viernes, octubre 29

Rodeado de bondad.

La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz.
Proverbio Escoces

Es más fácil hablar de las cosas malas. Me confieso culpable de quejar y criticar constantemente. Aun así creo que tiene su razón de ser y su sentido y de una u otras manera es la critica y la inconformidad la que nos lleva a querer cambiar el mundo. Sin embargo hoy quiero darle vuelta al asunto y enfocar las cosas de otra manera. Hoy quiero hablar sobre la bondad de la gente que nos rodea.

Usted sabe como son esos días, uno se levanta temprano y sale a la calle donde el trafico esfuma el poco buen humor que le queda a uno entre la cama y la ducha. Para colmo llegas hasta algún lugar donde el dependiente te atiende con cara de pocos amigos y te trata cual si debieras agradecerle por estar interesado en gastar dinero en su negocio. Es desagradable.

Hoy me tocaba hacer algunas diligencias y tuve la fortuna de encontrarme rostros amables y buenas intenciones en cada uno de los lugares que fui. Especialmente en un el técnico de la computadora me hizo sentir como si fuera su amigo de toda la vida, uno no pude evitar que se trata de simple marketing, pero se siente bien y uno tiene que pensar entonces que esa persona disfruta realmente lo que hace.

Más tarde cuando Hannah venía de regreso de la escuela la llanta del carro se deshizo, literalmente, ella estaba como a cuarenta minutos de la casa. Es de esos momentos cuando te sientes impotente y literalmente no sabes qué hacer. Fui hasta la casa de mis vecinos, una familia de misioneros cubanos, más tarde en explicarle el problema al vecino que este en agarrar el carro, cargarlo de gasolina y salir al rescate. No podía evitar que era increíble estar rodeado de tanta gente buena. Llegamos sin mayores contratiempos, cambiamos la llanta y el vecino nos escoltó hasta la casa. 

Fuimos a cambiar la llanta, un proceso que acabo de descubrir y me parece de lo más curioso, el muchacho que nos atendió fue también de lo más amable, después de ese engorroso trabajo de cambiar una llanta llena de lodo me indico un lavamanos donde podía "limpiarme" luego se dirigió sonriendo a su siguiente cliente.

-Me gusta la gente amable- le dije a Hannah mientras pensaba en escribir sobre esto y contar que a pesar de las cosas que parecen estar contrarias al orden natural, a pesar de tanto loco y tanto corrupto aun hay gente amable, gente que disfruta de la vida y saben transmitirte ese entusiasmo con una sonrisa, con una palmada en la espalda o un sincero: ¡Que tengas un buen día viejo!

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