias de hoy son las mismas de ayer pero más desalentadoras (ya sé, ya sé, es que ando pesimista) se ha convertido en una pregunta que me repica y me tortura. ¿Qué haría yo en el lugar de ellos?

No soy un amante de la política, pero debo admitir que de vez en cuando el tema me apasiona. Y que aunque no me gusta admitirlo leo bastante en cuanto al asunto y tengo una opinión bastante formada y algunas veces bastante terca. En más de una ocasión me he encontrado criticando las acciones tomadas por algún político con la expresión: ¡Si yo fuera presidente...! y luego doy un largo discurso sobre que acciones hubiera tomado yo en una situación similar.

Llámenme lento pero apenas ayer reflexionando en el asunto, me di cuenta de cuan fácil es ver los toros desde la barrera y decir las increíbles cosas que haríamos sin tuviéramos el poder y la toma de decisiones de nuestros gobernantes. Probablemente en el corazón de ellos se albergó alguna vez un honesto y sincero: ¡si yo fuera presidente...! No pienso defender a la clase política, nunca he sido muy buen abogado del diablo, pero siempre me hace pensar el hecho de que es facil criticar los errores publicos, los que salen en el periódico, de aquellos que se habla por horas en programas de "análisis" sin embargo los pequeños, los que nadie ve, los que no representan "perdidas millonarias para el país" son faciles de ignorar y pasar por alto.

¡Si yo fuera presidente...! no creo que jamás llegue a serlo, pero al menos toda la vida que tenga en esta tierra seré Ariel, ¿qué voy a hacer con lo que me corresponde? con las pequeñas o grandes decisiones. Definitivamente creo que los presidentes están en una posición de mayor responsabilidad y que como tales merecen ser examinados y evaluados, pero también son seres humanos con defectos y aciertos, es facil poner los ojos en los políticos y olvidarnos de que un porcentaje de como anda este mundo tiene que ver con mis decisiones.

Bien dice aquel refran: Cada pueblo tiene el gobernante que merece...
Ariel