Trabajando en un refugio para mujeres y niños maltratados he hecho preguntas como ¿porqué ocurre esto? y ¿porqué la iglesia no hace nada? Sinceramente me rompe el corazón casi todos los días que vengo a trabajar. Al pasar el tiempo me he dado cuenta que sí hay algunos en la Iglesia que quieren ayudar. Sin embargo, me he puesto a pensar en que una de las razones que nos cuesta ayudar a las personas de “afuera” es que no queremos reconocer que tal vez es un problema de “adentro” también.
En Panamá de acuerdo al Informe Anual sobre Prácticas de Derechos Humanos en 2005 en Panamá “La violencia doméstica contra la mujer continuó siendo un grave problema. Se denuncian aproximadamente tres mil casos de violencia doméstica al año.” El trato de las mujeres es un problema y no es algo que mirando las estadísticas del país podemos imaginar no sea un problema en la iglesia también.
Lastimosamente, aunque somos criaturas nuevas en Cristo siempre vivimos en este mundo dañado y aunque Dios nos sigue transformando no se quedan atrás de una vez los males de la sociedad cuando conocemos a Cristo y cuando llegamos a la iglesia. Tal vez nos incomoda pensar que puedan haber mujeres en nuestras congregaciones que sufren o han sufrido de abuso en sus hogares. Si no queremos reconocer ese mal tal vez aceptaremos el problema que existe del abuso infantil.
El año pasado, “Para agosto, el Ministerio de Desarrollo Social había recibido 1,073 quejas con relación al abuso físico a niños… El ministerio recibió más de 35,000 llamadas, 14,038 principalmente relacionadas al abuso físico y 1,995 al abuso sexual.” En muchos casos no se denuncia el abuso porque los padres son los ejecutores o son cómplices en la violencia.” La negligencia es un problema y me he dado cuenta que esto ocurre porque los adultos no saben cuidarse a ellos mismos. En cada situación de abuso domestico normalmente se encuentran niños que están siendo afectados por la violencia que presencian (y más seguramente) viven.
¿Estamos dispuestos a ser luz en un mundo obscuro? ¿Cuántos de nosotros estaríamos dispuestos a salir de nuestra zona de conforte y acercarnos a estas mujeres lastimadas y heridas? Existen organizaciones ya establecidas que pudiéramos ayudar. Por ejemplo, “El Centro de Apoyo a la Mujer Maltratada (CAMM) operó un refugio temporal para mujeres y niños maltratados financiado por donaciones privadas y dotado de personal voluntario.” ¿No sería excelente tener creyentes dispuestos a ofrecer su ayuda y el amor de Cristo en un contexto como ese?
Información encontrada en el Informe Anual sobre Prácticas de Derechos Humanos en 2005 en Panamá (Marzo 2006) http://panama.usembassy.gov/panama-esp/DerechosHumanos.html
Me da pesar admitir que la iglesia no hace todo lo que pudiera en relacion al abuso, como no lo hace en relacion a un sin numero de otros temas importantes en el mundo. Me da más pesar admitir que yo no hago todo lo que yo puedo. Pero, al mismo tiempo, he visto gente que, sin ser conocidos, hagan lo que pueden, donde están, para ayudar a su projimo. En el transcurso de una conversacion, casi sin darse cuenta, estas personas maravillosas mencionan algo que hacen como parte de su vida cotidiana para hacer una diferencia. Tambien, sé que hay gente que ayudaría con mucho gusto y amor, si la persona con un problema se dejaria ser ayudado.
ResponderEliminarPor otro lado, una cosa que ayudaría mucho, me parece, sería si, entre nosotros mismos, no permitaríamos bromas pesadas, burlas con disfraz de chiste, desprecios hacia las mujeres en general (o a los hombres en general). Debemos reconocer que las relaciones celosas entre las amistades dan paso libre al abuso. Por lo menos pudieramos dar un ejemplo.
es dificil aceptar que muchas veces nosotros como hijos de Dios no estamos haciendo mucho en relacion con el maltrato...y quiza muchas veces aun ni oramos por este tema...pero me pone a pensar el hecho de que quiza nosotros creemos que el problema esta fuera y muy lejos de nosotros y por eso no hacemos lo suficiente..pero quiza sin darmos cuanta el maltrato y el abuso esta muy cerca de nosotros. Deberiamos de comenzar a tener una conciencia sobre este tema y darnos cuenta verdaderamente de las necesidades de estas personas que sufren de estos maltratos...
