lunes, octubre 21

Soy un mal papá.

"Cuando un hombre se da cuenta de que su padre tal vez tenía razón, normalmente tiene un hijo que cree que está equivocado." Anonimo

Ser papá es por mucho la experiencia más aleccionadora de toda mi vida, no solamente el descubrir que uno es capaz de amar inclusive más allá de lo que cree posible, aprender a apreciar el trabajo hecho por mis propios padre pero también aprender cosas más sencillas como cambiar pañales, hacer biberones, sacar gases, hacer gestos y voces, levantarse en la madrugada solo para checar que las cosas andan bien o dormirse de un tirón y levantarse a la mañana siguiente con un poco de mala conciencia por no ser de esos padres abnegados que dicen no pegar un ojo desde que nace el bebé. 

Y por allí va la cosa, después de haber leído, escuchado y visto a tantos padres, no puedo dejar de sentir que soy un mal papá, y es que no importa lo que haga, ni cuando lo haga o con que intenciones lo haga siempre habrá alguien con una opción diferente y por supuesto mejor que la tuya y son tantas las versiones y tantos los que tienen algo que opinar que no puedo más que concluir: soy un mal papá.

Soy un mal papá, porque dejo que el bebé llore o porque lo consuelo demasiado rápido, porque le doy de comer cada tres horas o porque le permito comer cada vez que quiera, porque el ritmo con que golpeo su espaldita para sacar los gases es demasiado rápido o demasiado lento o demasiado fuerte o débil, siempre depende de quien este opinando. 

Soy mal papá porque le pongo un chupon y luego porque no se lo pongo y porque dejo que se chupe la mano o porque le agarró la mano para impedir que se la lleve a la boca. Porque duerme siestas largas en el día y porque permito que Hannah se levante a darle pecho de madrugada. Porque cuelgo demasiadas fotos de él en las redes sociales o quizá son muy pocas, porque no le pongo a Mozart sino a Silvio Rodríguez y les preocupa que el niño salga izquierdoso. 

Soy mal papá porque tengo dos gatos y permito que se acerquen hasta el niño ¿es que no he leído nada de la toxoplasmosis? O porque le dejo estar solo en el pañal sin camisa ¡se va a resfriar! ¿es qué no se enteran del calor que hace en Panamá?

Igual sé, muy bien, que muchos de los consejos son bien intencionados, aun cuando caigan fastidiosos luego de un rato, supongo que no soy el primero que pasa por eso, ni tampoco seré el último, además supongo que alguna vez yo también creí ser omnisciente en cuanto a los bebés y sus necesidades. 

Tener un bebé, ¡cosa fácil! Lástima que yo sea un mal papá.

viernes, septiembre 6

Soy mamá

“Cada mañana cuando me levanto me digo a mi mismo
que tengo que hacer algo
para darle a Sara una vida en un mundo mejor

Cada mañana cuando me hago una promesa
ser mejor persona, respetar esta tierra,
para que los niños vivan en un mundo mejor.”
“Niña Sara” - Jarabe de Palo


Hace un mes empecé una nueva aventura que durará el resto de mi vida.  Hace un mes empecé a aprender cómo ser mamá.  Ha sido un mes tan especial y agotador, sin embargo, nunca imaginé que cuando llegara este momento me sentiría tan a gusto.  Esto me sorprendió muchísimo. Dejame explicar por qué.

Hannah y Dominic
Digamos que nunca he sido esa chica que se enamora de cada bebé que se encuentra.  Soy de esas que le da miedo cargar un bebé recién nacido porque creo que se me va a romper.  Mi primer trabajo después de graduarme de la universidad fue algo así como un chiste irónico en el que me tocaba visitar mamás con bebés de 0-3 años y en cada visita me tocaba hablar con la mamá en cuanto al desarrollo de su bebé y jugar con el bebé.  Me tocaba cargar los bebés.

La densidad de las sinapsis a través del tiempo.
En ese trabajo me mandaron a varias conferencias en cuanto al desarrollo del los niños a esa edad.  Aprendí muchas cosas en cuanto al cerebro y sobre todo la importancia de esos primeros tres años.  Aprendí suficiente como para saber que no quería tener un bebé por MUCHO tiempo, me parecía una responsabilidad demasiado grande.  Al mismo tiempo, cuando me encontraba en hogares donde los bebés estaban sufriendo por la negligencia de sus padres, me rompía el corazón y en esos momentos pensé que tal vez algún día podría ser una buena mamá.  Lo que necesitaban esos niños, no eran cosas caras o inaccesibles, necesitaban amor y atención.

