Curiosamente, los votantes no se sienten responsables de los fracasos del gobierno que han votado.
Alberto Moravia
Pensé que el día de hoy escribiría una carta a los políticos de Panamá. Inclusive tracé dos o tres borradores donde repudiaba su forma de actuar, su poco importa y su constante dejar en vergüenza en Panamá, aunque ellos le echen la culpa a los medios y digan que están “afectando el nombre del país” pero al igual que ustedes estoy un poco harto de la política y sus asquerosidades ni hablar de la ridícula cuña que ahora han puesto en televisión y la llamo ridícula porque no hay otra forma de hablar de una cuña publicitaria que se irrespeta a sí misma al cantar una parodia de opera y sin decir nada en realidad.
El actual gobierno fue elegido con ese tipo de campañas y no es de extrañar que la sigan utilizando pues ya les funcionó una vez. Sin embargo aquel dicho de cada país tiene el gobierno que merece no podría caernos mejor a los panameños quienes creemos merecer cielo y tierra pero un cielo y una tierra exclusivamente para nosotros donde nadie se interponga en el camino de la felicidad y es que los mismos panameños que se quejan de Lavitola y cualquier otro escandalo del gobierno son los mismos que aprovechan la minima oportunidad para saltarse las reglas.
En las mañanas cuando el trafico en la autopista hacía Panamá es lo peor nunca deja uno de ver varias decenas de carros que sin pensar en los demás se montan en el paño de emergencia, solucionando su problema pero dejándonos a todos los demás en un mayor entuerto pues tendremos que esperar a que regresen al carril reglamentario. Y luego se quejaran de los gobernantes, de los diputados son corruptos y se aprovechan. Estoy totalmente convencidos de que ellos harían lo mismo si estuvieran en su lugar.
Y es que la corrupción solo puede llegar a gobernar un país que se lo permita, como dice Ruben Blades “no te compran si no te vendes” si los panameños votáramos en con el cerebro esperando un plan de gobierno con sentido y sustentado si nos diéramos cuenta que el paternalismo solo nos sume en la misma espiral de siempre en vez de botar con el hígado porque el gobierno anterior no me solucionó o porque este me prometió más cosas por menos trabajo.
Si en vez de sentirnos buenos ciudadanos cada 4 años porque nos manchan el dedo de morado entendiéramos que Panamá se construye día a día y no solo para mi como individuo sino para toda una sociedad que necesita salir adelante, tal vez las cosas serían diferentes. Tal vez los gobiernos no tuvieran espacio para la corrupción porque el pueblo no la tolera, tal vez nadie podría pasar por encima de nosotros porque nosotros no pasamos por encima de nadie, tal vez nuestros gobernantes tendrían que trabajar con honradez porque nosotros trabajamos con honradez.
Pero mientras creamos que todo es culpa de los políticos y no miremos nuestra viga en el ojo seguirán haciendo el ridículo por nosotros y arrastrando el nombre de Panamá por el suelo y no será culpa de ellos sino toda nuestra.
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