lunes, noviembre 8

Los 10 mandamientos del escritor.

Existen varias formas de acercarse a un libro. Una de mis favoritas es cuando un libro te conecta con otro, cuando el autor de manera astuta sabe como conectarte con su autor favorito. Me ha pasado así con varios de mis libros favoritos: Crimen y Castigo, El conde de Montecristo, La metamorfosis etc. 


Otra de mis maneras favoritas de acercarme a un libro es por la absoluta y democrática ley de la casualidad. Me encanta hojear en los estantes de las librerías a algún autor desconocido del que nada ni nadie me hayan dicho nada, me encanta darles una oportunidad aunque a veces es una apuesta arriesgada. Hace algunos años uno de esos días en que me sentí aventurero compré Verdades y mentiras en la literatura, deStephen Vizinczey.


El libro no tiene desperdicio si lo que a uno le gusta es aprender algunas cosas sobre el imposible oficio de escribir. Esta lleno de anécdotas, referencias y criticas sorprendentes, es decir realmente vale la pena y aquel día  el riesgo fue acertado. Sin embargo uno de los puntos más fuertes del libro se centra en sus primeras páginas donde el autor describe lo que según él son los diez mandamientos del escritor. No voy a hacer una exegesis ni un análisis concienzudo de las implicaciones de cada uno de ellos, sólo quiero copiarlos aquí y que a cada uno le aproveche de la mejor manera. 

1. No beberás ni fumarás ni te drogarás
Para ser escritor necesitas todo el cerebro que tienes.

2. No tendrás costumbres caras
Un escritor nace del talento y del tiempo... tiempo para observar, estudiar y pensar. por consiguiente, no puede permitirse el lujo de de desperdiciar una sola hora ganando dinero para cosas no esenciales. A menos que tenga la suerte de haber nacido rico, es mejor que se prepare para vivir sin demasiados bienes terrenales. Es cierto que Balzac obtenía una inspiración especial de la compra de objetos y la acumulación de enormes deudas, pero la mayoría de personas con hábitos caros, son propensas a fracasar como escritores.


A la edad de 24 años, tras la derrota de la Revolución Hungara, me encontré en Canadá con unas cincuenta palabras en inglés. Cuando me di cuenta que era un escritor sin lengu, subí en ascensor al último piso de un alto edificio de Dorchester Street en Montreal, con la intención de arrojarme al vacío. Al mirar hacia abajo desde la azotea, con terror ante la idea de morirme, pero todavía más de romperme la columna vertebral y pasar el resto de mi vida en una silla de ruedas, decidí tratr de convertirme en un escritor inglés. Al final, aprender a escribir en otra lengua fue menos dificil que escribir algo bueno y viví durante casí seis años al borde de la miseria antes de estar listo para escribir En brazos de la mujer madura.
No podría haberlo hecho si me hubiesen interesado los trajes o los coches... en realidad, si no hubiera visto otra alternativa que la azotea de aquel rascacielos. Algunos escritores inmigrantes que conocia trabajaban como camareros o vendedores para ahorrar dinero y crearse una "base financiera" antes de intentar ganarse la vida escribiendo; uno de ellos posee ahora toda una cadena de restaurantes y es más rico de lo que yo pueda llegar a ser en mi vida, pero ni él ni los otros volvieron a escribir. Es preciso decidir que es más importante para uno: Escribir bien o vivir bien. No has de atormentarte con con ambiciones contradictorias.

3. Soñarás y escribirás y soñarás y volverás a escribir
No dejes a nadie decirte que estás perdiendo el tiempo cuando tienes la mirada perdida en el vacío. No existe otra forma de concebir un mundo imaginario.
Nunca me siento ante una pagina en blanco para inventar algo. Sueño despierto con mis personajes, sus vidas y sus luchas, y cuando una escena se ha desarrollado en mi imaginación y creo saber que han sentido, dicho y hecho mis personajes tomo pluma y papel e intento relatar lo que he presenciado.
Una vez escrito mi relato a mano y a máquina, lo leo y encuentro que la mayor parte de lo escrito es: a) confuso o b) inexacto o c) tedioso o d) sencillamente no puede ser veridico. Así, utilizo el borrador mecanografiado como una especie de informe crítico de lo que he imaginado y vuelvo a soñar mejor toda la escena.
Fue este modo de trabajar lo que me hizo comprender cuando aprendía inglé, que mi principal problema no era la lengua sino, como siempre, el ordenar las cosas en mi cabeza.

4. No serás vanidoso
La mayor parte de los libros malos lo son porque sus autores están ocupados en tratar de justificarse a sí mismos. Si un autor vanidoso es alcohólico, el personaje de su libro descrito con mayor simpatía será un alcohólico. Este tipo de asuntos es muy aburrido para los extraños. Si crees ser sabio, racional, bueno, una bendición para el sexo opuesto, una victima de las circunstancias, no te conoces a ti mismo lo suficiente para escribir.
Dejé de tomarme en serio a la edad de veintiseis años y desde entonces me he considerado sencillamente materia prima. Me utilizo del mismo modo que se utiliza a si mismo un actor: todos mis personajes -hombres y mujeres, buenos y malos- estan hechos de mi mismo más la observación.