Ahora, años después, soy mamá.  Es increíble.  Me siento sumamente insegura (¿qué tal si no puedo hacer que deje de llorar cuando salimos de compras?) pero también me siento como si hubiera llegado en el momento más perfecto de mi vida.  Aunque no lo sabía antes, estaba lista para ser mamá. En estos días que estoy en casa haciendo lo que hace toda mamá de un recién nacido: comer, cambiar pañales, dormir, etc. he aprovechado el tiempo para leer un poco (bastante) en cuanto al desarrollo de mi bebé, todos los días estoy buscando las señales que está cada vez más consciente de lo que está pasando a su alrededor, y también he aprovechado para ver documentales, películas, y otras cosas que no siempre tenía tiempo de ver en mi rutina pre-bebé.  

Hoy, vi un documental sumamente interesante basado en el libro Freakonomics, el documental lleva el mismo nombre que el libro y cuentan una variedad de situaciones en las que la economía presenta una versión totalmente distinta a la realidad que las personas creen popularmente.  En uno de los segmentos, habla sobre ser padres y el mercado de la “estimulación temprana”. (Creo que los bebé deben ser estimulados, pero tal vez no sean tan necesarios todos los aparatos o cursos que se han desarrollado en torno a la "estimulación temprana".)


En resumen, dicen que todos los programas especiales, las clases para bebés no rinden un efecto significativo en el desarrollo del bebé, o por lo menos estos bebés no se muestran “más desarrollados” que otros bebes con los cuales los papás interactúan, les muestran cariño, etc. Estas cosas pueden ayudar (o no) en algunos casos, pero no son una determinante para el éxito de un niño.  

En el segmento dicen algo que me pareció sumamente interesante.  Dijeron que en realidad lo que va a afectar si eres un buen papá o no, son todas las decisiones que has tomado antes de ser papá. Me sentí aliviada, como si todo aquello que "no estoy haciendo" no es tan importante como todo lo que sí estoy haciendo, porque después de todo eso resulta ser más importante.  Así que, aunque soy novata, inexperta, y con mucho por aprender… tal vez sencillamente el querer ser una buena mamá es el primer paso para ser una buena mamá.  

jueves, agosto 8

De Dominic y Hannah (o de una madre y un hijo)

Ha llegado Dominic a nuestra vida y aunque nos avisó con nueve meses de anticipación su llegada ha estado llena de sorpresas, ver su carita, conocerle, verle abrir sus ojos y recorrer con la mirada el mundo a su alrededor, observarlo como con avidez por media hora y luego llorar desconsoladamente a los cinco minutos pues se ha ensuciado el pañal. Quien diga que los recién nacidos son aburridos es que no le ha tocado cuidar a uno. 

Sin embargo lo que más me ha impactado de la llegada de Dominic no han sido las emociones fuertes y mixtas que han invadido mi pecho al sentirme papá o el sorprenderme por la forma en que siento con todo mi ser amar a ese niño a quién apenas he conocido por seis días. Mi mayor impacto del asunto ha sido conocer a Hannah como mamá, verla desvelarse, sufrir por la herida de la cesárea, ser exprimida por el bebé y nunca quejarse, hacerlo con una sonrisa y amando a Dominic. 

Mi admiración mi respeto y mi amor por Hannah han crecido en cantidades difíciles de medir o explicar. Mi impotencia como hombre al verme limitado en muchas ocasiones a ser un mero espectador del amor y del cuidado. Estoy fascinado por como la vida crece y se toma todo alrededor, como un ser indefenso y dependiente puede provocar tanto amor y atención.

Cualquier intento de escribir siempre queda corto, es inútil, es de esas cosas de la vida que de poco sirve escribirlas o intentar describirlas, es de esas cosas que simplemente hay que vivirlas y limitarse a decir: Es maravilloso, soy feliz. 

miércoles, mayo 22

Ante la confusión de ¿qué es Panamá?

Quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia.
Aldous Huxley 
     Ha de ser porque cuando ocurrió todo era apenas un niño. O quizás porque después de haber escuchado tantas historias al respecto, visto tantas posturas, tantas bendiciones o maldiciones me sentía confuso con respecto a lo que en realidad sucedió durante diciembre de 1989 en Panamá. 


