Cuando Ariel me dijo que había terminado de leer la serie de Harry Potter tengo que confesar que lo primero que sentí fue envidia. No tanto porque haya leído todos los libros de Harry Potter (porque creo que hay muchos otros libros que valen la pena leer primero) pero porque Ariel lee como una maquina. Ni en mis sueños puedo leer tan rápido como lo hace él. Ese punto aparte, que no tiene tanto que ver con esto sólo que yo aun no he terminado de leer a Harry Potter (no por falta de ganas pero por falta de los libros). Y por eso, cuando evalúen mi opinión reconozcan que no he terminado de leer la serie.
Ariel consta que “J.R. Rowling sabe como contar una historia.” Por no haber terminado de leer la serie no puedo entregarle ningún cumplido de esa magnitud a Rowling en cuanto a la excelencia de su ficción aunque más de uno de mis amigos con buen gusto en literatura afirma que es una serie muy bien escrita.
Todos sabemos cual es el debate: La brujería es peligrosa y no deberíamos meternos en eso ni en libros de ficción vs. Es un cuento de niños, por favor, todos sabemos que es imaginario y leerlo no le va a hacer daño a nadie. Ariel lo dijo así, “No son un relato cien por ciento infantil lleno de inocencia y que puede ser distribuido entre los infantes sin mayores miramientos. Tampoco es un manual de oscurantismo con perversos conjuros y macabros ritos para hacer pactos diabólico.” Yo creo que la serie toca temas tan elementales como el bien y el mal que valen la pena pensar de muchas perspectivas. Pero, porque no he terminado de leerlos tengo que confesar que concuerdo con la opinión de Ariel y no me queda mucho más que decir al respecto.
Sin embargo, tendré que explicar lo que pienso en cuanto a crear criterio propio en estas cosas. Cuando yo era niña mis padres siempre conversaban conmigo en cuanto a los libros que leía, en realidad los cuentos más morbosos de la Biblia se merecían un poco de censura por parte de los adultos (la prostitución, el asalto, la violencia, y la brujería etc.) y lo mismo iba por lo que veíamos en la televisión y las películas que mirábamos. En todo encontramos lecciones acertadas y otras erradas, y aprendimos que todo hay que examinarlo. Pero Jorge dijo algo que me encantaría recalcar, los Cristianos tienen una tendencia obstinada de satanizar la literatura y el arte, cosas que muchas veces pudieran enseñarnos unas buenas lecciones en cuanto a la vida. Pónganse a leer, es buen consejo, aprenderán algo y servirá más para bien que para mal. Pero, en fin, si vas a leer cualquier libro, yo pienso que todo lo que leemos (la Biblia no es excepción) deberíamos de conversarlo y examinarlo no solos pero con nuestros compañeros, maestros, enemigos, y amigos. Si tus padres o maestros no te enseñaron a hacerlo, empieza a hacerlo ahora.
No creo que llegará algún momento cuando seamos demasiado “grandes” o “maduros” como para tener que examinar las ideas de otros junto a otras personas. Ammi comentó que “Me parece que es bueno sacar un criterio propio de todas las cosas” y yo estoy muy de acuerdo. Pero, creo que es importante hacerlo junto a otras personas, no lo puedo repetir demasiadas veces. Y supongo que aunque no temo la brujería en Harry Potter, la verdad es que sí temo cuando alguien lee cualquiera cosa, la Biblia incluso, a solas sin consultar con otras personas. Aquellos que lean estos o cualquier otro libro sin entrar en conversación con otros (con diversas opiniones) en cuanto a lo que han leído se arriesgan a errar seriamente.
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