jueves, octubre 2

El extraño que vive conmigo...

"Hay veces en que la paternidad se siente como nada más que alimentar la boca que te muerde" - Peter De Vries

El extraño que vive en mi casa llegó hace catorce meses. Le llamo extraño pues aunque nos unen lazos inquebrantables, e indudables, y pese a todo el amor que me provoca, debo reconocer que apenas le voy conociendo, y él apenas me deja entrever en sus balbuceos inteligibles cuál es su temperamento, que colores prefiere y en veces parece que quisiera ser más zurdo que derecho, pero solo supongo, el extraño que vive conmigo no da demasiadas pistas.

Su léxico limitado a unas 6 palabras mal pronunciadas en dos idiomas y uno que otro sonido onomatopéyico no me permite saber si le gustan los libros o la música que le ponemos, he de suponer por la forma en que baila que un poco le agrada, aunque sea un poco. No sé si apoyará a los Yankees o solo por llevarme la contraria será un fan de los Red Sox, o a lo mejor pase de ese deporte tan aburrido o quizás, ay de mí, pase de todos los deportes y lo suyo sea otra cosa.

¿Le gustará Neruda? ¿O pensará que son imágenes inconexas para mentes aletargadas? ¿Algún día leerá a Tolkien? O dirá petulantemente ¿para qué leerlo? Allí están las películas. ¿Se enamorará un día y vendrá a contármelo con confianza? ¿Querrá ser escritor? ¿Le gustarán mis cuentos?

¿Permitirá que lo abrace con fuerza y le diga cuanto lo amo aun en presencia de sus amigos? ¿Aprenderá algún instrumento musical? ¿Aprenderá a bailar? ¿Cantará las canciones de Silvio?

El extraño que robó mi corazón hace catorce meses sigue revelándose de a poco, día a día, mientras corremos detrás de él por la casa, mientras le cambiamos sus pañales, mientras nos reímos con él o de él.

El extraño que vive conmigo acaba de despertarse y en vez de llorar está hablando solo, o lo que él cree es hablar…

Nunca había amado tanto a un extraño.