viernes, enero 5

La iglesia, la violencia contra la mujer y yo.

Escribir sobre temas tan delicados como el papel de la iglesia a favor de la mujer maltratada (o en su contra), representa siempre un riesgo, nuestros dedos puede volar con rapidez sobre el teclado dictando soluciones por aquí y por allá, para luego cruzarnos de brazos y dejar todo como una simple idea más. (Esa fue mi primera tentación)
Leer las estadísticas que presenta Hannah, provoca escalofríos, tristeza y la constante pregunta: ¿que vamos a hacer? es cierto, somos la iglesia llamados a ser diferentes y sin embargo nos encontramos sumidos en medio de tanta maldad y lo peor de todo es que nos sentimos a gusto con ella.
Hay aspectos alrededor de la violencia intrafamiliar que impiden que la iglesia entre en acción. No pretendo excusar ni mucho menos liberar a la iglesia de su responsabilidad, sin embargo las misma victimas de la violencia muchas veces prefieren callar antes que denunciar o presentar alguna queja. Lo mismo me lleva al convencimiento que las estadísticas se quedan cortas ante la realidad. Si las mujeres sufren violencia pero se callan hay muy poco que podemos hacer por ayudarlas. Aquí el rol principal de la iglesia, seria educar de manera generalizada desde el púlpito al respecto y denunciar este pecado de la misma manera que se denuncian otros que se consideran "más escandalosos" quizás (y solo quizás) de esta forma las victimas se vean apoyadas y busquen con mayor confianza apoyo. (Sí lo sé, disparar desde la trinchera de escritor es tan fácil)
Por otro lado esta el papel apático de la iglesia. Es increíble la proliferación de iglesias en nuestra amada América latina y al mismo tiempo hoy más que nunca se siente su ausencia. Según mis estadísticas personales (sin ningún peso científico) el 95% de la población se declara cristiano. Todos manejan la jerga del cristianismo y todos pueden en un momento u otro pasar como tales. ¿Habrá América Latina entrado en el post cristianismo? la saturación del evangelio ( a través de radio, televisión y medios escritos) no ha hecho más que aletargarnos, los espectáculos fantasiosos de poder (sin querer ofender a nadie y reconociendo que tenemos un Dios todo poderoso) hace que miremos a Dios como un mago todopoderoso desesperado por apantallarnos con sus increíbles poderes (exclusivos y elitistas) que poco se preocupa por los pequeños detalles cotidianos.
Conversando con mi papá al respecto el me comentaba: "lo que ocurre es que hoy en día hay demasiadas Higlesias y muy pocas Iglesias, las Higlesias se comportan como su primer letra, son mudas y apáticas ante las situaciones de la vida y pretenden entretener a sus feligreses con mil y una monerías, pero sin ser en realidad parte del pueblo de Dios" Estoy de acuerdo. Pero ¿que de la Iglesia? Por más que me debano los sesos pensando en que manera puedo hacer algo aquí y ahora por cambiar la violencia contra la mujer no encuentro nada tangible. Llevo años orando por eso y no creo que sea poco pero ¿que más?
Nuestra posición de sal y luz no deja de ser comprometedora (sal insípida y luz tenue). Nuestra posición de sanadores (aunque heridos como dijera Nouwen) se ve simplemente anulada. Sinceramente me da un poco de vergüenza el saber que no estoy haciendo nada, pero más vergüenza me da el no poder vislumbrar que hacer.
Como Iglesia somos responsables, sí pero creo que eso ya lo sabíamos. Me hubiera gustado plantear dos o tres soluciones, pero apenas intente pasarlas por el filtro realista me encontré que todas se quedaban atoradas, quizá señalar el error de la iglesia y me encontré señalando mi propia falla. ¿que hago? ¿que hacemos?

4 comentarios:

  1. Tal vez empezar por asercarnos a apoyar y ayudar a las mujeres que sí han denunciado el abuso que han sufrido. También sería bueno confesar y pedir perdón por las veces que nosotros mismos hemos sido los que hemos tratado abusivamente a alguna otra persona.

    Enseñar a las victimas a denunciar el abuso que han sufrido es algo sí, también reconocer que la mayoría del abuso es hecho por hombres. A lo mejor hay que enseñarle a los hombres de la iglesia otra manera de ver y tratar a las mujeres. Empezando con los más jóvenes: enseñarles modelos positivos de como tratar a las mujeres en su vida. Reconocer que el abuso no solamente es fisico, puede ser verbal y mental y debemos re-considerar como en nuestra cultura Latina los hombres tratan a las mujeres.

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  2. Yo trabajaba en una prision para muchachos de 15-20 anos de edad, y creo que el 67% de ellos eran latinos. No habian muchachas en la prision, pero algunos de los empleados eran mujeres, y a veces unas mujeres vendrian a ver las cosas para el gobierno o tal institucion. Siempre me hacia triste lo que decian los muchachos cuando pasaba una mujer, siempre era muy grosero y sexual. Por supuesto que nosotros como empleados y como hombres que respetan a las mujeres los contradeciamos y hicimos el esfuerzo de convencerles a los presos que hablen de las mujeres en una manera respetosa, pero nunca nos hacian caso. Yo siempre me quede triste y me senti inutil para cambiar como esos muchachos pensaban de las mujeres -- no eran mas que cuerpos. No se si hablaban asi porque eran presos, muchachos, latinos, o simplemente hombres que no le dan caso a Dios. Y es sumamente dificil cambiar la percepcion de otra persona que no quiere cambiar. ?Y la pregunta de que hacer? En cualquiera competicion lo primero es saber lo que uno va a encontrar. Nosotros la Iglesia vamos a encontrar a gente motivados (como nosotros) por el Pecado Original (?asi se dice en Espanol?) -- pensar en si mismo y menospreciar a los de mas. Puede ser que algunas cosas se puede cambiar por accion social y educacion, pero me parece que un cambio tal como buscamos vendra solamente por la gracia de Dios en vidas especificas -- es decir, que las cosas van a cambiar una persona a la vez. No olvidemos a la vecinaa en favor a todas las mujeres, ni al muchacho preso en favor a todos los muchachos.

    Y perdoname porque me falta facilidad escribir en Espanol, y porque no se como usar el teclado para hacer tildes y accentos.

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  3. Wow Seth, de verdad me has dejado pensando con tus ideas y tus experiencias, creo que tienes razón, una persona a la vez a aquella que podamos impactar...

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  4. Ariel, no hablaste de la mujer!!! jajaja... Pero estoy de acuerdo contigo en la situación de la Iglesia de América Latina. Y duele aceptar q así estamos.

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