Después de leer “La metamorfosis” por Franz Kafka y mi primera impresión fué que Kafka fué una persona tormentada y pesimista pero después de pensarlo un rato he pensado que él ha captado algo de lo absurdo que somos los seres humanos. Creo que si todos tuvieramos que representar nuestro egoísmo en forma de un bicho tendríamos un mundo llenos de criaturas espantosas. Pero también es algo chistoso. La verdad es que las luchas que nos inventamos y la manera en la cual nos las arreglamos para tener razón muchas veces son sumamente ridículas.
Lo más curioso es que durante todo el cuento él nunca se preguntó ¿por qué? se había convertido en ese bicho y rápidamente se sintió ofendido que lo trataran con tal disgusto al tener que convivir con él. A lo mejor nosotros también somos así –pocas veces tomamos el tiempo para considerar ¿porqué? nos hemos convertido en lo que somos ni como lo que hacemos y decimos puede afectar a los que nos rodean. Algunas veces llevamos la vista gorda a puntos mucho más absurdos que los que describe Kafka en su historia.
No soy tan filosofa como para entender lo más complejo que a lo mejor Kafka estaba intentado comunicar. Pero me llama la atención que Kafka fue parte de la generación saliente de la segunda guerra mundial. En esa época, de repente todos se dieron cuenta que no todo se puede explicar y que algunas cosas en esta vida son muy absurdas. No puedo evadir mi afición a la historia y casi siempre me gusta leer cosas así con una perspectiva que proviene del contexto del autor y el momento en la historia que fue escrito.
Decidí leer un poquito en cuanto a Kafka y me di cuenta que sus dos hermanas fueron asesinadas en los campos de concentración durante la segunda guerra mundial. Sí era una persona tormentada. Entiendo un poco mejor de dónde viene este pesimismo que era algo bastante común en esa época. El cuento termina de tal manera que nos quedamos con una gran interrogante ¿qué? Y la vida muchas veces es así también. En esta época también se luchaba con la idea de que tal vez nada tenga una resolución al final. No estamos del todo apartados de ese clima de dudas.
Para ser honesta creo que las dudas tienen un lugar sano en nuestras vidas. Al fin y acabo creo que algunas cosas se pueden aclarar a la luz del amor de Dios pero para llegar allí algunas veces tenemos que tomar un camino que nos hacen pegar con algunos caminos llenos de dudas. Sin embargo, de todas maneras mi primera impresión, lo de lo absurdo que somos los seres humanos es lo que me ha quedado rodando por la mente. Algunas veces nos convertimos en bichos horribles “figurativamente” y nunca nos paramos para pensarlo ni preguntar porque todos quitan la vista con disgusto con nuestra actitud.
Lo más curioso es que durante todo el cuento él nunca se preguntó ¿por qué? se había convertido en ese bicho y rápidamente se sintió ofendido que lo trataran con tal disgusto al tener que convivir con él. A lo mejor nosotros también somos así –pocas veces tomamos el tiempo para considerar ¿porqué? nos hemos convertido en lo que somos ni como lo que hacemos y decimos puede afectar a los que nos rodean. Algunas veces llevamos la vista gorda a puntos mucho más absurdos que los que describe Kafka en su historia.
No soy tan filosofa como para entender lo más complejo que a lo mejor Kafka estaba intentado comunicar. Pero me llama la atención que Kafka fue parte de la generación saliente de la segunda guerra mundial. En esa época, de repente todos se dieron cuenta que no todo se puede explicar y que algunas cosas en esta vida son muy absurdas. No puedo evadir mi afición a la historia y casi siempre me gusta leer cosas así con una perspectiva que proviene del contexto del autor y el momento en la historia que fue escrito.
Decidí leer un poquito en cuanto a Kafka y me di cuenta que sus dos hermanas fueron asesinadas en los campos de concentración durante la segunda guerra mundial. Sí era una persona tormentada. Entiendo un poco mejor de dónde viene este pesimismo que era algo bastante común en esa época. El cuento termina de tal manera que nos quedamos con una gran interrogante ¿qué? Y la vida muchas veces es así también. En esta época también se luchaba con la idea de que tal vez nada tenga una resolución al final. No estamos del todo apartados de ese clima de dudas.
Para ser honesta creo que las dudas tienen un lugar sano en nuestras vidas. Al fin y acabo creo que algunas cosas se pueden aclarar a la luz del amor de Dios pero para llegar allí algunas veces tenemos que tomar un camino que nos hacen pegar con algunos caminos llenos de dudas. Sin embargo, de todas maneras mi primera impresión, lo de lo absurdo que somos los seres humanos es lo que me ha quedado rodando por la mente. Algunas veces nos convertimos en bichos horribles “figurativamente” y nunca nos paramos para pensarlo ni preguntar porque todos quitan la vista con disgusto con nuestra actitud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario