miércoles, enero 27

Un tema muy complicado...

Ella es Jessica, tiene unos 15 años, una chica muy linda y muy inteligente. Al entrar en su salón de clases un grupo de estudiantes en la esquina la miraban con desprecio y un chico dijo calladamente pero lo suficientemente fuerte para que ella lo pudiera escuchar “niña buenona…cristiana” todos quitaron la mirada fingiendo que hablaban entre ellos y se reían calladamente.

Obviamente, el rechazo le dolía a Jessica pero, no le quedaba otra opción que ignorarlos y seguir su camino a su escritorio solitario, soportando las burlas de sus compañeros. No todos la trataban así, algunos se daban cuenta que aunque ella era diferente a ellos, ella era una persona amable y fácil de tratar pero la mayoría temía las burlas de la mayoría así que no se relacionaban mucho con ella, no quería que se le pegara lo suyo (como si fuera una enfermedad) o que los demás los rechazaran también.

Esta vez, el profesor escuchó la burla de los compañeros y aunque el profesor no era religioso y se sentía incomodo con las personas religiosas no podía aceptar que sus estudiantes se trataran así. Cuando tuvo un momento libre llamó al chico que le había hecho la burla a un lado.

--¿Porqué le dijiste eso a Jessica? le preguntó.
--Pues, pues… el chico balbuceo un momento, --no sé, dijo.
--¿Te estabas burlando de ella porque es cristiana? Le preguntó el profesor seriamente.
--¡No! Replicó asustado por las preguntas del profesor.
--¿Qué querías decir con acusarla de ser “buenona”?
--¡Es que es cierto! Se cree la más buena…
--¿De verdad?
El chico se quedó callado y miró al piso.
--Pues, me parece que con la manera que le dices eso, sea cierto o no, acusarla de ser cristiana, le estas acusando de ser “tonta” o “estupida” ¿me equivoco?
Siguió callado.
--Aquí no usamos términos, sean ciertos o no, que tengan la intención de despreciar a otras personas. No quiero oír una burla más de ustedes. Ni una sola palabra que tome el significado de “tonto” o “estupido” para ustedes. No más.


Vivimos en un mundo en el cual nos dividimos en “minorías”, casi todos nos podemos identificar como una minoría excluida o una minoría que domina --pero es raro que no permanezcamos a alguna. Puede ser nuestra religión, nuestra orientación sexual, nuestra raza, nivel de educación, o nuestra situación económica. Es muy fácil sentir que somos los discriminados y tomamos esa posición como excusa para intentar aislar a otro grupo para que no nos sintamos tan impotentes. Desafortunadamente, aun después de tantas luchas por la igualdad actos de discriminación ocurren a diario alrededor del mundo.

Hace un tiempo, Ariel escribió en cuanto a unos comerciales que salieron en Internet que eran demasiado explicitas con su presentación del homosexualismo y los peligros del SIDA. Y de allí, los comentarios que llevaban aquellos videos eran igualmente perturbadores, el choque entre los que veían todo eso como pecado que los conducía al infierno y aquellos que veían a los cristianos como unos intolerantes como si los homosexuales se merecían un trato más especial que los demás. Y Ariel tomó eso y se fue por el lado de expresar que siente que el homosexualismo no es normal y que debía tener el derecho de sentirse incomodo con eso.

Muy bien. Solo quiero decir que el Cristianismo tampoco es normal. Todo lo que tenemos dentro de nosotros nos jala y impulsa en la otra dirección. Todo eso del amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, y templanza tampoco es natural. Sería raro que alguien te dijera que no es bueno pero, hay muchas personas que se sentirían incómodos con que les digas que esas deberían ser características normales y aceptadas de todo el mundo. ¿No? Pero, los Cristianos saben eso y sienten la necesidad de predicar su mensaje con todas las replicas y dudas que les pongan y no es por ofender, es porque sinceramente lo creen. Dudo que la mayoría de las personas negarían la humanidad de los Cristianos, su derecho de vivir y existir pero muchos dirían que no les gusta que los Cristianos decidan cuales deberían ser sus normas morales, su manera de ver la vida, la sexualidad, o cualquiera otra cosa que se les ocurra.