Ha de ser por eso que en las últimas semanas he estado devorando cuanto pueda sobre la invasión de Estados Unidos a Panamá, vale aclarar que no es que el material abunde, de hecho si no se rebusca bien uno pensaría que no existe nada al respecto. Inclusive siendo nosotros el único país en el mundo que tiene una materia en las escuelas titulada "Relaciones de Panamá con Estados Unidos" (como si todo fuera 2+2) la falta de información es sorprendente (Hace unos días descubrí un recurso valioso pero escaso aún, en la Biblioteca digital de Panamá) 

Sera porque mis recuerdos fueron creados siempre dentro del marco de la "Democracia" y tengo que recurrir a la memoria de mis padres para que me cuenten quien era ese Noriega, qué hacía, si era realmente malo o más bien un producto hollywodense para justificar una invasión. Las respuestas no suelen ser sencillas. Ante la incuestionable duda ¿era necesaria la invasión? aun los más fervientes nacionalistas suelen responder con un tímido: No pero... lo cual abre suficiente margen para creer que tal vez y solo tal vez era necesario aquel bombardeo, aquella matanza, aquel escupitajo en el rostro de la nación que nosotros como malos panameños hemos dejado escurrir, sin saber si secarnos o responder asqueados. 

Y es que hace apenas unos días conseguí uno de esos aparatos mágicos que sirven para leer y nada más (un precioso Kindle Ink que bien se merece un post aparte) y hurgando entre las opciones de libros electrónicos que ofrece Amazon me encontré con una joya increíble con respecto a la invasión: "Noriega y la invasión a Panamá" una compilación de artículos publicados por El País, antes, durante y un poco después de la invasión. ¡A tan solo 1.98!, (valga el comercial). La perspectiva "neutral" de periodistas extranjeros en el mismo momento de los hechos es invaluable para mi intento de comprender ¿qué paso en Panamá en 1989? O al menos eso pensaba yo. 

He terminado más confuso. A veces a uno le gustaría que la historia la escribiera Dan Brown o Ken Follet donde uno sabe bien quien es el bueno, quien es el malo y entiende y justifica quien hizo qué y porque. La historia de Panamá sin embargo repta entre la vergüenza total y el abuso, la patética reacción de mis paisanos, del ejército, de los políticos, del mundo no es más que un amasijo de incoherencias políticamente correctas, una maraña de convicciones vendidas al mejor postor. A veces me da asco este mundo. 

Y se los juro, mis ojos se han llenado de lágrimas en más de una ocasión, inclusive ahora mismo, me da dolor y vergüenza, me da orgullo a dosis pequeña pero sobre todo me da temor de que al vivir esta historia malamente contada, al mirar esta falta de pasado repitamos ridículamente la historia que nos llevó a 1989. Cierto, somos el país de moda, gozamos de grado de inversión y un sinnúmero de beneficios, sin embargo todo es tan joven, tan reciente, en cierta forma pareciera que Panamá apareció por arte de magia en 1990 y antes de eso nada pasó, nada importante, nada que advertir a futuras generaciones, nada que aprender, nada... 

Entiendo entonces porque somos lo que somos, porque votamos como votamos, porque dejamos que los que tienen el poder lo ostenten y abusen de él. Porque vivimos esperando el milagro de la lotería y jugando vivo sin importar a quien aplasto con tal de sobrevivir yo. Es que tenemos corta memoria, si es que acaso tenemos. 

Y yo sé que esto puede ser confuso, si se dan cuenta no me atrevo a decir que paso, yo no estuve allí y los escritos son contradictorios, seguiré leyendo, quizás llorando, seguramente sintiendo vergüenza, rabia, impotencia, y también seguiré esperando que Panamá mire su historia y quizás, solo quizás saquemos provechosas lecciones.

miércoles, abril 17

De una carta que te escribiría si pudieras leerme

"Que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas. El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. Una bomba, hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida." Facundo Cabral

Si pudieras leerme  hijo mio, te diría que vienes a un mundo corrupto, podría usar palabras más fuertes para describirlo y todas le caerían como anillo al dedo, pero como quiero serte ejemplo y no quiero ofender a nadie que pase por este espacio, digamos solamente que el mundo anda mal. 

Hay bombas y locos, hay discursos estúpidos y gente sin conciencia, han ocurrido dos guerras mundiales y a cómo andan las cosas nadie se extrañaría de una tercera. Se construyen armas para destruirse los unos a los otros, se talan los árboles, se juzgan a las personas por cuanto dinero tienen en la cuenta bancaria o inclusive por el color de su piel. 

