Ayer terminó Lost. Hace algunos meses conversando con Hannah al respecto de lo mucho que me gustaba esta serie le decía: -¡Debes verla! ¡Es buenísima! Ella me respondió con una mezcla de humor y seriedad: -¿Mejoraría mi calidad de vida?- Pregunta que me pareció graciosa y bastante fuera de lugar pues soy (era) un convencido de que no todo lo que hacemos necesariamente debe mejorar tu calidad de vida –Entiéndase calidad de vida en un sentido integro: espiritual, emocional, intelectual, etc. – Hay cosas que se hace simplemente por placer o por matar el tiempo (como si hubiera suficiente para estar asesinando el poco que tenemos) Si me volviera a repetir la pregunta hoy, tendría una respuesta para ella. –No-
Y es que pasaron seis años y ciento quince capítulos para quedar como el titulo de la serie: absolutamente perdido. Me refugié en la excusa de lo mucho que me fascinan las historias. Cortas, largas, de amor o de ficción, de suspenso o de miedo, las historias me encantan porque me cuentan algo, porque me transportan y me hacen ver la vida desde otras perspectivas. Sin embargo creo que no todas las historias valen la pena o al menos no todas merecen que se les dedique la misma cantidad de tiempo. De haber invertido todo aquel tiempo en la lectura de algunos buenos libros, seguramente ahora tendría muchísimas más historias y un mejor sabor de boca.
Y es que no voy a despotricar contra las series televisivas. Sería un hipócrita. Pero definitivamente puedo ascender dos, tres o hasta cuatro escalones más a los libros sobre estas historias estiradas y cambiadas con el transcurso de los años para subir ratings. Un libro es más genuino, más integro, más honesto, menos interesado.
Tampoco voy a ir soltando pestes contra la serie y sus creadores. Por momentos me hicieron admirarles genuinamente, envidiarles y preguntarme: ¿De dónde sacan tantas buenas ideas? ¿Aprendí algo? Aprendí muchísimas cosas, uno de los aspectos que me agradaba de la serie era sus constantes “Dilemas” morales, teológicos, filosóficos y la manera en que la serie te obligaba a pensar y ver las cosas desde otra óptica. Aprendí también que las mejores historias vienen en pequeños bultos de papel encerrado en dos tapas de cartón, donde el final, sea bueno o malo, lo podremos saber en un par de semanas o meses y no tener que esperar seis años para llevarnos un chasco.
La sensación me durara un tiempo. Sin embargo las conclusiones han sido buenas, he aprendido. Por ahora regreso a mis libros que una vez me han demostrado que no hay nada como ellos.
Muy buen punto Ariel, lastima que nos inclinemos por lo mas facil siempre, pero si, los libros tienen algo que nunca nada los podrá superar.
ResponderEliminarHe leido en esta semana del gran final de este serie. No he visto ningun episodio pero estoy seguro que en las horas que hubiera gastado viendolo, saque mayor provecho animando gente, leyendo, sembrando arboles o flores, etc. Me siento ganador aunque perdi Lost.
ResponderEliminarDe acuerdo contigo Ramón. Mi apreciado Anonimo estoy de acuerdo contigo también y un poco envidioso de no haber hecho lo mismo. Lo que queda es aprovechar lo hecho ;-)
ResponderEliminarEn realidad es así... la lección es hasta el final y aún teniéndola al principio, no se entiende del todo sino hasta el final.
ResponderEliminarSiento que me has dado una regañada de las buenas, pero la acepto porque se que he pasado mas tiempo en series que si me divierten pero que no me traen ningun provecho, si bien es cierto, no las voy a dejar, pero dejaran de ser mi mayor parte del tiempo
ResponderEliminarCreo que es la idea, encontrar el balance y bueno pensar donde invertimos el tiempo...
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