lunes, julio 11

Mi adiós a Facundo Cabral.

"Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que le destruya hay millones de caricias que alimenta a la vida."
Facundo Cabral

Recuerdo los grandes círculos negros de acetato –los famosos “long play”-; solía mi papá ponerlos bajo una aguja y al dar vueltas como por arte de magia sonaba una voz agradable y familiar, nos contaba sobre la Señora de Juan Fernández o como le gustaba andar pero nunca seguía el camino. Recuerdo la misma voz haciendo ingeniosos monólogos los cuales entendí muchos años más tarde de la primera vez de escucharlos. 

En algun punto sustituí a mi papá en poner los discos. Era yo un mocoso sin entender las complicadas implicaciones de las letras pero a quien habían acostumbrado a escuchar a aquel señor con apellido extraño. Luego, cuando entendí, quede prendado de aquella filosofía demasiado idealista como para ser practica pero al mismo tiempo demasiado romántica como para ignorarla. Y lo seguí en sus cassettes, en sus cedes, en mp3, en youtube, etc. Hasta que no necesite nada para cantar sus canciones de memoria. 

Y es que yo también crecí escuchando a Facundo Cabral. Su muerte, de una forma tan horrible, deja un gran vacío en una generación de latinoamericanos que disfrutamos su humor, su crítica concienzuda y su obsesión por la paz. Solía decir: “la vida no es justa, la vida es como es” y tenía razón no es justo que muriera como lo hizo, asesinado por seres malvados que sólo viven para destruir. “…no todos tienen la muerte que merecen y no todos merecen la muerte que tuvieron” 

Nos queda su voz y la responsabilidad que no se apague su mensaje. Además, citándolo una vez más: “Hay que desconfiar de los genios; a veces se hacen los muertos…” ¿Quién puede decir que Facundo Cabral ha muerto? 

Su extraña teología, su complicada postura política, la facilidad con que reía y hacia reír. El espacio que nadie llenara pues no habrá otro Facundo. No quiero hablar sobre la impotencia al leer la noticia de su muerte. Solo quería hacer un pequeño homenaje al tío Facundo con quien crecí. Decirle adiós a mi manera y darle las gracias por dejar en este mundo algo hermoso como sus letras y su humor. Decir que lamentó su partida, que espero este en el lugar correcto y prometerle que de la misma forma que mi padre hizo conmigo algún día mis hijos, si llego a tener, lo escucharan. 

Hasta siempre Facundo.

3 comentarios:

  1. Que buen homenaje, gracias por poner en palabras mi sentir. "camina siempre adelante..."

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  2. lo siento muxo no se pero apuesto ke es uno de los angeles + bellos ke estan con Dios

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