lunes, mayo 21

Un ángel borracho o literatura en todas partes

Los ángeles pueden volar porque se toman a sí mismos a la ligera.
Gilbert Keith Chesterton


El problema con los problemas es que te atosigan. Se suben encima de tus pensamientos y no puedes pasar más de un par de minutos sin volver a ellos en una espiral infructuosa, más aun cuando los problemas o las cosas que te preocupan simplemente escapan de tus manos. En esas ando yo con la enfermedad de mi papá, a ratos bien, a ratos preocupado pero sintiendo constantemente un extraño peso en el corazón.

Hoy venía de regreso del hospital con muchas cosas dando vueltas en mi cabeza, daban vueltas una y otra vez y terminaban aterrizando en mi corazón aumentando más el peso que ya sentía. Como ya saben estoy empezando a leer Drácula, así que apenas tomé asiento en el autobús de regreso a casa me sumí en la lectura o más bien iba a sumirme cuando  mi compañero de asiento me interrumpe:
-¿Qué estas leyendo?- me dijo soltando su aliento alcohólico en mi nariz. 
-Un borrachín- pensé cerrando el libro y enseñándole la portada donde aparecía el colmilludo personaje. -Drácula- respondí con una sonrisa procurando regresar rápido a mi lectura aunque sabía que pronto se vería interrumpida por los problemas que rondaban mi cabeza tan sedientos como el conde del cual leía. 
-¿Te gusta la literatura?- siguió el señor  como si me hubiera sentado a su lado para conversar y no porque fuera el único asiento disponible.
-Me gusta- respondí procurando no ser grosero pero tampoco demasiado abierto al dialogo.
-¡Muy bien! hablemos de literatura- se dijo el mismo y empezó a hacerme preguntas y ha hablar sin parar durante todo el viaje. Para mi sorpresa sabía mucho de literatura, conocía a los autores rusos y su filosofía, me hizo una comparación exhaustiva entre Vargas Llosa y García Marquez y constantemente me habló de su amor por los libros, de hecho en ese momento llevaba en su bolsa "El sueño del Celta" de Vargas Llosa. El asunto es que entre historia e historia llegué a mi destino, me baje dándole un apretón de manos y el me agradeció por "hablar" de literatura, aunque sinceramente me dediqué más a escuchar. Nunca sabré el nombre del señor, solo sé que es peruano y se dedica a hacer "carritos" de comida ¡ah! y que ama la literatura, pero él sin darse cuenta hizo mi viaje mucho más tranquilo y distraído, me hizo pensar en otras cosas, entre ella recordar porque me encanta llevar siempre un libro conmigo, es como una marca secreta entre lectores.
Le conté la historia a Hannah en la tarde y me comentó.
-A lo mejor era un ángel... un ángel borracho.
Y yo pienso que podría ser verdad. 

2 comentarios:

  1. Sin duda alguna Dios esta pendiente del pesar de tu corazon y te puso junto a ese "angel borracho" para que tus pensamientos volaran hacia otro lado.. Animo Ariel.. Dios esta cuidando de ti tambien...

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  2. Sin duda alguna Dios esta pendiente del pesar de tu corazon y te puso junto a ese "angel borracho" para que tus pensamientos volaran hacia otro lado.. Animo Ariel.. Dios esta cuidando de ti tambien...

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