5. No serás modesto
La modestia es una excusa para la chapucería, la pereza, la complacencia; las ambiciones pequeñas suscitan esfuerzos pequeños. Nunca he conocido un buen escritor que no intentara ser grande.

6. Pensarás sin cesar en los que son verdaderamente grandes
"Las obras del genio estan regadas de lágrimas" escribió Balzac en Ilusiones perdida. Rechazo, mofa, pobreza, fracaso, una lucha constante contra las propias limitaciones..., tales son los principales sucesos en la vida de la mayoría de los grandes artistas, y si aspiras a compartir su destino debes fortalecerte aprendiendo de ellos.
Yo me he animado con frecuencia releyendo el primer volumen de la autobiografía de Graham Greene, Una especie de vida, que trata de sus primeras luchas. También he tenido ocasión de visitarlo en Antibes, donde vive en un pequeño apartamento de dos habitaciones (un lugar diminuto para un hombre tan alto) con los lujos de un aire suave y una vista de mar, pero pocas posesiones aparte de libros. Parece tener pocas necesidades materiales y estoy seguro que esto tiene que ver con con la libertad interior que emana de sus obras. Aunque afirma que ha escrito sus "entretenimientos" por dinero, es un escritor dirigido por sus obsesiones sin hacer caso de modas cambiantes e ideologías populares, y esta libertad se la comunica a sus lectores. Uno se siente liberado del peso de los propios compromisos, al menos mientras lo lee. Esta clase de logro es solo posible para un escritor de costumbres espartanas.
Ninguno de nosotros tiene oportunidades de conocer personalmente a muchos grandes hombre, pero podemos estar en su compañía leyendo sus memorias, diarios y cartas. Hay que evitar, sin embargo las biografías, en especial las que han sido convertidas en peliculas o en series de televisión. Casi todo lo que nos llega de los artistas a través de los medios de información es pura palabrería, escrita por perezosos autores mercenarios que no tienen la menor idea del arte ni del trabajo duro. El ejemplo más reciente es Amadeus que intenta convencernos que es facil ser un genio como Mozart y muy dificil ser una mediocridad como Salieri.
Hay que leer en cambio las cartas de Mozart. En cuanto a literatura especifica sobre la vida de un escritor, yo recomendaría Una habitación propia, de Virginia Wolf el prefacio de La Dama Morena de los sonetos, de 
Shaw, Martin Eden de Jack London y sobre todo Ilusiones perdidas de Balzac.

7. No dejarás pasar un solo día sin releer algo grande
En mi adolescencia estudié para ser director de orquesta y de mi educación musical adopte una costumbre que considero esencial para los escritores: el estudio constante y diario de las obras maestras. La mayor parte de los músicos profesionales de cierta categoría conocen de memoria centenares de partituras; la mayor parte de los escritores en cambio, solo tiene el más vago recuerdo de los clasicos, lo cual explica que haya más músicos expertos que escritores expertos. Un violinista que poseyera la pericia tecnica de la mayor parte de los novelistas publicados, no encontraría una orquesta donde tocar. Lo cierto es que sólo absorbiendo las obras perfectas, los modos especificos inventados por los grandes maestros para desarrollar un tema, construir una frase, un parrafo, un capitulo, se puede aprender de todo lo que hay que aprender sobre la técnica.
Nada de lo que ya se ha hecho puede decirte cómo hacer algo nuevo, pero si comprendes las técnicas de los maestros, tienes una mayor posibilidad de desarrollar las propias. Para decirlo en términos de ajedrez: aún no ha existido un gran maestro que no conociera de memoria las partidas de campeonato de sus atencesores.
No se debe cometer el error común de querer leerlo todo para estar bien informado. Estar bien informado sirve para brillar en las fiestas, pero resulta absolutamente inútil para un escritor. Leer un libro para poder charlar sobre él, no es lo mismo que comprenderlo. Es mucho más util leer una y otra vez unas cuantas grandes novelas hasta comprender por qué son buenas y como la han construido los escritores. Hay que leer una novela unas cinco veces para comprender su estructura, qué la hace dramatica y qué le presta ritmo e impulso. Sus variaciones en compás y escala de tiempo, por ejemplo: el autor describe un minuto en dos paginas y luego cubre dos años con una frase ¿Por qué? cuando hayas comprendido esto, sabrás realmente algo.
Cada escritor elegirá sus propios favoritos entre aquellos quienes cree que puede aprender más, pero desacosejo con firmeza la lectura de novelas victorianas, que estan infectadas de hipocrecia e hinchadas de redundancias. Incluso George Eliot escribió demasido sobre demasiado poco.
Cuando te sientas tentado de escrbir cosas superfluas, deberas leer relatos de Heinrinch von Kleist, quién dijo más con menos palabras que cualquier otro escritor en la historia de la literatura occidental. Lo leo constantemente, así como a swift y a Sterne, a Shakespeare y a Mark Twain. Por lo menos una vez al año releo alguna de las obras de Pushkin, Gógol, Tolstoi, Dostoiebski, Stendhal y Balzac. A mi juicio, Kleist y estos novelistas franceses del siglo XIX son los más grandes maestros de la prosa, una constelación de genios no superados como los que encontramos en la musica de Bach a Beethoven y todos los días intento aprender algo de ellos. Esa es mi técnica.