ResponderEliminarEunice
Honduras
Como iglesia yo creo que una de los medios de ayudar a combatir este problema es a través de la formación e información. Limitándonos a la iglesia por lo menos, creo que la identidad de cada persona como hijo o hija de Dios debe ser reforzada y así erradicar conceptos falsos en cuanto a algunos principios bíblicos que son tergiversados. Creo que cuando tenemos una identidad firme en Cristo también tenemos el valor no solo de sobrellevar sino de enfrentar una situación adversa. Se de situaciones donde las mujeres (y hombres también) prefieren callar porque prefieren mantener un status dentro de la iglesia y la comunidad. Mientras los demás no se den cuenta, ellas y ellos piensan que deben soportar infidelidad o alguna otra clase de violencia. Las mujeres a veces lo ponen bajo el tema de sumisión bíblica. Y este creo que es un tema bíblico pero que ha si tergiversado tanto por los feministas seculares y cristianos liberales en un extremo como por los cristianos conservadores en otro extremo ¿qué piensan ustedes?
ResponderEliminarSerena
Hola Serena: Creo que has dado en el punto exacto, la educación y un reforzamiento de nuestra posición en Cristo (tanto para hombre como para mujeres) nos ayudaran a no abusar y a no dejar ser abusados... es cierto que temas como la sumisión se tergiversan y mal usan... gracias..
ResponderEliminarSí, Serena, gracias por tu comentario. Tienes razón. Yo pienso que dentro de la iglesia tenemos mucho a nuestro alcanze para hacer un cambio pues -- Cristo dio dignidad a todo ser humano y deberíamos enseñarlo y vivirlo como si fuera cierto, porque lo es! Además, creo que podemos hacer el cambio pero lo primero que tiene que pasar es que nos atrevamos a hablar del tema -y de allí explorar esos temas expuestos en la Biblia que afirman el valor de todo ser humano y como deberíamos de tratarnos los unos a los otros.
ResponderEliminarHola Hannah y Ariel:
ResponderEliminarHe leído sus temas, y algunos comentarios. Los felicito por crear este espacio. El contenido es relevante para nuestra época y para nosotros como cristianos. Les animo a seguir abordando temas que son un reto porque muchas veces los cristianos preferimos no hablar de ello. Hay algunos de esos temas que me gustaría sugerir, pero creo que es mejor que salga de las inquietudes que ustedes como jóvenes tienen.
Mi oración por ustedes es que Dios los guíe en ese caminar por el mundo de las letras cibernéticas o no; y que sabiendo que no tenemos todas las respuestas puedan contribuir a que sus lectores encuentren la única respuesta que sí es segura: el Señor Jesucristo.
Cuando pienso en la violencia contra la mujer y la Iglesia me vienen muchas cosas a la cabeza. Lo lamento, pero en este punto tengo que ser irreverente y levantar mi voz de protesta. Creo que el maltrato contra la mujer no es algo oculto que sucede en ciertas familias, y no se limita a la violencia doméstica.
ResponderEliminarLa Iglesia Evangélica es machista por naturaleza. Es triste que, en la mayoría de las congregaciones, la mujer es un artefacto doméstico, alguien q no piensa, q no tiene nada qué decir, y q no tiene más dones ni talentos que la limpieza, la cocina, las manualidades, la femenil y el cuidar ninios.
Si deseamos cambiar la violencia contra la mujer en todos los ámbitos, debemos comenzar a ver a la mujer como un ser humano, creado con la misma dignidad que el varón. Creo en la diversidad de roles, pero también en la igualdad de condición entre hombre y mujer. Bien dice la Biblia que en Cristo ya no hay varón ni mujer. En el Nuevo Testamento vemos a mujeres líderes como Lidia, Priscila, Cloé, etcétera. El machismo no es bíblico, es humano.
En conclusión, sólo cuando los mismos líderes de la Iglesia y sus miembros comiencen a ver a la mujer como lo que es, un ser humano, se podrá enfrentar el problema de la violencia doméstica con valentía y determinación. Pero mientras la mujer sea un electrodoméstico más, poco o nada de relevancia tendrá este tema para los "hermanos" que maltratan a las damas, a varios niveles y en distintas esferas.
Gracias Mariqui. No pudiera estar más de acuerdo contigo. Lo importante es que llegemos a reconocer a la mujer como ser humano y acceptar en su totalidad lo que vemos en la Biblia de como Jesús invitó a la mujer a ser reconocida como igual. Es peligroso ignorar el contexto historico y cultural de las diversas cartas en la Biblia que tantas veces se usan como una excusa para suprimir la importante voz de la mujer en aspectos más aya de la crianza de los niños, manualidades, etc. (como tú has mencionado).
ResponderEliminarYo quisiera ser parte del cambio siendo una mujer que con valor voy a contribuir a la vida de la Iglesia en su totalidad. Y tal vez por mi ejemplo otras mujeres puedan reconocer que ellas también son plenamente seres humanos, no caen en una categoría menor por ser mujeres. Mi oración es que esto lo puedo hacer con humildad (algo que es requisito para todo cristiano mujer o hombre que quiere enseñar a otros) pero también con sabiduria y madurez. Espero que podamos ser parte de cambiar este gran y grave problema. Gracias por tu comentario Mariqui.