domingo, octubre 3

Chocolat


Hoy pude ver por segunda vez la película “Chocolat” no es de aquellas películas que yo escogería pero por recomendación de Hannah la vi la primera vez. La película es suficientemente buena como para mantenerte pegado a tu asiento por las dos horas que dura. Su trama es interesante y no deja de estar cargada de duras lecciones.

A un pueblo  de Francia caracterizado por su “tranquilidad” llega una mujer para abrir una chocolatería, por si fuera poco lo abre en periodo de Cuaresma, periodo durante el cual la obligación de los habitantes es guardar un estricto ayuno de cosas placenteras, como el chocolate.

La revolución que causara esta mujer llevara a los habitantes del pueblo a analizar sus vidas y las motivaciones que tienen en ellas. Se darán cuenta que su vida está más marcada por aquellas cosas que dejan de hacer que por las cosas que hacen.

Esta última lección se ha quedado en mi cabeza. Cuán fácil es vivir lleno de prohibiciones y prejuicios y cuán difícil es en cambio vivir una vida a favor del prójimo, por ejemplo. Creo que como seres humanos nos sentimos mucho más cómodos cuando las reglas del juego son absolutamente claras.

Lamentablemente las reglas de la vida no son tan claras como quisiéramos y aunque hay cosas que obviamente son malas, hay muchísimas otras que podemos estar perdiendo por perjuicios. O podemos vivir simplemente dejando de hacer cosas en vez de pensar en las que podemos hacer.
Intentar dar más detalles sería arruinar la película. Sólo quiero terminar citando las palabras de un personaje de la película que resume perfectamente el mensaje de la película y lo que quería transmitir en esta entrada.

"No estoy seguro sobre qué debe tratarse mi sermón. ¿Quiero hablar del milagro de la transformación divina de nuestro Señor?
A decir verdad, no. No quiero hablar de Su divinidad. Prefiero hablar de Su humanidad. Me refiero a cómo vivió su vida terrenal, su bondad, su tolerancia.
Escuchen. Esto es lo que pienso. Creo que no podemos medir nuestra bondad por lo que no hacemos por lo que nos negamos, lo que resistimos y a quién excluimos. Creo que debemos medir nuestra bondad por lo que aceptamos, lo que creemos y a quien incluimos."



No hay comentarios:

Publicar un comentario