viernes, noviembre 6

El hombre caprichoso, domesticado y mal agradecido.


"El pesar y la pobreza purifican el corazón del hombre, aunque nuestras mentes débiles no ven nada de valor en el universo, salvo la comodidad y la felicidad."
Khalil Gibran

"Bienaventurados los pobres..."
Jesús

Voy a intentar desahogarme. El ser humano se ha vuelto demasiado cómodo. Nos hemos vuelto demasiado cómodos y hemos trastornado el orden de las cosas.

Con el avance de la tecnología, con el crecimiento de las urbes y sus consabidas utilidades, el ser humano se haya cada vez más cómodo en esta vida. De pronto cosas como agua, luz, telefono, cable, Internet dejaron de ser lujos y privilegios y se convirtieron en un condimento más del "pan nuestro de cada día" es decir: en parte de los asuntos vitales.

Quizás aquellas personas que se las ingeniaron para hacer más comoda la vida del ser humano, jamás se imaginaron cuan esclavos nos volveríamos de las comodidades, de pronto aquellas cosas que tenían como función principal facilitarnos la vida se han convertido en la vida misma.

Hace unos días, pase un día entero sin el servicio de agua. Era tan frustrante abrir un grifo de agua y no ver caer el precioso liquido. Estaba molesto pensando en lo injusto que es no tener agua al hacer un simple movimiento de dedos.

Yo mismo he tenido que viajar y pasar tiempo en lugares donde para conseguir agua hay que viajar distancias bastante largas y arrastrarse por caminos tortuosos. Sin embargo, estamos (estoy) tan acostumbrado a la comodidad.

No quiero ser mal interpretado. No creo que la comodidad sea mala, sin embargo creo que confundir "comodidad" con "vida" es una aberración terrible. La vida esta llena de enfermedades, de dolor, de injusticia, de muerte e incomodidades. Pero el ser humano se ha vuelto tan comodo, ha sido domesticado por la tecnología y perdido los instintos de supervivencia de tal modo que nos escandalizamos cuando vemos a alguien hacer las cosas minimas.

Hombres y mujeres quedan al borde de las lagrimas por leer que en un pueblo del interior las mujeres y los niños deben caminar 45 minutos para acceder a agua potable. Al menos tienen agua potable. Y es probable que nuestros abuelos hayan pasado por una travesía similar.

No propongo hacer del mal de muchos nuestro consuelo. Pero sí creo que es buena idea empezar a ser más agradecidos, empezar a dejar de dar las bendiciones por hechos, y ser agradecidos con esas comodidades a las que nos hemos acostumbrado, luz, agua, teléfono, celulares, blackberrys, Internet y así add infinitum.

El dolor, la pobreza, las enfermedades y la muerte también son parte de la vida. Podría estar equivocado, pero creo que nos hemos vuelto caprichosos y muy mal agradecidos.

Algo habrá que hacer, no digo dejar las comodidades que se tienen (a menos que sea necesario) pero si agradecer por las comodidades que las mismas nos brindan.



Ariel

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