Porque escribo todo lo que sangro, porque sangro todo lo que escribo
-Fito y los Fitipaldis
Había días de febril inspiración en que unos cuanto miles de palabras eran pan comido. Otros días llegar a diez palabras era una dolorosa tortura. Sin embargo al final he terminado el reto unos cuatro días antes de que concluya el mes. Tengo cincuenta mil palabras pero estoy lejisimos de tener un libro. Sé que tendré que reescribir casi todo y aun no tengo ni la más remota idea de como va a acabar el asunto, al principio tenía una idea clara de donde quería llegar pero según paso el tiempo y se acumularon las palabras los personajes empezaron a hacer locuras, se enredaron en cientos de líos, tomaron malas decisiones y acabaron enredándome en una historia sin un claro final a la vista.
Al final queda un poco de desazón, escribí como nunca en un mes, llegué a las cincuenta mil palabras y quiza he escrito más que nunca pero me temo aun me faltan otras cincuenta mil palabras y una buena dosis de suerte e inspiración para acabar con el escrito. No voy a abandonarlo, aunque todas mis voces internas me lo suplican, quizá por aquello de: "Nuestro vino, amargo pero nuestro" y quien sabe a lo mejor algún día llegue a ser un escrito lo suficientemente decente como para leerlo a mis hijos o tal vez para hojear en las noches de insomnio, en el peor de los casos sera un excelente regalo para algún enemigo a quien quiera agriar el día. Bien dicen que no hay desperdicio en escribir.
Seguiremos informando...
No hay comentarios:
Publicar un comentario