8. No Adorarás Londres/Nueva York / París
Conozco a menudo aspirantes a escritores de lugares apartados que cren que las personas que viven en las capitales de los medios de información tiene, sobre el arte, alguna información interna especial que ellos no poseen. Leen las páginas de críticas literarias, ven programas sobre arte en televisión para averiguar qué es importante, qué es arte en realidad qué debería preocupar a los intelectuales. El provinciano suele ser una persona inteligente y dotada que acaba por adoptar la idea de algún periodista o académico de mucha labia sobre lo que constituye la excelencia literaria, y traiciona su talento imitando a imbéciles que sólo tienen talento para medrar.
Aunque vivas en el quinto infierno, no hay razón para sentirte aislado. Si posees una buena colección de ediciones en rústuca de grandes escritorres y no dejas de releerlos, tienes acceso a más secretos de la literatura que todos los farsantes de la cultura que marcan el tono en las grandes ciudades. Conozco a un destacado critico de Nueva York que no ha leido nunca a Tolstou y además está orgullos de ello. No hay que perder tiempo, por lo tanto preocupandote por lo que está de moda, el tema idóneo, el estilo idóneo o que clase de cosas ganan los premios. Cualquier persona que haya tenido éxito en litertura, lo ha conseguido en sus propios términos.

9. Escribirás para complacerte a ti mismo
Ningún escrutor a logrado jamás complacer a los lectores que no estuvieran aproximadamente en su mismo nivel de inteligencia general, que no compartiera su actitud básica ante la vida, la muerte, el sexo, la politica o el diner. Los dramaturgos son afortunados con la ayuda de los actores pueden extender su mensaje más alla de los espíritus afines. No obstante, hace sólo un par de años leí en los periodicos estadounidenses de Medida por medidad... la obrea en sí ¡no la producción! Si Shakespeare no puede complacer a todo el mundo, ¿Por qué intentarlo siquiera nosotros?
Esto significa que no vale la pena esforzarse por algo que que te resulta aburrido. Cuando era joven perdi mucho tiempo intentando describir vestidos y muebles. No sentía el menor interes por los vestidos o los muebles, pero Balzac experimentaba hacía ellos un apasionado interés que consiguio comunicarme mientras le leía. Así que pense que debía dominar el arte de escribir excitantes parrafos sobre armarios si quería ser algún día un buen novelista. Mis esfuerzos estaban condenados y agotaron todo mi entusiasmo por aquello que me había propuesto escribir en primer lugar.
Ahora solo escribo sobre lo que me interesa. No busco temas: Cualquier cosa en la que no pueda dejar de pensar es mi tema. Stendhal dijo que la literatura es el arte de la omisión. y omito todo lo que no me parece importante. Describo a las personas sólo en los terminos de sus acciones, afirmaciones, ideas, sentimientos que me hayan escandalizado/intrigadodivertido/deleitado a mí mismo, no a otros.
No esácil, por supuesto, ser fiel a lo que realmente nos importa; a todos nos gustaría ser considerados personas llenas de curiosidad por todo ¿Quiçen asistio jamás a una fiesta, sin fingir interes por algo? pero cuando escribes tienes que resistir la tentación y cuando lees lo que has escrito debes preguntarte: ¿me interesa en realidad esto?
Si te complace a ti mismo, - tu verdadero yo no a un concepto imaginario de ti mismo como la más noble de las personas que solo se preocupa por los niños hambrientos del Africa-, tienes la posibilidad de escribir un libro que agrade a millones de personas más o menos parecidas a ti. Pero nadie quiere leer a un novelista que no piense realmente lo que escribe. El Best-seller más ramplón tiene una cosa en común con la gran novela: ambos son autenticos.

10. Serás dificil de complacer
La mayoría de los libros nuevos que leo se me antojan medio terminados. El escritor se contentó con hacer su trabajo más o menos bien y luego paso a algo nuevo. Para mí escribir empieza a ser emocionante de verdad cuando vuelvo a un capítulo un par de meses despues de haberlo escrito. En esta fase lo miro menos como autor que como lector, y por muchas veces que reescribiera originalmente el capítulo, todavía encuentro frases que son vagas, adejtivos que son inexactos o superfluos. De hecho encuentro escenas enteras que aunque ciertas no añaden nada a mi comprensión de los personajes o de la historia y, por consiguiente, pueden eliminarse.
En este punto cuando examino el capítulo durante el tiempo suficiente para aprendérmelo de memoria -lo recito palabra por palabraa cualquiera que este dispuesto a escuchar-y si no puedo recordar algo, suelo descubrir que era correcto. La memoria es un buen critico.

4 comentarios:

  1. Qué bueno haberlos podido leer a través de este buen blog. Verdades y mentiras en la literatura, de Stephen Vizinczey será uno de mis próximos a leer.
    Un abrazote!

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  2. Gracias por comentar, a mi también me encantan estos 10 mandamientos.

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