miércoles, noviembre 24

Nosotros los afortunados.

Cuando oigo que un hombre tiene el hábito de la lectura, estoy predispuesto a pensar bien de él.
-Nicolás de Avellaneda


Hoy entré a una librería. Soy de esas personas masoquistas que se meten a ver títulos aunque no tenga ni un centavo para comprarlos. Siempre tomó nota mental: Cuando tenga plata voy a comprar este y aquel. La nota mental siempre termina extraviada en el absoluto desorden de mi mente.
De todas maneras hoy los precios eran para irse de espalda, veintidós dolares por un libro del que jamás he escuchado, una apuesta demasiado arriesgada para mi economía. Treinta y siete dolares, cuarenta y dos, veintiséis etc. Leer sale caro en este país.

Luego pensaba en la famosa cantaleta que armamos siempre aquellos que disfrutamos de la lectura. En Panamá no se lee, no hay libros en las casas, etc. Sin embargo tiene algo de sentido pues esos precios son todo menos amigables para una persona que quiera aventurarse en la lectura.

Ya sé la respuesta al argumento;  se gasta en otro montón de cosas, guaro, ropa, apariencias, carros, etc. Sí, pues de cierta forma todos esos elementos forman parte de nuestra cultura consumista. Sin embargo para enamorar a una persona de los libros, de la buena lectura o de la lectura en términos generales la inversión inicial es demasiado elevada. Por lo menos los del marketing, los que llenan los estantes de la librera.

Pensando en todo el asunto me di cuenta de lo afortunado que soy. No tengo un yate o una mansión lujosa, no tengo un reloj carisimo y mi ropa es sinceramente sencilla. Sin embargo tengo una casa rellena de libros leídos y por leer y crecí en una casa donde siempre hubieron libros para leer donde me engancharon desde pequeño pues siempre estuvieron allí, se hicieron mis amigos, porque eran conocidos y no extraños con sus palabrita y palabrotas.

En conclusión, somos de los afortunados de esos que por obligación, casualidad o amor tenemos libros que nos rodeen y nos acompañen. De los que podemos darnos el lujo de entrar a una librería de vez en cuando y comprar un libro aunque este demasiado caro. De esos que nos damos el lujo de leer. 

4 comentarios:

  1. soy fanático de la lectura (y de la relectura) desde niño.
    es un hábito que se va perdiendo con las nuevas generaciones, espero que eso se revierta!
    un abrazo.

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  2. Gracias por pasar por el blog! tus fotos están buenisimas...

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  3. Tengo escasos años y si bien no escribo de maravilla, adoro hacerlo. Leer es uno de los mayores placeres de la vida. Uno nunca se siente solo si tiene un libro a la mano.
    Muy lindo post.

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  4. Leer es lo máximo, definitivamente y bien dicen que la única manera de aprender a escribir es escribiendo. Saludos.

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