¿Qué porque quiero escribir? Yo también me lo pregunto a veces, cuando veo lo difícil que se puede tornar esta meta en la cual he puesto mis ojos. Cuando al comentar: quiero escribir, algunos disfrazan sus sonrisas o simplemente ponen de cara de: “pobre muchacho ya despertara”. Creo que la respuesta es más sencilla de lo que parece: Necesito hacerlo.
La escritura puede ser vista de dos formas. La cara profesional en la cual necesitas escribir para poder subsistir y de alguna manera u otra hacer atractivo lo que tú escribes para los demás. O puedes verla como un desahogo interno, la manera en que plasmas tus esperanzas y temores, tus dudas y tus certezas, tus por que y tus como. Supongo que al final todos los que soñamos con escribir debemos conseguir un balance entre ambas formas. Pero mientras mi sendero me lleva al punto en cual deba pensar que resulta comercial y que no, que puede atraer al publico y que decepcionarlo. La escritura es y será mi principal conexión con el mundo exterior.
Mi alma suele tener extrañas manías. Por ejemplo a veces se me ocurre pensar que mi alma trabaja adoptando todos los problemas que hay en el mundo: Grandes y pequeños, con y sin solución, devastadores y ridículos, serios y patéticos. Y por temporadas enteras, pareciera que la única forma en que esos problemas pueden salir de mi alma es convirtiéndose en letras y vertiéndose en un papel (o una pantalla como es este caso). No pretendo ser profundo o presentar soluciones, aunque a veces mi tono parezca sugerir lo contrario.
Rara vez lanzo una afirmación con total certeza. Prefiero que mi tono sea una eterna pregunta. ¿Tengo convicciones? Por supuesto que sí. Tengo convicciones inamovibles: Creo en Dios, creo en el amor, creo en la amistad, creo en la escritura. Pero he aprendido el valor insondable de una duda bien plantada que te permita descubrir ópticas que jamás imaginaste.
Escribo básicamente como un dialogo interno. Quizás con la idea un poco egoísta de que mis ideas merecen ser leídas. Escribo para ventilar mis dudas y sacudir mis certezas, para no volverme un estático espectador más de lo que ocurre en mi derredor. Escribo más bien como una medida desesperada, como un grito urgente y necesario desde mi interior.
Este blog, es una oportunidad más de plasmar mis dudas sempiternas y más que buscarles una respuesta, simplemente compartirlas. Aquí espero mis escritos sean menos urgentes y más equilibrados. Hannah, es una de esas amigas con las cuales todos quisieran contar, yo puedo presumir de contarla entre las mías.
Uno de los puntos que ha solidificado mi amistad con Hannah, es que ambos amamos escribir, a veces estamos de acuerdo y muchas otras veces tenemos puntos de vista completamente diferentes. Nuestra amistad básicamente se ha basado en lo que escribimos, en esos íntimos diálogos internos que sin entender muy bien porque hemos tenido la confianza de depositar el uno en el otro.
Este no es el primer intento de escribir juntos, hace algunos años atrás empezamos a escribir un libro sobre el tiempo (pendiente aun de patente, publicación y finalización) este como segundo intento suena muy prometedor plantear nuestras dudas, escribirlas, lanzarlas al espacio y quizás provocar en algún lugar un eco, una respuesta o simplemente una oportunidad de tener una óptica diferente.
Por eso y mil razones más quiero escribir.
Ariel
La escritura puede ser vista de dos formas. La cara profesional en la cual necesitas escribir para poder subsistir y de alguna manera u otra hacer atractivo lo que tú escribes para los demás. O puedes verla como un desahogo interno, la manera en que plasmas tus esperanzas y temores, tus dudas y tus certezas, tus por que y tus como. Supongo que al final todos los que soñamos con escribir debemos conseguir un balance entre ambas formas. Pero mientras mi sendero me lleva al punto en cual deba pensar que resulta comercial y que no, que puede atraer al publico y que decepcionarlo. La escritura es y será mi principal conexión con el mundo exterior.
Mi alma suele tener extrañas manías. Por ejemplo a veces se me ocurre pensar que mi alma trabaja adoptando todos los problemas que hay en el mundo: Grandes y pequeños, con y sin solución, devastadores y ridículos, serios y patéticos. Y por temporadas enteras, pareciera que la única forma en que esos problemas pueden salir de mi alma es convirtiéndose en letras y vertiéndose en un papel (o una pantalla como es este caso). No pretendo ser profundo o presentar soluciones, aunque a veces mi tono parezca sugerir lo contrario.
Rara vez lanzo una afirmación con total certeza. Prefiero que mi tono sea una eterna pregunta. ¿Tengo convicciones? Por supuesto que sí. Tengo convicciones inamovibles: Creo en Dios, creo en el amor, creo en la amistad, creo en la escritura. Pero he aprendido el valor insondable de una duda bien plantada que te permita descubrir ópticas que jamás imaginaste.
Escribo básicamente como un dialogo interno. Quizás con la idea un poco egoísta de que mis ideas merecen ser leídas. Escribo para ventilar mis dudas y sacudir mis certezas, para no volverme un estático espectador más de lo que ocurre en mi derredor. Escribo más bien como una medida desesperada, como un grito urgente y necesario desde mi interior.
Este blog, es una oportunidad más de plasmar mis dudas sempiternas y más que buscarles una respuesta, simplemente compartirlas. Aquí espero mis escritos sean menos urgentes y más equilibrados. Hannah, es una de esas amigas con las cuales todos quisieran contar, yo puedo presumir de contarla entre las mías.
Uno de los puntos que ha solidificado mi amistad con Hannah, es que ambos amamos escribir, a veces estamos de acuerdo y muchas otras veces tenemos puntos de vista completamente diferentes. Nuestra amistad básicamente se ha basado en lo que escribimos, en esos íntimos diálogos internos que sin entender muy bien porque hemos tenido la confianza de depositar el uno en el otro.
Este no es el primer intento de escribir juntos, hace algunos años atrás empezamos a escribir un libro sobre el tiempo (pendiente aun de patente, publicación y finalización) este como segundo intento suena muy prometedor plantear nuestras dudas, escribirlas, lanzarlas al espacio y quizás provocar en algún lugar un eco, una respuesta o simplemente una oportunidad de tener una óptica diferente.
Por eso y mil razones más quiero escribir.
Ariel
pues entonces... animo viejo!!! los sueños son de los que tienen el valor de ir a por ellos... jOeL
ResponderEliminarExcelente... que puedo decir,,, has dado con el a'ngulo no hallado en nuestro medio., escribe tu coraz[on, estableciendo el equilibrio (La cara profesional en la cual necesitas escribir para poder subsistir y de alguna manera u otra hacer atractivo lo que tú escribes para los demás. O puedes verla como un desahogo interno, la manera en que plasmas tus esperanzas y temores, tus dudas y tus certezas, tus por qu[e y tus como.)
ResponderEliminarDAle rienda suelta a tu mente y escribe, puedes hacerlo, ADELANTE, GO AHEAD... @LEKO
Perfecto, Ariel. El escribir nos hace ser mas intenso, procuramos encontrar mejores respuestas a la vida y nos lleva por frescos valles en donde el temor se abandona.
ResponderEliminarRubén