sábado, junio 16

Adios a un buen gato.

Si quieres escribir sobre seres humanos, ten un gato en casa.
Aldous Huxley

Así llegó Opi
Siempre me declaré como una persona de perros. Los gatos me parecían parecen demasiado arrogantes, altaneros. Caminan con esa seguridad que les hace parecer como si el suelo que pisan debería estarle agradecido e ignoran a todas aquellas personas que pretenden hacerles mimos, en cambio se restriegan y buscan el cariño de quienes les ignoran. Siempre me consideré más amigo de los perros hasta que conocí a Opi. 

Lo conseguimos pues teníamos una invasión de ratas en la casa. Un amigo me contó que tenía unos gatitos que necesitaba regalar y medio convenciendo a Hannah decidimos adoptar uno para ver si era eso lo que necesitábamos para acabar con el problema de ratas. Y así llegó Opi a nuestra casa, a nuestras vidas y poco a poco también a nuestros corazones. 

Por un tiempo pensamos que era sordomudo pues nunca maullaba y cuando le hablábamos parecía no escuchar nada. Luego descubriríamos que era su orgullo gatuno que le impulsaba a ser reservado y distante. Resultó un buen cazador. Cazaba bichos, culebras, ratones, pájaros y por supuesto el laser que me regalaron para navidad. Nunca molestaba, cuando tenía hambre se ponía un poco más cariñoso que de costumbre y una vez satisfecha su hambre volvía a ser el gato independiente de siempre. 

Le dio por salir a dar paseos en el patio de los cuales regresaba exhausto a tomar largas siestas en la ventana. Le conseguimos un collar con su nombre y nuestro numero de teléfono, en caso de que se extraviara pero nunca se extravió, siempre regresaba a dormir a casa o por lo menos a comer. 

Cuando conseguimos la refrigeradora nueva decidió hacerla su trono. Se sentaba entonces encima de ella a ver por la ventana o a tomar largas siestas. Era “el rey de la refrigeradora”. Cuando llovía por las noches solía buscar como meterse entre las sabanas y robarnos un poco de calor. 


Algunas veces salía de casa y se sentaba a observar. Solíamos bromear que era un pensador y que le hacía honor a su nombre (le pusimos Opi por Andres Oppenhaimer) Hannah y yo solíamos conversar sobre como Opi había cambiado nuestra manera de ver a los gatos. 

Y así se fue Opi =(
Ayer Opi amaneció un poco decaído. Cuando le serví el desayuno no se mostró interesado. Pensé que tendría alguna molestia estomacal y no le di mayor importancia. Luego por la tarde seguía triste y me pidió salir de la casa a caminar. Hasta ahora no ha regresado. Aun tengo un leve atisbo de esperanza pero mayormente tengo tristeza pues me temo que ayer fue la última vez que vi a Opi, se despidió de forma cariñosa, se restregó en mis piernas y salió por la puerta de atrás, se alejó caminando despacio con arrogancia, altanería como si el suelo que pisaba debía estarle agradecido. 

No se lo dije en ese momento pero se lo digo ahora: Adios Opi, gracias por ser un buen gato. Ya nos haces falta.

4 comentarios:

  1. Lo siento. Por si vuelve a aparecer escríbelo, para alegrarme con ustedes. Me recordó a mi gato Chicho...

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  2. Mi gato tiene 4 años,y me da miedo que muera siempre a estado a mi lado y no me imagino a mi sin el .
    El es
    Un gato unico ,en marzo del 2010 sufrio anorexia ya que tenia celis de los otros gatos

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