martes, octubre 26

Porque estoy de acuerdo con Roberto Duran.



Son siempre más sinceras las cosas que decimos cuando el ánimo se siente airado que cuando está tranquilo.
Cicerón


Roberto Duran no era para mi un héroe. Nadie pone en tela de duda su gran capacidad como atleta, fue el primer hombre en ganar cuatro títulos de boxeo en diferentes categorías. Su fama le precede, el famoso "mano de piedra" es y sera por mucho tiempo un icono del deporte y la cultura panameña. A mis sus hazañas me llegan de oídas, pues "el cholo", como se le conoce en Panamá, estaba tirando golpe desde mucho antes de mi nacimiento. Mi papá me ha contado como el país se paralizaba cada vez que Duran se subía al cuadrilátero. A mi me tocó ver el declive de su carrera. 

Como persona otra historia hay que contar, se hizo famoso por despilfarrar los millones que ganó, por ser vulgar y no medir lo que decía, aunque hay que abogar a su favor que es producto de su barrio, de su época y de su educación. Siempre me pareció grosero el desparpajo con el que salía en los medios de comunicación soltando palabras soeces a diestra y siniestra. Aun así hay que reconocer que una de las referencias de Panamá en el extranjero, quizá sólo después del Canal, es Roberto Duran. 

A mi esta idolatría no me cuaja. Tiendo a ver con ojo critico cuando se ensalza a una figura por sus capacidades deportivas o físicas. Me recordaba un poquito la enfermiza manía que tienen algunos argentinos de adorar a Maradona y colocarlo al nivel de un dios. De la misma manera suelo ver a aquellos que hacen ojos ciegos a los errores de un ser humano sólo por argumentos triviales como patear un balón o pegar durisimo con la mano. Lo que quiero decir es que no soy de ese tipo de personas y espero nunca llegar a serlo.

Pero al cesar lo que es del cesar, Duran ayer causó noticias una vez más por su polémica personalidad. Para resumir la historia, la semana pasada le fue quitada a Panamá la sede de los juegos Bolivarianos, juegos que Panamá albergó alguna vez hace décadas y que hacía la ilusión de realizarlos una vez más. Si se realizaban los juegos eso significaba un importante numero de empleos además de construcciones e infraestructuras para el deporte nacional. En fin era bueno. Sin embargo dos personas que llevan años peleándose por distribuirse de la mejor manera el dinero que le pueden sacar al deporte en Panamá, se encargaron que esos sueños se fueran al traste. Y así de la noche a la mañana Panamá se vio sin sede, sin trabajos, sin estadio y con mucha vergüenza.

Uno de los protagonistas de este papelón internacional, se atrevió ayer a dar la cara para decir en pocas palabras que la culpa no era de él sino del otro y repetir un circulo vicioso que los panameños estamos hastiados de escuchar. En medio de la conferencia se levantó Duran y arremetió contra los dirigentes tildándolos de corruptos y sinvergüenzas y reprochando por robarle la ilusión a los atletas y al país.

No puedo estar de acuerdo con la forma en que lo hizo. Sin embargo estoy de acuerdo con que lo haya hecho, que haya dicho las verdades que más de un panameño tenemos atravesadas en la garganta desde hace ratos. Estoy de acuerdo con que estos hombres son corruptos y sinvergüenzas que sólo miran por su interés y el deporte bien gracias. Estoy de acuerdo con que se levantará y hablará donde ninguno de los demás tiene voz ni voto, porque haciendo uso de su papel de icono del deporte funcionó como vocero de los sin voz. 

No estoy diciendo que esto convierte a Duran en un santo, al fin y al cabo ¿quién lo es?, pero estoy diciendo que se gana mi admiración, mi respeto y mi apoyo. No estoy de acuerdo con la forma pero sí con el fondo, y son en estos los momentos que me gustaría tener sombrero para quitármelo. Pues de una u otra manera se tiene esa sensación de: Se dijo lo que hace tiempo se tenía que decir.

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