jueves, octubre 20

Sobre el fino arte de matar seres queridos al escribir

Cuando me preguntan: ¿Cómo escribir? Siempre respondo: una palabra a la vez.
Stephen King

Hace algunos años leí un libro de Stephen King, "Mientras escribo". Es el único libro que he leído de este autor y lejos de ser una de sus increíbles novelas, trata sobre el complicado oficio de escribir. Ya sé, nadie tomaría a Stephen King como el escritor más ortodoxo pero habrá que reconocerle: para vender tantas novelas y estar sacando cada año un par de libros nuevos algo debe saber al respecto. (Además he visto unas cuantas películas basadas en sus libros y las historias pueden ser bastante buenas e inclusive geniales.) 
El punto es que en alguna parte del libro King da consejos para aspirantes a escritor (como su servidor). Decía que al terminar el manuscrito era bueno dejarlo reposar en un cajón un par de meses antes de volver a tomarlo para las respectivas correcciones. 

¿La razón? -Es necesario eliminar todas las partes innecesarias del libro, hay personajes, escenas, diálogos, descripciones, que sobran y hay que eliminarlas o hundirán la historia. Sin embargo dice King con su humor macabro, eliminar escenas o personajes es como matar seres queridos. Cuando recién has terminado de escribir tu borrador y estas consiente del tiempo y el esfuerzo que te ha llevado todo puede parecer demasiado bien y todos son como seres queridos. Por eso hay que dejarlo en un cajón un par de meses, luego cuando vuelvas a tomar el escrito los personajes, los párrafos, las escenas ya no las sentirás tan tuyas y podrás analizarlo de una forma más fría. Serán como seres queridos de otra persona, dice Stephen King, y es mucho más fácil matar a los ajenos que a los propios. (Lamentablemente no tengo el libro conmigo de modo que estoy escribiendo lo que recuerdo) 

No soy escritor, eso ya lo saben, pero estoy en la aventura de intentar llegar a serlo si es que me alcanza la disciplina, el talento y las ideas. Como sea hace unos días tomé un viejo borrador que tengo tomando polvo desde hace meses. (Les conté de eso el año pasado) Y al volver a leerlo y transcribirlo los personajes que me parecían perfectos y elaborados empezaron a sacar sus falencias, los diálogos resultaron aguados y muchas escenas confusas. Mi primer impulso fue desanimarme pero luego recordé lo leído en "Mientras escribo" y vi que era la gran oportunidad de depurar la historia, de sacar a los malos personajes o al menos darle más peso y presencia. 

No sé si al final dará para algo la historia, por ahora me toca reescribirla y en proceso tratar de matar a todos los lastres que vaya encontrando, es emocionante, es retador y agotador. 

He aprendido en este proceso que parte de ser un escritor es tener la capacidad de ser lo suficientemente humilde para reconocer que aun "la mejor" cosa que has hecho es simplemente basura. Hace unos meses me sentía orgulloso de haber terminado "un libro" hoy sé que tengo trescientas y tanto de hojas de un proyecto que puede llegar a ser algo o puede que no. Todo depende del valor que tenga yo para borrar aquello que no funciona, del valor para matar a los que alguna vez fueron mis seres queridos y ahora no son más que estorbos en mi historia. 

Ya veremos.

viernes, octubre 14

Los buses, sus historias, sus lecciones.

"Mejor ser ocasionalmente engañado, que perpetuamente receloso" -
B. C. Forbes

Viajar en autobús tiene sus ventajas. No es el lugar más cómodo, ni la forma más rápida de llegar a algún lado, pero ningún viaje en un automóvil por más lujoso que sea nos brinda la mitad de interacción humana, ningún viaje con los vidrios hasta arriba, la música a todo volumen y el aire acondicionado a tope nos da historias interesantes de las cuales formamos parte por cinco segundos o un par de horas. Ya he escrito en otras ocasiones historias sobre autobuses (Buses Musicales y Otra de Autobuses) pero creo que vale la pena hacerlo una vez más. 

