domingo, marzo 18

el don del entusiasmo


Estoy aprendiendo algo muy importante en cuanto a la vida en estos momentos de mi vida. Creo que Dios ha entregado el don de rebote, de entusiasmo, a algunas personas en especial. Estas personas no se dan por vencidos cuando sus sueños parecen imposibles de alcanzar y no dejan de luchar aunque todo vaya en su contra. Y por eso creo en darle una oportunidad a todas las personas ricas o pobres. Entre ricos y pobres de igual manera van ha haber aquellos que sólo van a sobrevivir en la vida. Sin embargo, siempre van a haber algunas personas entre los dos grupos que van a rehusar la derrota y saldrán adelante sin importar sus circunstancias.

Esto es muy importante porque para algunas personas lo único que les hace falta es un pequeño empuje o una palabra de aliento para que salgan adelante. Me anima a seguir dando mi apoyo a las personas con las que me encuentro en cualquier lugar porque aunque no todas las personas van a aprovechar las oportunidades que se les presentan algunos van a ir mucho más aya de lo que yo me puedo imaginar con solo unas palabras de aliento.

El optimismo me define en este sentido porque aunque la situación en gran escala de la iglesia o el mundo me puede desanimar y algunos encuentros con personas quienes han rechazado toda ayuda me ponen muy triste siempre, en cualquier lugar, ando en búsqueda de las personas extraordinarias quienes inspiran gozo y esperanza en todos los que los rodean. Siempre los podemos encontrar si no dejamos de buscarlos. ¡Y en todas partes las encuentro! Me admiro de la fuerza y el animo que tienen estas personas. Y me hace sonreir y seguir adelante con esperanza.

2 comentarios:

  1. Hannah, Muchas veces hay personas quines aparentan que todo va bien y la realidad es que estan al punto de rendirse. Saben fingir la victoria al precipicio del disastre. La diferencia es para ellos tambien una palabara de aliento. Es bueno animar a todo el mundo porque uno numca sabe.

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  2. Personas como tú son las que van sembrando por el mundo una semilla de amor. Esa semilla germina en algún momento. Y es cierto, a veces hasta las personas a quienes tratamos de animar nos dan un pinchazo de desánimo. Pero entonces podemos recurrir al que es nuestra fuente de ánimo cada momento. Tienes un corazón para Dios. Guárdalo, porque de él brota la vida.

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