Joaquín Oristrell

Nuestros conocimientos de módems y configuraciones telefónicas en la pc era nulos de modo que nos tocó marcar una cantidad infinita de veces al servicio técnico para solicitarles ayuda en aquel cibernaufragio. Por fin a eso de las dos de la mañana la computadora empezó a zumbar con ese sonido indescriptible -iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuoooooooooooooooooooooiiiiiiiiii- que producían los arcaicos módems de 56kb antes de conectarse en la red.
Ante nosotros se abrió un mundo de probabilidades bastante limitadas pues para aquel entonces Internet era aun un experimento difícil de clasificar. Y yo con mis doce u once años me convertía en un pionero.
Crecí con el Internet, al igual que muchas personas de mi generación. Esta mañana mientras hacíamos fila en un café conversaba con Hannah al respecto. Ambos estamos leyendo el libro “Little Brother” de
Cory Doctorow para nuestra clase de literatura. El libro es un interesante relato en la época del Internet, sus libertades y peligros.
-El asunto es- decía yo mientras me decidía entre una empanada de queso o una de carne- que nosotros crecimos junto con el Internet, cuando lo conocimos el internet era un adolescente lleno de espinillas inseguro de su futuro. Nosotros le admirábamos y le temíamos al mismo tiempo, aprendimos a usarlo pero también a protegernos de él, descubrimos de mala forma que no todos los archivos que te envían tienen buenas intenciones y que no todos los que te saludan con un efusivo -¡hola!- en el chat son amigos. Esta generación en cambio ha crecido con el Internet como una celebridad, un monstruo de colosales dimensiones que te pregunta constantemente: ¿Qué comes? ¿Qué te gusta? ¿Dónde vives? ¿Quiénes son tus amigos? Y los muchachos o no tan muchachos encandilados por las luces se dejan llevar.-
El Internet resulta por un lado un oasis de conocimiento y accesos envidiables. Nunca antes conocer sobre algo fue más fácil pero al mismo tiempo nunca antes fue tan fácil engañar a las personas. En Internet se cumple el sueño de tener al alcance de la mano el mundo pero también parece apuntar a las peores pesadillas de Orwell, Huxley o más recientemente Cory Doctorow.
Tenía que escribir este post y aunque no lo prometo me gustaría empezar a escribir una serie de reflexiones sobre lo que esta ocurriendo en el internet o con el internet y como este sí esta cambiando el mundo, la pregunta es ¿en qué?