jueves, marzo 25

Grado de cultura o El día que envidié a los ticos.


Ayer Panamá alcanzó por primera vez en la historia el tan ambicionado “grado de inversión” es decir se coloca como uno de los países en los cuales se puede invertir confiadamente y que además ha subsanado su deuda externa hasta niveles de confianza, un tema fundamental que se toma en cuenta para darle a un país el grado de inversión es la transparencia, la institucionalidad y la seguridad jurídica. De hecho en Latinoamérica solo hay cinco países con grado de inversión: Chile, México, Brasil, Perú y Panamá. Es decir por donde se vea son grandiosas noticias para un país en pleno desarrollo.

Sin embargo, como siempre, hay muchísima tela que cortar. Panamá se perfila desde hace varios años como una lumbrera en el mundo de la economía en algunos casos nuestros propios vecinos lo han reconocido y es que si somos sinceros la historia y la geografía nos han sonreído. Sin embargo lejos de el grado de inversión económico, de la capacidad de generar empleos y dinero hay otras realidades que deberían hacernos enrojecer o quizá hasta morir de vergüenza.

Lástima que el dinero no sirve para comprar las cosas que de verdad valen la pena. No compran una nación educada, no compran personas que depositen la basura en su lugar, no compran cultura, no compran honestidad. Y es que a pesar de todas las campanas que se quieran soltar al aire el haber obtenido el grado de inversión (que es algo buenísimo y de lo que me alegro y me siento orgulloso) no nos garantiza un mejor Panamá.

La educación sigue siendo igual de mediocre con maestros que amenazan con irse al paro para obtener recreos más largos y profesores universitarios que llegan a improvisar e inventar en salones atestados de estudiantes vagos que basan toda su educación en wikipedia o el rincón del vago.com

Mientras sigamos votando por el más guapo o el más popular, mientras sigamos aplaudiendo a los regueseros y reguetoneros (que son la misma cosa) con sus canciones de sexo y violencia desenfrenada, mientras nuestros gobernantes sigan pensando que están sobre la constitución y nosotros aplaudamos o desaprobemos sus decisiones como si de un juego de fútbol se tratara, Panamá seguirá siendo el mismo que conocemos con tantas cosas hermosas pero con tantas carencias.

Dicen que el pasto del vecino suele ser más verde y quizá haya un poco de cierto en eso, pues a quién se le ocurre quejarse de que su país haya alcanzado un lugar especial en la economía mundial. Sin embargo preferiría tener un país donde los conductores son educados, donde las personas colocan la basura en su lugar, donde los estudiantes están ansiosos por aprender y donde las autoridades lejos de querer embelesar a la gente con propuestas idiotizantes presenten propuestas alcanzables y las lleven a cabo.

No existe país perfecto, de eso soy muy consciente, sin embargo basta darse una vuelta por Costa Rica, por ejemplo, para darse cuenta cómo un país sin “grado de inversión” demuestra cultura, limpieza y educación. No me malinterpreten por favor, estoy absolutamente orgulloso de ser panameño y lejos de rendirme creo que todos estos puntos son razones extras para luchar por un mejor Panamá, sin embargo algunos días como hoy no puedo evitar que ese gusanito de la envidia me haga ver todo lo que nos falta para tener un mejor Panamá.

Ariel

viernes, marzo 5

Sector 9

Bien, al parecer es semana de películas en Contrapunto. Y es que he tenido la oportunidad de ver otra película que me ha hecho reflexionar muchísimo. Y es que desde hace semanas tenía intenciones de ver "Sector 9" me llamaba la atención el formato de la película pseudo documental y al mismo tiempo el tema que tocaban: estereotipos y racismo.

La película enfocada en un grupo de "refugiados alienigenas" varados en el planeta tierra sin esperanza de regresar a casa, demuestra como reaccionamos con aversión ante lo desconocido y como muchisimas veces los medios de comunicación juegan un rol de envenenamiento de la conciencia de la sociedad y cuan egoístas somos para ayudar a aquellos que realmente son menos favorecidos que nosotros. De hecho la película empieza dándonos una impresión de los extraterrestres desde la óptica de los medios de comunicación: revoltosos, violentos, sucios y muy peligrosos.

Sin embargo conforme transcurre el argumento y el enfoque deja de ser el de los medios de comunicación deja de ser el principal para tornarse más ¿personal? se empieza a ver ciertos factores que hacen más compresible las reacciones y los comportamientos de estos seres de otro planeta. Además que el argumento parece repetir una y otra vez que estos refugiados no están allí por lujo sino por necesidad.

Obviamente es una dura metáfora para nuestra sociedad. Y he de reconocer como muchas veces me he formado impresiones y conceptos sobre las personas sin tan siquiera conocerles, o he dejado que los medios de comunicación sean quienes me digan en realidad como es tal o cual grupo étnico creando prejuicios y estereotipos, procuro en lo posible escapar de ellos pero viendo la película pude verme un poco reflejado.

Es cien por ciento ficción así que si no te gustan ese tipo de películas, no sé si vale la pena que te gastes dos horas de tu vida en ella, por otro lado si te gustan ese tipo de pelis, la vas a disfrutar. Tiene ademas unos cuantos tramos un poco sangrientos que también hay que tomar en cuenta a la hora de verla.

Sin embargo la campanada a dejar a un lado los prejuicios y vernos como lo que somos (todos seres humanos) es grande, en estos tiempos en que el mundo tiembla, literalmente, y se hace necesario contar con todos nuestros prójimos no importando el color de su piel o su clase social. Tiempos en que el "amar a tu prójimo como a ti mismo" toma un gran significado.

martes, marzo 2

Precious


Precious es una película que tiene muchas formas de verse. Aun no decido si realmente me ha gustado o simplemente me ha chocado con una realidad a la que suelo cerrar los ojos. No estoy seguro si me he identificado con su personaje principal o más bien he sentido un poco de lastima e impotencia. Como sea no creo que haya desperdicio en sentarse y verla.

No quiero adelantar nada sobre la trama pues creo que de ese modo perdería impacto, sin embargo creo que puedo mencionar algunos puntos sobresalientes (al menos para mi) una cosa que me impacto y me gusto realmente es el papel que juega la palabra escrita en todo el desarrollo de la trama, el leer y escribir como fuentes de liberación y de poder es simplemente algo con lo que me identifico plenamente. Leer y escribir es un privilegio tan grande que no hay forma de describirlo, es una lastima ver como muchas veces lo damos por una bendición sentada y no agradecemos por ella.

Al salir del cine un amigo me comentó: -Hay que ver cuan mal agradecidos somos, uno se queja y se queja y definitivamente la vida es preciosa- creo que al final el captó gran parte del mensaje de la película, la vida es incierta y muchas veces incontrolable, no tenemos control de un gran porcentaje de las cosas que nos ocurren, sin embargo eso no le quita a la vida su hermosura, su grandeza y no por estar oscuro y triste la vida deja de ser preciosa.

Los sueños, la escritura, la lectura, la educación, los prejuicios, la autoestima se amalgaman en esta película haciéndola ciertamente diferente y retadora por muchos lados. La temática es fuerte y la película si bien no es "cruda" tampoco esta cocida del todo.

La vida es preciosa a pesar del ser humano y la vida es preciosa porque la tiene el ser humano, una paradoja que definitivamente tendremos por el resto de nuestras vidas. Si me preguntan si deben verla les diría que definitivamente sí.

Ariel