Todos los días se leen cosas tristes, se escuchan cosas alarmantes y se ven escenas que ningún ser humano debería observar jamás. No, no es un mundo fácil y sin embargo vienes a él, quizás como un vestigio de esperanza, quizá como una muestra contundente que aún hay cosas buenas, esperanza y alegría. 

Y por eso te escribo, para recordármelo a mí mismo. Para no caer en el desespero ni volverme un pesimista amargado. Para avisarte que no importa que escuches el mundo puede parecer muy malo, pero hay poesía, canciones, abrazos, besos, chocolates, sonrisas, lágrimas de alegría y de dolor sincero, personas amables que dan los buenos días al subirse al bus, a pesar de todo, libros, buenas películas, familia, personas honestas, hombres sinceros que luchan cada día por hacer de este un mundo mejor, bondad, amor, Dios, la vida misma, agridulce como es, pero única y especial. 

Vienes a este mundo y espero que puedas ver lo bueno para que sepas aceptar lo malo sin amargarte, sin despotricar todo el tiempo, sin temer tener principios, valores, pensar diferente o tener esperanza. 

Te escribo pensando en mí y lo que me gustaría mostrarte, lo que me gustaría ser para ti, probablemente falle en más de una ocasión. Aun así quiero que sepas esto. O al menos yo quiero tenerlo claro y por eso lo pongo por escrito. 

Vienes a este mundo y aunque podría ser pesimista y mirarlo con recelo, estoy seguro lo disfrutaras.

sábado, abril 13

De mi Abuela...


"No te enorgullezcas si me ves llorando, Yo no me avergüenzo 
De estarla extrañando." Ruben Blades

La muerte tiene esa capacidad de sorprendernos siempre. No importa que tanto la veamos venir o que tan cerca sepamos que esta. Hoy por la tarde nos enteramos de la partida de mi abuela materna, ya llevaba unos cuantos meses de enfermedad por lo cual era una cuestión latente y trae consigo esa sensación de paz mezclada con dolor. Ella descansa y nosotros podemos empezar a extrañarla.


Cuando me enteré empecé a recordar. Su sentido del humor, su risa contagiosa, sus muestras de cariño disimuladas y obvias. Y me sentí triste, sí, pero también privilegiado, de haberla conocido, de haber pasado tiempo con ella de haberme sentido amado y haber podido amarla. 

Recuerdo una ocasión en particular cuando llegué a visitarla y ella preparó un arroz con coco, a su manera, porque sabía que era eso lo que comíamos acá en Panamá. Ella con su cocina guatemalteca (era experta haciendo quesos, tortillas y otras delicias gastronómicas chapinas) improvisó y me regaló un arroz con coco a su estilo. Para mí va a ser siempre uno de los momentos especiales entre mi abuela y yo.

Poco queda decir, la muerte también tiene esa capacidad de dejarnos sin palabras, me duele al mismo tiempo que me alivia saber que descansa del dolor. Solo quería desahogarme por aquí, y más que llorar por su partida, agradecer por su vida y el privilegio de haberla conocido
.

viernes, abril 5

El reino del Mall


Suelo quejarme, algunas veces dependiendo de mi estado de ánimo, sobre el cemento que se vierte de manera descontrolada en cada centímetro de este país. En cualquier dirección uno encuentra "Moles" (entiéndase el plural de mall o centro comercial) supermercados, tiendas, mini centros comerciales, barriadas y una gran lista de etcéteras.

Recuerdo mi pueblo de la infancia y todo eso queda ya a varios metros de concreto. Ha cambiado de forma brutal, a veces me imagino que cuando le cuente a mi hijo como eran las cosas pensara que me lo estoy inventando. Pero no iba a escribir sobre eso, iba diciendo que suelo quejarme del avance implacable del hombre sobre la naturaleza, sé que no soy el único. Sin embargo hoy me pasó algo curioso. 

Fuimos con Hannah al Mall más cercano a comer algo y mientras esperábamos nuestra orden escuchamos un dulce estruendo, sí, dulce, nos levantamos a ver que sucedía y nos encontramos con la grata sorpresa de ver a parte de la orquesta sinfónica nacional de Panamá en un ameno concierto, así de la nada, en el Mall, reino del consumismo y lo trivial, nada más y nada menos que los mejores músicos del país. 

