Pensé que de escribir algo sobre estas olimpiadas sería algo así como una critica a la vanidad de nuestra cultura que mueve millones para tener 15 días de juegos que no producen absolutamente nada. Pensé criticar como el mundo entero se hace de la vista gorda ante los abusos del sistema comunista de china, con el único fin de aplaudir a unos atletas que si bien es cierto tienen sus méritos, no deberían hacernos olvidar las injusticias mayores.
Sin embargo voy a cambiar de postura, porque yo también me emocioné y grité, cuando un panameño consiguió el primer oro olímpico de Panamá. Pienso que en el fondo puede haber un balance correcto entre recordar aquellas cosas que están en el mundo y por otro lado echar todo eso a un lado y competir como hermanos, sin bombas, sin uzis, sin racismo. Si bien es cierto el famoso "espíritu olímpico" se ve empañado por drogas, racismo, trampas, etc. La idea utópica es bonita y porque no aplaudirla.
El logro de Saladino por otro lado, tienes dimensiones especiales, no tanto por haber ganado un oro después de 60 años que Panamá no tenía ninguna medalla. El merito esta en que lo hizo en salto largo, en un país donde ahora todos sabemos las reglas de ese deporte, pero gracias a él. Lo hizo apostando todo a su sueño, ya me imagino la cantidad de gente que le habrá llamado loco por escoger "salto largo" estando el béisbol y el fútbol. Ya puedo escuchar la cantidad de amigos que le recomendaron mejor sacar alguna carrera productiva en la universidad en vez de irse a Brasil al centro de alto rendimiento para entrenar.
Unos cuantos años después Saladino es la persona más aclamada en Panamá. Estoy seguro que quizás nunca imagino que iba a ser campeón mundial y olímpico, pero siempre creyó en su sueño. Así estamos algunos soñadores con la sonrisa en el rostro, sí, por la medalla, sí por escuchar el himno en las olimpiadas. Pero sobre todo por saber que los sueños si existen y que se alcanzan trabajando.
Saladino nos dejo mucho orgullo sí, pero también una lección importante si quieres saltar toma todo el impulso que necesitas, pero haz lo.
Ariel
Sin embargo voy a cambiar de postura, porque yo también me emocioné y grité, cuando un panameño consiguió el primer oro olímpico de Panamá. Pienso que en el fondo puede haber un balance correcto entre recordar aquellas cosas que están en el mundo y por otro lado echar todo eso a un lado y competir como hermanos, sin bombas, sin uzis, sin racismo. Si bien es cierto el famoso "espíritu olímpico" se ve empañado por drogas, racismo, trampas, etc. La idea utópica es bonita y porque no aplaudirla.
El logro de Saladino por otro lado, tienes dimensiones especiales, no tanto por haber ganado un oro después de 60 años que Panamá no tenía ninguna medalla. El merito esta en que lo hizo en salto largo, en un país donde ahora todos sabemos las reglas de ese deporte, pero gracias a él. Lo hizo apostando todo a su sueño, ya me imagino la cantidad de gente que le habrá llamado loco por escoger "salto largo" estando el béisbol y el fútbol. Ya puedo escuchar la cantidad de amigos que le recomendaron mejor sacar alguna carrera productiva en la universidad en vez de irse a Brasil al centro de alto rendimiento para entrenar.
Unos cuantos años después Saladino es la persona más aclamada en Panamá. Estoy seguro que quizás nunca imagino que iba a ser campeón mundial y olímpico, pero siempre creyó en su sueño. Así estamos algunos soñadores con la sonrisa en el rostro, sí, por la medalla, sí por escuchar el himno en las olimpiadas. Pero sobre todo por saber que los sueños si existen y que se alcanzan trabajando.
Saladino nos dejo mucho orgullo sí, pero también una lección importante si quieres saltar toma todo el impulso que necesitas, pero haz lo.
Ariel
Algo parecido nos pasó en 1996... ese deporte ni sabíamos q existía!!! Y recibimos una gran sorpresa y una lección! Confieso que yo también estuve tentada es escribir sobre la vanidad de las Olimpiadas, pero sí tenemos q reconcer q mueve emociones y nos permite llenar esa necesidad de sentir realización por esas nimiedades. Ay! el ser humano! jajajaja!
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