martes, mayo 8

Suplicando que actuemos como seres humanos

No hay humanos más o menos humanos que otros. Y es cierto que el problema no es decir eso pero la manera en la cual actuamos hacia otras personas. El defender miles de vidas inocentes está fuera de mi control y de mi alcance pero, el tratar a las personas que me rodean como humanos iguales que yo sí está bajo mi control.

Me da lastima que te cueste reaccionar. Imagínate que en cuestión de tres meses algún grupo radical vengan y decidan matar violentamente a 90% de las personas que vivan en la provincia de Panamá. Toda tu familia muerta. ¿No te sentirías indignado si todo el mundo se sentara a un lado sólo para observar las atrocidades que estuvieran ocurriendo allí? ¿A quién le tocaría defenderles? ¿Por qué? ¿Por qué deberían de venir los peruanos, los paraguayos, o los canadienses a defenderlos?

La pregunta del valor de la vida de una persona es casi una blasfemia, como si intentáramos quitarle el puesto a Dios. Pero espero que quede claro que esa no es mi intención. No me corresponde decir que tal o tal persona debería sacrificar su vida por personas desconocidas pero, sí quiero decir que todos (especialmente los que nos decimos ser cristianos) deberíamos considerar hasta que punto estamos dispuestos sacrificar nuestra comodidad si pudiera salvar la vida de otro.

Las personas que deciden convertirse en soldados y más aun los que definen el destino de aquellos en el ejército tienen en sus manos herramientas de muerte o vida para defender a sus familias y sus propios países. No soy ignorante del esquema político yo sé que por la naturaleza del ser humano y el egoísmo patriótico tal vez es mucho pedir que sacrifiquen sus vidas por desconocidos. Pero cada soldado tiene que examinar el ¿por qué? de su entrega al ejército.

(Puedes seguir indignado si quieres pero, si alguien tiene la licencia de escribir las palabras a las que estamos reaccionando, Romo Dalaire, un general del ejército canadiense la tiene. El por poco sacrificó su vida, defendió miles de personas indefensas, levantó cuerpos muertos, y creo que enfrentó al diablo mismo sin echarse atrás. En la lucha que él describe soldados y civiles de igual manera sacrificaron sus vidas por una causa a la que el mundo los dejó abandonados. Cuando a el lo sacaron de allí, creo que el hubiera preferido la muerte que enfrentar las familias de los soldados que murieron bajo su mando.)

Volviendo al tema, estoy de acuerdo, la perdida de UN solo soldado es una perdida grande. Por eso no debemos de dejar la oportunidad de salvar la vida de UNA sola persona. Yo no puedo hacer nada por los millares de personas que se están muriendo de hambre en Somalia pero sí puedo hacer algo por la vecina aquí en mi comunidad que no tiene como alimentar a su bebé.

Por fútil que pueda sonar mi suplica, voy a seguir pidiendo que dejemos de vernos explícitamente como ciudadanos de un solo país pero también como miembros de la raza humana. Nos corresponde tomar más responsabilidad, vivir de una manera más sacrificada, y dejar de echarle la culpa a otros y tomarla como si fuera nuestra y hacer algo por salvar la vida de nuestros vecinos aquí y en el mundo que se mueren de hambre y brutalidad.

1 comentario:

  1. Sí, entiendo tu punto Hannah y estoy totalmene de acuerdo con él, solo quería ver las cosas de una optica diferente. :)

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