jueves, marzo 10

Asombrado

Asombro: lo más elevado a que puede llegar el hombre.
Johann Wolfgang Goethe

Escribo desde 35,000 pies de altura. Por lo menos eso es lo que dice el folleto que leí apenas me hube sentado en el asiento y colocado mi cinturón de seguridad. Es la primera vez en varios años que viajo en avión, la sensación me sigue fascinando; la fuerza del despegue, el extraño vuelco que da el estomago al enterarse que no esta pisando tierra firme y, sobre todo,  ver como todas aquellas cosas cotidianas pasan a tener tamaño en escala, pequeñas hormigas viajando en pequeños carros, diminutos seres viviendo en diminutas casas iluminadas por pequeñísimas luces. 

Varias cosas cruzan por mi cabeza mientras despegamos. Primero me doy cuenta que la desidia y el desinterés parecen ser una marca de aquellas personas "super cool" a los cuales ya nada sorprende sentados en sus asientos esperan con fastidio que el avión despegue. Miran hacia el frente con la misma parsimonia que verían llover en Noviembre. ¿Cómo es posible que nos hagamos inmunes a las cosas asombrosas? el ser humano rompiendo las leyes de la gravedad a través un artefacto increíble, el ingenio y la capacidad del hombre para crear. Aun así tarde o temprano nos fastidiamos del asunto. Creo, por ejemplo, que es igual de asombroso desplazarse de un lugar a otro sin mover un musculo, ya sea en avión o en automóvil. Creo que es increíble que podamos hacer viajar nuestras palabras a través de medios como este, la luz eléctrica, el agua que nos llega al solo abrir un grifo, y eso sin hablar de las cosas naturales que cada día deberían maravillarnos. Sin embargo la gente "in" no se sorprende de nada, lo saben y están acostumbrados a todo. Aquel que se sorprenda de cualquier avance tecnológico es un "bárbaro" emergido de las cavernas, aquel, que al igual que yo, mire todo el despegue con la cara pegada a la ventana en definitiva nunca ha viajado o es un pobre ignorante.

Yo mismo he dejado de asombrarme de razones tan grandiosas como tener otro día para vivir, tener una estrella que nos calienta y nos da luz en ciclos regulares y benévolos, y saber que ha pesar de tanta maldad en este mundo todos los días soy testigo de algún acto asombroso de bondad. En fin dejaré de escribir, voy a ver esas diminutas casas donde deben vivir diminutas personas que miraran al cielo y dirán: ¡mira que increible! ¡un avión!

5 comentarios:

  1. Este articulo de contrapunto explica porque Hannah le ama tanto. Nunca pierda el asombro por la vida.
    Nancy

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  2. y yo ... la chiri, que cuando voy a la Capital miro hacia arriba los edificios grandotes y el puente de las Amèricas.

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  3. Muy bueno.
    Así es. De repente no esté por el mismo lado de lo que estás diciendo Ariel, pero cuando veo a alguien chatiando en su "bb" mientras maneja, con pleno desconocimiento de que puede, incluso matar personas por su actuar irresponsable, me va entrando un cabreo grande.
    La gente "in" todo lo toma "suave", "light", superficial, sin darle verdadera importancia a lo que se está haciendo... Así como restan importancia a lo bello de la naturaleza, les vale un comino con la vida de la gente, mucho menos aquellos detalles que hacen la vida realmente hermosa, han perdido aquella tan humana capacidad del asombro, todo lo dan por hecho y por dado, creen que lo único "nice" es la última moda, de los nuevos artefactos de la "tecnología de punta"... De ella se impresionan, unos minutos (a veces menos) cuando sale en la TV y luego vuelven a chatiar en el "bb".

    Repito, muy buen artículo.

    Saludos!

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  4. Gracias Joao y tienes razón con tu comentario, el otro día entré a un cine y la gente estaba chateando en sus bb en vez de ver la peli.. Ni que decir que se van al parque dizque a correr pero se la pasan poniendo en twitter que estan corriendo...

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