domingo, diciembre 23

No me sorprende estar sorprendido.

Voy a escribir algunas ideas. Desordenadas, al azar, sin puntería ni objetivo exacto. Voy a escribir algunas cosas que rebotan en mi cabeza que van de aquí para allá, de allá para acá buscando una salida y al final  se la he dado aquí en este blog casi olvidado.
Crees saber que el mundo es grande y no cabe en dos o tres definiciones, crees que sabes que el mundo te va a sorprender, pero una cosa es la teoría  y otra muy diferente cuando el mundo te sorprende con sus locuras, con sus variedades o simplemente con la realidad de que eres demasiado pequeñito y tus experiencias siempre se quedaran cortas ante la variedad y capacidad del mundo.
Crees saber algo y de pronto ¡zas! te explota en la cara la realidad no sabes nada, hay autores que no has leído  (o siquiera oído de ellos) hay sabores que no has probado, sensaciones que no has sentido, colores que no has visto, sentimientos indefinibles y al final debes simplemente terminar asintiendo, abrir la boca (en señal de admiración) y reconocer que como ya lo dijo el poeta el mundo es incontable, aun así gracias a los que hacen el esfuerzo de contarlo.  Tal vez si fuera poeta no me complicaría tanto y podría decirlo tal y como lo dijo Benedetti:

No vayas a creer lo que te cuentan del mundo
en realidad el mundo es incontable
en todo caso es provincia de ti
no vayas a creer lo que te cuentan del mundo
aun los que te aman mienten sobre
probablemente sin saber que mienten
en la vigilia te sentirás lejano
testigo de tu mundo desde el mundo
sin nubes de tu aliento en los cristales
la humareda del hombre se elevar en la noche
y no sabrás de donde viene el fuego
pero la expectativa te volver humilde
en el mundo el abismo es un oficio
las preguntas en vano / una vieja costumbre
los desatinos / marca de abolengo
no vayas a creer lo que te cuentan del mundo
(ni siquiera esto que te estoy contando)
ya te dije que el mundo es incontable

Benedetti.