Las piezas fueron astutamente seleccionadas, melodías que hemos escuchado cientos de veces y que a pesar de no conocer su nombre oficial podemos relacionarlas con películas o series. Inclusive el mismo director cuando anuncio una de las piezas dijo: -Ahora vamos a tocar una más reciente: ¡Piratas del Caribe!- Estoy convencido que la obra tiene otro nombre y el director lo conoce, pero la idea era darnos música clásica que pudiéramos sentir nuestra y disfrutar. Y así escuchamos: La pantera Rosa, Misión Imposible, Star Wars, etc. 

En medio de la ejecución del tema principal de Star Wars una señora se voltea hacia mí y dice: -¡Que maravilloso!- y al hablar me enseña su brazo con la piel de gallina por la emoción, yo levanté mi brazo también y se lo mostré pues aquella maravillosa ejecución acababa de causarme exactamente el mismo efecto. 

No quiero decir con esto que los "Moles" se lavan la cara, pero hay que reconocer que nunca antes en mi pueblito hubiéramos escuchado a la orquesta sinfónica nacional sino fuera por ese poco de concreto e hierros. Nunca hubiéramos tenido la oportunidad de que la música nos tocará hasta erizarnos la piel. Como dicen por allí: No todo lo que brilla es oro pero tampoco todo lo que es oro brilla. 

Les dejo con un vídeo que realmente no le hace justicia a la experiencia: 




domingo, enero 13

De plantar arboles y escribir libros


"Tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro es fácil. Lo difícil es criar un hijo, regar un árbol y que alguien lea el libro." Anonimo
Quizá sea un poco tarde para reflexionar sobre el 2012, o quizás ahora que vamos trece días adelantados en el nuevo año, podemos ver con mayor equidad nuestros aciertos y fallos durante el año que paso. Es ahora cuando las metas que nos pusimos empiezan a consolidarse o resquebrajarse desvergonzadamente. 

Como sea el 2012 estuvo lleno de momentos trascendentales para mí como el Summit de Global Voices, la oportunidad de viajar, de encontrar nuevos amigos en los libros y uno que otro entre los seres humanos. Aun así lo que estoy seguro nunca voy a olvidar de este año que acaba de pasar ocurrió precisamente en su último mes, mientras daba el canto del cisne y todos nos preparábamos para colgar nuevos calendarios en las paredes. 

El primero de diciembre me enteré de que voy a ser papá y me cuesta escribirlo sin temblar un poco, sin preguntarme si en realidad tengo lo necesario para ser un buen papá. Creo que no existe nada más emocionante y nada más aterrador en la vida que pensar en formar un ser humano, verlo moverse por primera vez nos hace preguntarnos si en realidad podremos guiarlo a ser una persona de bien y en algún momento saber que nuestros esfuerzos honestos han dado  los resultados esperados. Hannah y yo estamos en esa montaña rusa de felicidad y miedo a partes iguales pero ilusión y emoción son mejores palabras para describir esta espiral de emociones. 

Es aterrador, es emocionante y en todas formas es indescriptible. 

Ya planté un árbol (de hecho he plantado varios) al menos ya solo me falta escribir un libro…

sábado, enero 5

Otros mundos.

Los mundos nuevos deben ser vividos antes de ser explicados.
Alejo Carpentier


Existen otros mundos. No estoy hablando de asombrosos viajes fantásticos (lo cual sería bueno) o de complicadas dimensiones de ciencia ficción (aunque estas también existen) Existen otros mundos encriptados en la cotidianidad de la vida, arrebujados en medio del caos diario y de todas aquellas cosas que a fuerza de repetición nos parecen aburridas y monótonas.

Existen otros mundos bloqueados tras la criptica cerradura del idioma, tras los complicados chasqueos de lengua, aspiraciones enrevesadas o sonidos guturales, existen otros mundos aquí mismo a la vuelta de la esquina, en la casa del vecino, en el sillón donde se sienta mi hermano.

Existen otros mundos, como si uno no fuera ya suficiente, como si uno solo no fuera vasto, inexplorable, indescriptible.

Y en todo esos mundos yo armado (o ¿sería mejor decir desarmado?) de dos o tres palabras, de alguna idea insistente y el resto de ganas que me quedan intento abrirme trocha, no siempre lo consigo, a veces me atasco, a veces me pierdo, a veces se me olvida cual es la meta, porque estoy caminando entre mundos.

Existen otros mundos, complejos, caóticos, inmensos, hermosos, desesperantes, agobiantes, llenos de misterios.

Existen otros mundos y yo aquí tan pequeño.