Estaba a unas cuatro paradas de llegar a casa. La cabeza me zumbaba de esa extraña forma que lo hace cuando el sol es demasiado y el cuerpo exige un almuerzo que se ha ido atrasando. Ya saben cómo es eso. En la parada se sube un muchacho al bus, va con un bastón de ciegos y parece no ver nada. Me avergüenza decirlo pero mi primer instinto fue desconfiar. Soy una persona a la que le cuesta decir no para ayudar a alguien, eso me ha hecho llevarme un par de chascos y perder unos cuantos dólares. No obstante el muchacho se veía autentico, empezó a hablar no como quien se ha memorizado un guión con los clásicos clichés "hoy soy yo, mañana eres tú" etc. Tampoco pretendía hacernos creer que representaba a alguna mágica organización que salvaba niños, ancianos, drogadictos, perros, gatos y quien sabe cuántas cosas más. En un lenguaje bastante atropellado, quizá por los nervios, quizá por la falta de educación nos contó su historia: 

Tuvo un accidente de automóvil hace un par de años. Perdió la vista. Uno de sus ojos está dañado irreversiblemente mientras que el otro puede recuperarse con una operación que cuesta diecinueve mil dólares. No tiene esa cantidad de dinero, obviamente, no quiere perder la cita que tiene en el Seguro Social y decidió salir a la calle a pedir, a recoger diecinueve mil dólares. La forma de hablar y mi lado blandengue hicieron que quisiera ayudarlo, tampoco tengo diecinueve mil dólares pero podía darle algo. Aun así pensaba que al pobre muchacho no le iba a ir demasiado bien, las personas nos han enseñado a desconfiar de las personas y en una cultura como la panameña donde nadie quiere ser el Congo y todos quieren ser los más vivos queda muy poco lugar para el beneficio de la duda. 

Sin embargo para mi sorpresa y satisfacción, la gente reaccionó sacando monedas y billetes, el muchacho no veía de modo que tenían que tocarle la mano y entregárselo. Nunca había visto una reacción tan solidaria en el bus. 

Se bajó algunas paradas después. Iba solo. Quizá nunca sepa si llego a los diecinueve mil dólares, es más quizás nunca sepa si en realidad era un muchacho con necesidades o un increíble actor. Como sea me hizo bajarme aquella tarde con una sonrisa y esperanza en la personas que aun saben cuando confiar, que aun pueden sacar algo de sus bolsillos, aunque estoy seguro no les abunda y ayudar a quien pide ayuda. 

En estos tiempos de desconfianza y egoísmo ese tipo de historias te devuelven un poco de esperanza. Ese tipo de historias te hace sentir parte de una comunidad imperfecta pero noble. Ese tipo de historias son imposibles de vivir dentro de un automóvil de lujo con los vidrios arriba, la música a todo volumen y el aire acondicionado a tope. Ese tipo de historias te hacen sentir parte de la humanidad. O en todo caso, parte de Panamá.

miércoles, octubre 12

Todos los animales son iguales pero...

Generalmente, se puede asegurar que no hay nada más terrible en la sociedad que el trato de las personas que se sienten con alguna superioridad sobre sus semejantes.
Mariano José de Larra


Vivir con un congestionamiento vehicular en medio de tu casa y el trabajo tiene sus desventajas y obviamente su par de ventajas. Durante este año nos ha tocado levantarnos a las cinco de la mañana, cruzar los dedos para que no haya demasiados vehículos y viajar de cuarenta minutos a media hora hasta nuestro destino. Al menos el amanecer es espectacular y compensa un poco. 

Llegamos con una hora de anticipación para Hannah y dos horas para mí. Pero es llevadero, se lee el periódico, se conversa, se escuchan las noticias, se juega, etc. Como sea solo quería contar eso como introducción. Todas las mañanas después de estacionar el auto vemos a unos quince gatos gordos que con paciencia esperan. La primera vez no teníamos ni la menor idea de cuál era su objetivo. Luego llegó una señora que religiosamente les lleva comida. Ha de ser en porciones abundantes pues los gatos están bien gordos y se ven saludables. 

Hannah y yo creamos cientos de historias sobre quien era la señora y porque alimentaba a los gatos. Algunas más creíbles que otras al final concluimos que solo un alma noble podría levantarse tan temprano a alimentar animales que no le pertenecían. ¡Ah la ingenuidad! 