Ariel hizo el comentario que “los homosexuales han tomado el control del mundo” y explicó que “hablar mal de un homosexual puede ser causal de despido en muchos países”. Pero yo me pregunto, ¿eso es discriminación? Me parece que “hablar mal” de cualquiera persona en cualquier lugar debería tener alguna consecuencia disciplinaria. Lo que me preocupa es que muchas veces los Cristianos también son culpables de sutilmente reemplazar el significado de la palabra “homosexual” con “idiota” o “estupido”. Por ejempo, la comparación que hizo con su reacción ante dos hombres besándose con una persona que escupe en la calle me pareció ofensiva. Yo he visto como con cristianos la escena con Jessica se repite pero con la persona recibiendo la burla siendo la persona acusada de ser homosexual. Muchas veces, no es que la persona es homosexual pero, en muchos ambientes, ser acusado de ser “homosexual” es una burla humillante, casi como ser llamado “idiota” o algo peor. Se escuchan murmullos y risas incomodas y se hace todo lo posible por confirmar que uno NO es homosexual. Con ese “reemplazo de significado” se desvalora la humanidad de la persona homosexual no importa cuantas veces se diga que se les reconoce su humanidad.

Mi punto es este, que la reacción del Cristiano ante el homosexualismo puede ser de incomodidad y no creer que es bueno. Está bien. Muchas personas se sienten igual con el Cristianismo. Pero, lo peligroso no es creer eso, pero de no reemplazar el significado del “homosexualismo” con otros significados como “tonto” “idiota” o “estupido”. Somos libres de expresar nuestras ideas pero NO somos libres de humillar a otras personas, en ningún contexto por ninguna razón. Yo creo que la libertad de la religión es muy importante, en algunas partes del mundo los Cristianos son perseguidos y creo que eso es algo que está mal en el mundo, pero también creo que está mal que las personas homosexuales también sean perseguidas y maltratadas en algunas partes del mundo. Supongo que me extraña que Ariel se sienta tan ofendido cuando, en realidad, lo anormal es ser Cristiano. Si los Cristianos también son la minoría, ¿es justo que ellos decidan para los demás las normas morales, la manera de ver la vida, la sexualidad, y cuantas cosas más?

lunes, enero 25

Soy un viejo


No me cuesta mucho admitirlo y a los hechos me remito; me estoy volviendo viejo. O por lo menos ya no encajo de la misma manera en la vorágine y el corre corre desenfrenado en que se halla este mundo. Aun no soy de aquellos que se sienta con nostalgia a decir que mis tiempo eran mejores que estos (pues bien sé que mis tiempos tenían sus bemoles, además que considero que estos también son mis tiempos) pero definitivamente cada vez entiendo menos este mundo lo cual podría ser tan bueno como malo.

La razón de que admita mi vejez y me haya decidido a no discutir nunca más cuando alguien me llame viejo o anticuado proviene de mi reciente experiencia en un campamento de chicos (y chicas) de doce a quince años. Donde he podido palpar por mi mismo como los conceptos de moda, masculinidad, valor, caballerosidad y feminidad han dado paso a algo completamente diferente y es que ya nada es lo que era. Nunca fui una chica adolescente, pero sí que fui un chico y recuerdo aquellos años como algo genial, divertido y muy diferente a lo que es hoy en día.

Ya sé cuan anticuado puedo sonar, cuan fuera de onda y todo lo demás, por eso lo dijo sin miedo ni tapujos: me estoy volviendo viejo. por lo cual me propongo sin vergüenza hacer cosas correspondientes a mi edad, como leer un libro o practicar algún deporte, usar pantalones holgados y permitirme estar fuera de la moda, quizás no estaré en onda pero estaré tranquilo con mi conciencia, y eso ya es bastante.

Por eso tomando en cuenta lo dicho anteriormente, resuelvo que: nunca Usaré pantalones tan apretados que me haga parecer que en lugar de piernas me apoyo en dos chorizos con los cuales me las ingenio para caminar, no me "sacaré" las cejas por más que digan que da un tono "sexy", no dejaré que mis uñas crezcan más de lo necesario para rascarme (que es para eso que sirven)y mucho menos me preocupare si una o dos se quiebran en un juego de fútbol, no dejare que sean los demás quienes decidan por lo bueno y lo malo, no sera mi medida del éxito la aceptación del mundo y por último pero quizás más importante: Tendré valores inamovibles e inquebrantables que ni las muchas modas o las muchas presiones puedan cambiar, mi accionar se basara más en una reflexión que en un impulso y viviré al día, sí, pero teniendo en cuenta la eternidad.

En fin , no me hagan caso, como ven soy un viejo. Debo estar sufriendo demencia senil.

Ariel