domingo, abril 15

Sobre hablar, actuar y reconocer...

"Enfoca los problemas como lo haría un perro: los miras, los olfateas y si no te los puedes comer... los meas y te vas" (Extraido del calendario 2011 de Spay Panamá)

El tema de los animales ha sido comidilla los últimos días en Panamá, con todo el rollo de si la ley 308 era vetada o no. Fue interesante leer en mi "Time line" en twitter todo tipo de reacciones, gente apasionada defendiendo a los animales, otros señalando que quizá se exageraba un poquito la nota pues eran animales y no personas y así una larga lista de etc.

Y al final uno podría pasar horas debatiendo sobre la validez, o no, de prestarle tanta atención a los animales. Hay quienes dicen que no entienden como se hace tanto énfasis por cuidar a los animales si están problemas que nos afectan a los seres humanos como la violencia, el alto costo de la vida, los malos políticos y así. Otros que derrochan tuits y post (como esté) defendiendo a los animales y diciendo lo mucho que debe hacerse o lo humano que nos hace proteger a los animales. 

Pero mientras nosotros los bloggers y tuiteros gastamos bytes escribiendo a favor o en contra, peleando, ¿ inútilmente?, para que el presidente apruebe la ley, hay quienes simplemente trabajan, hacen lo que les corresponde.

 En la mañana de hoy acompañé a mis dos hermanas menores a operar a sus gatitos, Spay Panamá, una organización sin fines de lucro organizó una campaña de esterilización masiva. Ofrecían por diez dolares, si podías darlo, operar y desparasitar a tu gatito, por veinte a tu perro. Hay que aclarar que este precio es pequeñísimo. 

Era impresionante observar a ese grupo de veterinarios entregar su tiempo, su profesión y sus vidas por algo en lo cual creen. Era inspirador verlos sudar, llenarse de sangre, estar en constante peligro de ser mordidos o arañados. Solo por creer en que los animales merecen una oportunidad. Mucho más difícil que escribir un tuit o este post. 

Mientras hacíamos fila una de las encargadas revisaba una copia de la ley 308, pero mientras seguramente espera que la ley sea aprobada, hacía su parte para demostrar que lo cree es real. No puedo más que quitarme el sombrero y felicitar a esta organización por todo el bien que hacen.

Aun así, queda aquella sensación de muchas veces quedarme en el tuit, en las palabras. Creo definitivamente en la revolución de las palabras y en el potencial de los nuevos medios de comunicación para impactar al mundo, pero también quiero ser una persona de acción que viva lo que cree. En eso me dejaron pensando los de Spay. Tenía que escribirlo pues quiero vivirlo.

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