Hace unos días mi hermana Eirene nos acompañó para ayudar a Hannah con un video. Como buena aficionada a la fotografía y a los gatos que es apenas vio a los felinos ya mencionados empezó a tomarle fotos. Por la esquina dobló el carro de la señora de los gatos, como la habíamos bautizado Hannah y yo, pensé que sería una señora amable derrochando tanto amor por las personas como por los gatos ¡Ah la inocencia! 

-¿Por qué están tomando fotos?- fue lo primero que dijo, ni buenos días, ni hola, -¿Por qué estan tomando fotos?- 

-Le tomamos a los gatos- respondí un poco en shock pues no esperaba una interacción tan agresiva. 

-¿De qué periódico son?- fue la siguiente pregunta con el mismo tono que supongo la policía ha de interpelar a los asesinos. 

-De ninguna señora solo...- empecé a responder pero no puede terminar. 

-Es que yo no puedo salir en ningún medio... bla bla bla... trabajo con una importante ONG... bla bla bla... yo cuido a estos gatos bla bla bla.... - y así una perorata infinita a la cual solo pude responder con una mueca que pretendía ser sonrisa. Eirene y yo nos miramos y regresamos al auto. 

La conclusión no necesita muchas vueltas. Vivimos en un mundo de cabeza donde las personas se sienten buena gente por darles comida a los gatos callejeros pero no dan ni los buenos días. Y es que a cómo andamos a todo el mundo le importa más ser "amistoso con el medio ambiente" que amistoso con las personas. Y es que así vamos, cada quien saque sus conclusiones. Habrá que revisar nuestras prioridades.

jueves, octubre 6

Del tuit al hecho...

La acción es lo único que tiene valor. Soñar que se juega al tenis no es nada. Leer libros de tenis no es nada. Jugar al tenis es un gran placer.
André Maurois


¡Es una lastima! Las personas que tienen una solución
 para todo están en casa comentado en Internet. 
Ya sé que cada quien es libre de utilizar las redes sociales como le venga en gana. Total para eso son y si alguien quiere ir poniendo cuantos granos de arroz almorzó o cuantas veces estornudo antes de limpiarse la nariz es su problema ¿no? Pero permítanme hacer algunas anotaciones breves de este asunto de las redes sociales, en específico de los ya fastidiosos "pega esto en tu muro" 

Es un mal de facebook que cada vez toma más fuerza. Alguien se levanta con mala conciencia y decide poner algo como: 

¿sabes cuantos niños mueren de hambre en el mundo? Si te importa en realidad pega esto en tu muro por lo menos por una hora ¡para que los niños puedan comer! 

Y allí va la bandada de borregos a pegar en los muros, a saturarlos, a postearlo una y otra vez con la genuina intención de alimentar a los niños que pasan hambre, porque al parecer los niños de ahora comen letras e impulsos electrónicos. 

Hay que aceptarlo de vez en cuando sale uno que otro original como aquel que hablaba en cuanto a las diferencias ortográficas de hay y ay. Pero en su mayoría son frases huecas y sin sentido que no le quitan el hambre a nadie ni hacen nada por impedir que los niños sigan muriendo o las personas sigan enfermando de cáncer o siendo abusadas. Es cierto, hay un espacio para denunciar e informar pero no nos creamos la madre teresa de Calcuta solo por ir poniendo frases cursis en nuestro "wall" ¿se lo imaginan? A la madre Teresa posteando en su muro "si te interesan los pobres de Calcuta pega esto en tu muro" o a Ghandi: i quieres que se vayan los ingleses dile no a la violencia y pega esto en tu muro. 

Creo en el poder de las palabras, creo que algo bien dicho puede iniciar acciones que podrían cambiar el mundo. Lamentablemente cada vez nos hallamos más y más frente a un mundo de seguidores (followers) que se dedican a retuitear "las cosas buenas en vez de hacerlas. Que se dedican a pegar mensajes en el muro en contra del hambre o la violencia en vez de salir a la calle a hacer algo. De activistas copy and paste que se reproducen como virus informáticos. 

No hablo como quien esta fuera del hoyo sino como alguien que desde adentro busca una salida. Quizá después de todo internet nos ha dado mejores ideas y nos ha permitido conocer mundos. ¿por qué no salir a la calle a aplicarlo? 

Pega esto en tu muro si quieres menos palabras y más acciones, no, mejor salgamos a la calle a hacer algo.